POLITICA: EL PRESIDENTE VENEZOLANO HABIA ANTICIPADO LA COMPRA DE ESTACIONES DE SHELL EN EL PAIS

Dolor de cabeza para PDVSA y Chávez : Shell no abandona la Argentina

En un grosero error de anticipación, Chávez había señalado que PDVSA se posicionaría en la Argentina mediante la adquisición de las estaciones de Shell. Autoridades de la petrolera en Argentina desmintieron tales afirmaciones, y apuestan a quedarse.

21 de Julio de 2010

Shell desmintió la venta de su filial argentina. "La posibilidad se evaluó, pero hace 15 a 20 días se llegó a la conclusión de que la compañía seguirá firme en la Argentina: no nos vamos", dijo el titular de la empresa en el país, Juan José Aranguren. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró el martes pasado que la petrolera estatal de su país, PDVSA, estaba negociando la compra de la filial argentina de Shell. "Estamos en adelantadas conversaciones, ya que hay un interés común —dijo el mandatario venezolano—. Shell está retirando inversiones de América latina y nosotros queremos invertir en la región".

Las versiones en ese entonces apuntaron hacia Argentina y Chile, en un contexto en el cual Shell debió hacer un fuerte reajuste en las declaración de reservas petroleras probadas que había presentado ante las autoridades bursátiles de EE.UU., Aranguren, Shelllo que tuvo un fuerte impacto en sus balances. Se habló de que la angloholandesa pedía 1.000 millones de dólares por la filial argentina. El ministro de Energía de Venezuela, Rafael Ramírez, también titular de PDVSA, dijo la semana pasada cuando se le preguntó si pagarían esa cifra por las estaciones de servicio de Shell en la Argentina: "Estamos discutiendo el precio, pero me parece que esa cifra es demasiado alta". Shell llegó al país en 1914. No tiene aquí campos petroleros, sino que compra crudo y lo procesa en su refinería, una de las más modernas del país, con capacidad de 100.000 barriles por día. Y posee una red de 930 estaciones de servicio.

La facturación en 2004 rondó entre 1.300 y 1.400 millones de dólares. Aranguren no da mayores precisiones, pero el resultado de la empresa el año pasado fue una pérdida de US$ 15 millones, a lo que debe sumarse una deuda de US$ 92 millones con otras petroleras por crudo. La indiscutible realidad del mercado argentino señala que recién en 2004 comenzó a frenarse la caída de los ingresos por venta de naftas, luego de 10 años. Shell aspira a quedarse debido, por un lado, a la trayectoria de 90 años que tiene en la Argentina y por otro, a su fuerte creencia de que el mercado se recuperará y que saldrán del rojo para fines de 2005.

Es ineludible que la respuesta del presidente de Shell repercutirá en forma de otro dolor de cabeza para el Presidente Hugo Chávez en su intento por captar una porción de la torta del negocio del petróleo aquí, y afectará indirectamente al Gobierno de Kirchner, que en su momento dio por sentada la retirada de Shell y el desembarco de PDVSA a toda máquina en nuestro país.

El hecho también da una cuota de razón a quienes en su momento sostuvieron que el gobierno argentino presionaba cada vez más a las petroleras para frenar los aumentos en las naftas, y conociendo la situación económico-financiera de Shell, especulaban con que sus activos podrían quedar rápidamente en manos de PDVSA y ENARSA, que en los papeles es ni más ni menos que una fachada para permitir la expansión de Chávez en los países del sur de Sudamérica.

 

El Ojo Digital