Secuestro de Cecilia Cubas : los captores habían festejado con un asado

En la noche del 21 de setiembre de 2004, poco después del secuestro de Cecilia Cubas (ocurrido a las 18:45 hs), la banda criminal llegaba a la casa ubicada en la calle Las Palmas 342, barrio Mbocayaty de Ñemby, alrededor de las 20:00 hs. Mientras los vecinos observaban estoicamente las noticias, los delincuentes llegaron a la vivienda en cuatro vehículos, abrieron los portones e hicieron un asado en el patio de la casa para ocultar el condenable hecho, pero para celebrarlo en privado. En la ocasión entraron a la casa cuatro rodados. El primero era el Ford Ranger de color blanco que conducía Manuel Cristaldo Mieres -uno de los principales imputados-, seguido de dos camionetas tipo Montero (de color oscuro) y un vehículo VW Gol. La tierra extraída de este túnel fue colocada en contenedores en la vereda 15 días antes del plagio. En cinco viajes pequeño camión se llevó los sobrantes de la excavación. Así lo confirmaron vecinos del lugar, que no observaron nada fuera de lo común en la celebración. "Ibamos a jugar voleyball y fue la primera vez que vimos tantos vehículos frente a la casa; pensábamos que se reunieron para el asado. Para cuando regresamos ya no había nada y todo estaba cerrado", comentó un albañil que vive a media cuadra del lugar, pero que no quiso dar su nombre a conocer. Esa fue la primera vez que los vecinos vieron que la casa estaba habitada, pues poco antes estaba en obras. La pelirroja, como decían a Magna María Meza -por el color de la cabellera de la mujer, también imputada-, era vista cada tanto cuando iba a una despensa cercana o a la carnicería con toda naturalidad. A uno de los almaceneros habría comentado que tenía miedo por la inseguridad que había en la zona, por lo que pronto se iría del lugar. Los pobladores de la casa desaparecieron el 18 de enero aproximadamente, cuando fueron vistos por última vez en el barrio. Los vecinos también confirmaron que el comisario Merardo Palacios en varias ocasiones iba a observar la casa. "Dejaba su vehículo a una cuadra más o menos y venía a mirar. Estaba siempre vestido de particular", comentó la fuente. El caso del secuestro de Cecilia Cubas -hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas- continúa resaltando en todos los medios paraguayos, y además es mencionado a modo de ícono que sirve para ilustrar la realidad de la vida en Paraguay desde el regreso de la democracia : una clase política en su mayoría corrupta que utiliza a las fuerzas de seguridad como guardia pretoriana y como cómplice de sus propios delitos; ausencia total de justicia, aumento constante de la violencia y criminalidad, y un nivel de pobreza incurable y aún en aumento.