SOCIEDAD: Y VOLVIO A COMPROMETER AL EX GENERAL BALZA

Nicolaides entregó los manuales contra la subversión

Los manuales secretos de operaciones de la última dictadura militar en Argentina, cuyo contenido fue en parte divulgado hoy, ordenaban "aniquilar" al "subversivo que empuña armas" y no "interrumpir el combate ni aceptar rendiciones".

21 de Julio de 2010
Los manuales publicados por el diario La Nación serán aportados a la Justicia por el ex jefe del Ejército Cristino Nicolaides, quien es investigado por la desaparición de tres personas durante el régimen que gobernó el país de 1976 a 1983. La defensa de Nicolaides aducirá que las fuerzas militares podían reprimir como lo hicieron, debido a esos reglamentos. El régimen militar estableció que "el concepto rector será que el delincuente subversivo que empuña armas debe ser aniquilado, dado que cuando las Fuerzas Armadas entran en operaciones contra estos delincuentes no deben interrumpir el combate ni aceptar rendiciones". "La detección de los activistas o subversivos localizados deberá ser una preocupación permanente de todos los niveles de comando. Ellos deben ser capturados de inmediato en el lugar en que se encuentren, ya sea el domicilio, la vía pública o el trabajo", indica ese antiguo reglamento. También señalan que "ante indicios de actividad subversiva, por ejemplo, instrucción, sabotaje, terrorismo, propaganda, el comando militar debe resolver atacar de inmediato" para "aniquilar a la subversión en su inicio". "Será conveniente que durante la investigación de un sindicato, asociación, fábrica, etc., que esté infiltrado o controlado por elementos subversivos, los elementos de investigación sean acompañados por miembros de los mismos, adeptos a la causa legal", dice otro de los reglamentos aplicados por la dictadura. Además, menciona que "el control de una manzana urbana consistirá en la permanente vigilancia de las actividades de los moradores" y "será realizado por una persona de confianza residente en la misma manzana y otra pequeña área habitada". "El activista, el perturbador del orden, etc., no será considerado prisionero de guerra y, por tal motivo, no tendrá derecho al tratamiento estipulado en las convenciones internacionales", agrega ese documento. De acuerdo con los reglamentos, "el enemigo interno que provoque el quebrantamiento del orden legal será considerado un delincuente común y sus delitos estarán encuadrados en las leyes civiles y/o militares vigentes". Hace dos semanas, Alejandro Zeverín, uno de los abogados de Nicolaides, dijo que los casi 30 manuales de operaciones que utilizó la dictadura "nunca se hicieron públicos porque fueron destruidos" en 1995 por orden del entonces jefe del Ejército, Martín Balza. De todos modos, aclaró que había copias de esos documentos en los archivos del Senado y de la institución militar. "Esos manuales permitían al Ejército detener, secuestrar, allanar domicilios, interrogar bajo compulsión física o psíquica y hasta eliminar físicamente al enemigo", sostuvo Zeverín. De acuerdo con datos oficiales, 6,000 personas desaparecieron en Argentina en la denominada "guerra sucia", aunque organizaciones de defensa de los derechos humanos las cifran en 30,000.
24 Horas de Chile