El Gobierno abandona su postura pro Chávez

Después de los últimos contactos de "alto nivel" con funcionarios de EU, el gobierno de Néstor Kirchner se desmarcó ayer de la administración del venezolano Hugo Chávez, cuando el ministro de Defensa, José Pampuro, deseó públicamente que la reciente compra de material bélico por parte de Venezuela a España "no sea una escalada militar en la región", y que tales adquisiciones "rompen el equilibrio". Esta "nueva posición" de la administración Kirchner ante Venezuela, con quien siempre habló de integración junto a Brasil y Uruguay, aparece luego de que la semana pasada el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, se entrevistara aquí con Pampuro y dos días después de que Kirchner dialogara telefónicamente con su par, George W. Bush, quien manifestó su preocupación "con lo que pasa en Bolivia y en Venezuela". Ayer, en una muestra más de la intensidad de la relación con EU, el canciller Rafael Bielsa visitó en el Departamento de Estado a su colega Condoleezza Rice, a quien le solicitó "el apoyo de Estados Unidos para la negociación con el FMI y el G7 (Grupo de los 7 países industrializados) y analizaron no sólo la situación de Venezuela, sino "también la de Haití y Bolivia", según voceros de la Cancillería argentina. El pasado martes, Chávez firmó un acuerdo con España durante la visita del jefe de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para la compra de armamento y material bélico por mil 700 millones de dólares, la mayor operación de tipo militar de los últimos años en Venezuela, lo que volvió a despertar las quejas de EE. UU., que considera a Chávez "un peligro para la región". Ya en febrero último, durante la visita de Chávez a Argentina, Kirchner dio señales de cierta distancia para con su par venezolano. Pero en Argentina, a Chávez no sólo lo respaldan sectores piqueteros (desempleados) y de izquierda, sino también el ex presidente interino y caudillo del Partido Justicialista (PJ-ex peronista) Eduardo Duhalde. El ex presidente argentino precisamente había criticado la injerencia de Estados Unidos en la región, aunque cabe señalar que los funcionarios en Washington rara vez prestan atención a los dichos de ex gobernantes latinoamericanos.