El explosivo impulso de Amazon: horizonte de oportunidades infinitas
En el vertiginoso mundo de los mercados, pocos eventos capturan la atención global...
01 de Noviembre de 2025
En el vertiginoso mundo de los mercados, pocos eventos capturan la atención global como un repunte repentino en el valor de una de las compañías más emblemáticas del planeta.

Amazon.com Inc. ($AMZN), gigante del e-commerce y el cloud computing, ha protagonizado uno de los ascensos más espectaculares en la Bolsa de Nueva York en las últimas semanas de octubre de 2025, catapultando su cotización a máximos históricos -acariciando los US$ 252 por acción.
El incremento, que superó el 11% en una sola sesión de trading el 31 de octubre, no remite a un mero capricho del mercado, sino que gana tracción en el resultado de una confluencia de factores fundamentales que han disipado dudas acumuladas durante gran parte del 2025 en curso.
En un contexto donde la inteligencia artificial (IA) redefine industrias enteras y el consumo digital se consolida como pilar de la economía global, el caso de Amazon ilustra cómo la innovación sostenida puede transformar la percepción de los inversores, dando pie a una construcción de valor exponencial. A efectos de contextualizar este repunte, es esencial remontarse al desempeño de Amazon a lo largo de 2025, año que hasta hace poco parecía mantenerse como eterno rehén de la cautela. Desde el inicio del ejercicio, las acciones de $AMZN habían avanzado apenas un 2,4% en términos anuales, un rendimiento anodino en comparación con el auge del 24% experimentado por Microsoft o aún del 49% registrado por Alphabet (Google), sus pares en el sector tecnológico. La rezagada trayectoria se atribuía a un acopio de presiones: el enfriamiento aparente en el crecimiento de Amazon Web Services (AWS), su división de cloud computing -la cual representa cerca del 60% de sus ingresos operativos-; preocupaciones surgidas tras el impacto de posibles aranceles comerciales en su cadena de suministro global, particularmente dependiente de vendedores chinos -estos aportan el 40% del volumen bruto de mercancías (GMV)-; y un entorno macroeconómico con tasas de interés elevadas que limitaban el apetito por inversiones en tecnología de alto costo.
Analistas de la talla de Wells Fargo habían observado, durante septiembre pasado, cómo el margen operativo de AWS se precipitaba en un 32,9% de cara al segundo trimestre, afectado por compensaciones en acciones, una depreciación acelerada y fluctuaciones cambiarias adversas, lo que generaba dudas sobre la capacidad de Amazon a la hora de mantener su liderazgo en un mercado cloud que consignaba el avance de Azure de Microsoft y Google Cloud. Sin embargo, estos vientos en contra terminarían ganando forma de nubes pasajeras; el verdadero catalizador del repunte radicaba en la capacidad de la compañía para revertir narrativas negativas mediante resultados concretos, demostrando que su polifacético modelo de negocios -que abarca e-commerce, publicidad digital, streaming y cloud servicing- posee una resiliencia inigualable.
El detonante inmediato del aumento en la cotización de $AMZN fue, naturalmente, el anuncio de los resultados del tercer trimestre fiscal de 2025, divulgados el 30 de octubre, que no solo superaron las expectativas de Wall Street, sino que reconfiguraron el panorama de expectativas para el futuro inmediato. La compañía reportó ingresos totales de US$ 180.170 millones, un 13% más que en el mismo período de 2024 y un 1,3% por encima de las proyecciones de analistas, que auguraban un guarismo lindante con los US$ 177.800 millones.
Más impactante aún fue el beneficio por acción (EPS), que alcanzó los 1,95 dólares frente a los 1,57 dólares anticipados, reflejando una eficiencia operativa que ha sido el sello distintivo de Amazon bajo la dirección de Andy Jassy. Este beat en los números críticos no fue un evento aislado, sino el reflejo de una estrategia integral que ha priorizado la rentabilidad sobre el crecimiento a toda costa, giro inaugurado en 2023 con recortes agresivos de costos que involucraron la eliminación de 14 mil puestos de trabajo corporativos, en un esfuerzo por alinear la estructura con una cultura de eficiencia, no impulsada por la IA per se, sino por una profunda y abarcativa revisión cultural. Jassy enfatizó en la llamada de ganancias que estos ajustes no responden a una automatización inmediata vía Inteligencia Artificial (como bramaba un coro de dramáticas voces), sino a una corrección frente a sobrecontrataciones pasadas que databa de la temporada de cuarentenas (2020), lo que tranquilizó a inversores preocupados por despidos masivos en favor de robots.
El mercado reaccionó de inmediato: en el after-hours del 30 de octubre, las acciones se dispararon en un 10,6% y, al cierre del 31 de octubre, el salto del 13% impulsó la capitalización bursátil de Amazon en centenares de miles de millones de dólares, alcanzando un récord que la posiciona como una de las Magnificent Seven con momentum renovado. Al analizarse en profundidad las causales detrás del ampuloso beat trimestral, el impulsor fue el resurgimiento de AWS, cuya división generó US$ 33 mil millones en ingresos -consignando un crecimiento del 20% interanual; vale decir, la tasa más alta en casi tres años- y superó las expectativas previas de US$ 32.420 millones.
Este vigor de la nube no es casualidad, sino el fruto directo del boom de la IA, que en efecto ha disparado la demanda de infraestructura computacional de alto rendimiento. Empresas globales, desde startups emparentadas con protocolos de machine learning hasta corporaciones Fortune 500, están invirtiendo masivamente en centros de datos para entrenar modelos de IA generativa, y AWS, con su dominio del 31% del mercado cloud (frente al 25% de Azure y el 11% de Google Cloud), se beneficia de manera desproporcionada. Amazon ha apostado fuerte por este factor: su anuncio de un aumento en el gasto de capital (capex) a US$ 125 mil millones de dólares para 2025, frente a los US$ 118 mil millones previos, se destina en gran medida a la expansión futura de data centers equipados con chips personalizados (ejemplo: el Trainium2), que ciertamente potenciarán alianzas con firmas como Anthropic, en la que Amazon ha invertido US$ 8 mil millones.
Este ciclo virtuoso -traducido en inversión en hardware AI genera mayor capacidad, atracción de más clientes, impulso frenético de ingresos- explica por qué analistas de Pivotal Research se han inclinado por describir a Amazon como poseedora de un 'foso profundo' en torno a su core business, impulsado por una escala inigualable. Adicionalmente, el potenciado capex, aunque en los inicios alarmante para algunos inversores temerosos ante escenarios de licuación o dillution, se percibe ahora como una apuesta estratégica que brindará a AWS una posición inmejorable para capturar una porción mayor de la torta de la IA, proyectada en billones de dólares para la década entrante.
Otro pilar fundamental del repunte fue el desempeño estelar del negocio de publicidad digital, que escaló un 24% a US$ 17.700 millones, consolidando a Amazon como el tercer jugador global en ad spending trás Google y Meta. Esta división, con frecuencia subestimada, opera en el ecosistema de e-commerce donde Amazon compila datos de comportamiento de consumo en tiempo real, permitiendo campañas hiperpersonalizadas que generan retornos superiores al 20% en ROI para anunciantes.
Así, pues, el auge de eventos como Prime Day en octubre, que impulsara volúmenes récord de transacciones, amplificó el citado efecto, en razón de que más ventas implican más oportunidades para insertar anuncios patrocinados en búsquedas y recomendaciones. Por supuesto, las explicaciones macro también desempeñan un rol: con la Reserva Federal de los Estados Unidos implementando recortes de tasas en septiembre de 2025, el consumo discrecional se abrazó a la reactivación, beneficiándose directamente el online retail de Amazon, que acusó un incremento del 11% en ventas en América del Norte. Los vendedores chinos, pese a las tensiones regulatorias en su país natal -donde Pekín exige auditorías fiscales retroactivas de cinco años y la correspondiente divulgación de datos a la autoridad tributaria-, han mantenido su contribución al GMV, aunque analistas advierten de riesgos a corto plazo, para un escenario potencial en el que regulaciones más estrictas provoquen salidas masivas. No obstante ello, el optimismo por Black Friday y Navidad -que anticipan proyecciones de ventas récord- ha eclipsado estas sombras, como lo evidenciara Jassy de cara al cuarto trimestre, previendo ingresos por encima de las estimaciones.
La reacción del mercado a estos resultados no se limitó a un spike efímero; fue una validación colectiva de la tesis de inversión en Amazon como una 'acción de crecimiento increíble', de acuerdo a métricasque correlacionan revisiones al alza en estimaciones de ganancias contra movimientos alcistas sostenidos en precios. Minutos después del anuncio, firmas como JPMorgan elevaron su price target (un año) a US$ 305, mientras que Evercore ISI lo fijó en US$ 335, reflejando una convicción en que $AMZN está infravalorada al menos en un 14,58% al considerarse su potencial.
El consenso de 47 analistas en plataformas como TipRanks y StockAnalysis asocia a la acción con la envidiable etiqueta del Strong Buy, con un target price promedio de US$ 279,83, impulsado por proyecciones de ingresos que escalarán de US$ 710 mil millones en 2025 a US$ 1,153 billones hacia 2030. Esta oleada de upgrades -que también contabiliza a Wedbush, que anticipa un 'breakout' en 2026, y Goldman Sachs, que ajustó alzas en el transcurso de este mes- ha atraído flujos institucionales masivos, con opciones flow mostrando apuestas alcistas en calls de diciembre a US$ 235 dólares, pese a precios ya estacionados en los US$ 250.
Al atender al horizonte, las perspectivas para $AMZN en 2026 y más allá son inequívocamente luminosas, respaldadas por un coro de consultoras y calificadoras que ven en Amazon no solo un líder defensivo, sino a un multiplicador exponencial de riqueza. Wedbush Securities, en un informe del 24 de octubre pasado, pronostica que el stock 'se prepara para un breakout en 2026' tras rezagarse en 2025, citando el viento de cola favorable de los recortes de la Fed y un renacimiento del retail impulsado por IA en logística.
Morgan Stanley, por su parte, estima ahorros anuales de hasta US$ 4 mil millones terciando la transición a robots en centros dedicados a fulfillment -Amazon planea 40 instalaciones robotizadas para fin de 2026—, reduciendo costos por orden en un 20-40% y elevando márgenes en e-commerce del 5% actual a 8-10%. Este enfoque en eficiencia operativa, combinado con AWS capturando el 40% del mercado AI cloud para 2027 de acuerdo a proyecciones internas, posiciona a Amazon para generar US$ 100 mil millones en ganancias netas anuales hacia 2026, justificando un múltiplo P/E forward de 30, lo cual consignaría una capitalización de US$ 3 billones de dólares para fin de año.

Amazon.com Inc. ($AMZN), gigante del e-commerce y el cloud computing, ha protagonizado uno de los ascensos más espectaculares en la Bolsa de Nueva York en las últimas semanas de octubre de 2025, catapultando su cotización a máximos históricos -acariciando los US$ 252 por acción.
El incremento, que superó el 11% en una sola sesión de trading el 31 de octubre, no remite a un mero capricho del mercado, sino que gana tracción en el resultado de una confluencia de factores fundamentales que han disipado dudas acumuladas durante gran parte del 2025 en curso.
En un contexto donde la inteligencia artificial (IA) redefine industrias enteras y el consumo digital se consolida como pilar de la economía global, el caso de Amazon ilustra cómo la innovación sostenida puede transformar la percepción de los inversores, dando pie a una construcción de valor exponencial. A efectos de contextualizar este repunte, es esencial remontarse al desempeño de Amazon a lo largo de 2025, año que hasta hace poco parecía mantenerse como eterno rehén de la cautela. Desde el inicio del ejercicio, las acciones de $AMZN habían avanzado apenas un 2,4% en términos anuales, un rendimiento anodino en comparación con el auge del 24% experimentado por Microsoft o aún del 49% registrado por Alphabet (Google), sus pares en el sector tecnológico. La rezagada trayectoria se atribuía a un acopio de presiones: el enfriamiento aparente en el crecimiento de Amazon Web Services (AWS), su división de cloud computing -la cual representa cerca del 60% de sus ingresos operativos-; preocupaciones surgidas tras el impacto de posibles aranceles comerciales en su cadena de suministro global, particularmente dependiente de vendedores chinos -estos aportan el 40% del volumen bruto de mercancías (GMV)-; y un entorno macroeconómico con tasas de interés elevadas que limitaban el apetito por inversiones en tecnología de alto costo.
Analistas de la talla de Wells Fargo habían observado, durante septiembre pasado, cómo el margen operativo de AWS se precipitaba en un 32,9% de cara al segundo trimestre, afectado por compensaciones en acciones, una depreciación acelerada y fluctuaciones cambiarias adversas, lo que generaba dudas sobre la capacidad de Amazon a la hora de mantener su liderazgo en un mercado cloud que consignaba el avance de Azure de Microsoft y Google Cloud. Sin embargo, estos vientos en contra terminarían ganando forma de nubes pasajeras; el verdadero catalizador del repunte radicaba en la capacidad de la compañía para revertir narrativas negativas mediante resultados concretos, demostrando que su polifacético modelo de negocios -que abarca e-commerce, publicidad digital, streaming y cloud servicing- posee una resiliencia inigualable.
El detonante inmediato del aumento en la cotización de $AMZN fue, naturalmente, el anuncio de los resultados del tercer trimestre fiscal de 2025, divulgados el 30 de octubre, que no solo superaron las expectativas de Wall Street, sino que reconfiguraron el panorama de expectativas para el futuro inmediato. La compañía reportó ingresos totales de US$ 180.170 millones, un 13% más que en el mismo período de 2024 y un 1,3% por encima de las proyecciones de analistas, que auguraban un guarismo lindante con los US$ 177.800 millones.
Más impactante aún fue el beneficio por acción (EPS), que alcanzó los 1,95 dólares frente a los 1,57 dólares anticipados, reflejando una eficiencia operativa que ha sido el sello distintivo de Amazon bajo la dirección de Andy Jassy. Este beat en los números críticos no fue un evento aislado, sino el reflejo de una estrategia integral que ha priorizado la rentabilidad sobre el crecimiento a toda costa, giro inaugurado en 2023 con recortes agresivos de costos que involucraron la eliminación de 14 mil puestos de trabajo corporativos, en un esfuerzo por alinear la estructura con una cultura de eficiencia, no impulsada por la IA per se, sino por una profunda y abarcativa revisión cultural. Jassy enfatizó en la llamada de ganancias que estos ajustes no responden a una automatización inmediata vía Inteligencia Artificial (como bramaba un coro de dramáticas voces), sino a una corrección frente a sobrecontrataciones pasadas que databa de la temporada de cuarentenas (2020), lo que tranquilizó a inversores preocupados por despidos masivos en favor de robots.
El mercado reaccionó de inmediato: en el after-hours del 30 de octubre, las acciones se dispararon en un 10,6% y, al cierre del 31 de octubre, el salto del 13% impulsó la capitalización bursátil de Amazon en centenares de miles de millones de dólares, alcanzando un récord que la posiciona como una de las Magnificent Seven con momentum renovado. Al analizarse en profundidad las causales detrás del ampuloso beat trimestral, el impulsor fue el resurgimiento de AWS, cuya división generó US$ 33 mil millones en ingresos -consignando un crecimiento del 20% interanual; vale decir, la tasa más alta en casi tres años- y superó las expectativas previas de US$ 32.420 millones.
Este vigor de la nube no es casualidad, sino el fruto directo del boom de la IA, que en efecto ha disparado la demanda de infraestructura computacional de alto rendimiento. Empresas globales, desde startups emparentadas con protocolos de machine learning hasta corporaciones Fortune 500, están invirtiendo masivamente en centros de datos para entrenar modelos de IA generativa, y AWS, con su dominio del 31% del mercado cloud (frente al 25% de Azure y el 11% de Google Cloud), se beneficia de manera desproporcionada. Amazon ha apostado fuerte por este factor: su anuncio de un aumento en el gasto de capital (capex) a US$ 125 mil millones de dólares para 2025, frente a los US$ 118 mil millones previos, se destina en gran medida a la expansión futura de data centers equipados con chips personalizados (ejemplo: el Trainium2), que ciertamente potenciarán alianzas con firmas como Anthropic, en la que Amazon ha invertido US$ 8 mil millones.
Este ciclo virtuoso -traducido en inversión en hardware AI genera mayor capacidad, atracción de más clientes, impulso frenético de ingresos- explica por qué analistas de Pivotal Research se han inclinado por describir a Amazon como poseedora de un 'foso profundo' en torno a su core business, impulsado por una escala inigualable. Adicionalmente, el potenciado capex, aunque en los inicios alarmante para algunos inversores temerosos ante escenarios de licuación o dillution, se percibe ahora como una apuesta estratégica que brindará a AWS una posición inmejorable para capturar una porción mayor de la torta de la IA, proyectada en billones de dólares para la década entrante.
Otro pilar fundamental del repunte fue el desempeño estelar del negocio de publicidad digital, que escaló un 24% a US$ 17.700 millones, consolidando a Amazon como el tercer jugador global en ad spending trás Google y Meta. Esta división, con frecuencia subestimada, opera en el ecosistema de e-commerce donde Amazon compila datos de comportamiento de consumo en tiempo real, permitiendo campañas hiperpersonalizadas que generan retornos superiores al 20% en ROI para anunciantes.
Así, pues, el auge de eventos como Prime Day en octubre, que impulsara volúmenes récord de transacciones, amplificó el citado efecto, en razón de que más ventas implican más oportunidades para insertar anuncios patrocinados en búsquedas y recomendaciones. Por supuesto, las explicaciones macro también desempeñan un rol: con la Reserva Federal de los Estados Unidos implementando recortes de tasas en septiembre de 2025, el consumo discrecional se abrazó a la reactivación, beneficiándose directamente el online retail de Amazon, que acusó un incremento del 11% en ventas en América del Norte. Los vendedores chinos, pese a las tensiones regulatorias en su país natal -donde Pekín exige auditorías fiscales retroactivas de cinco años y la correspondiente divulgación de datos a la autoridad tributaria-, han mantenido su contribución al GMV, aunque analistas advierten de riesgos a corto plazo, para un escenario potencial en el que regulaciones más estrictas provoquen salidas masivas. No obstante ello, el optimismo por Black Friday y Navidad -que anticipan proyecciones de ventas récord- ha eclipsado estas sombras, como lo evidenciara Jassy de cara al cuarto trimestre, previendo ingresos por encima de las estimaciones.
La reacción del mercado a estos resultados no se limitó a un spike efímero; fue una validación colectiva de la tesis de inversión en Amazon como una 'acción de crecimiento increíble', de acuerdo a métricasque correlacionan revisiones al alza en estimaciones de ganancias contra movimientos alcistas sostenidos en precios. Minutos después del anuncio, firmas como JPMorgan elevaron su price target (un año) a US$ 305, mientras que Evercore ISI lo fijó en US$ 335, reflejando una convicción en que $AMZN está infravalorada al menos en un 14,58% al considerarse su potencial.
El consenso de 47 analistas en plataformas como TipRanks y StockAnalysis asocia a la acción con la envidiable etiqueta del Strong Buy, con un target price promedio de US$ 279,83, impulsado por proyecciones de ingresos que escalarán de US$ 710 mil millones en 2025 a US$ 1,153 billones hacia 2030. Esta oleada de upgrades -que también contabiliza a Wedbush, que anticipa un 'breakout' en 2026, y Goldman Sachs, que ajustó alzas en el transcurso de este mes- ha atraído flujos institucionales masivos, con opciones flow mostrando apuestas alcistas en calls de diciembre a US$ 235 dólares, pese a precios ya estacionados en los US$ 250.
Al atender al horizonte, las perspectivas para $AMZN en 2026 y más allá son inequívocamente luminosas, respaldadas por un coro de consultoras y calificadoras que ven en Amazon no solo un líder defensivo, sino a un multiplicador exponencial de riqueza. Wedbush Securities, en un informe del 24 de octubre pasado, pronostica que el stock 'se prepara para un breakout en 2026' tras rezagarse en 2025, citando el viento de cola favorable de los recortes de la Fed y un renacimiento del retail impulsado por IA en logística.
Morgan Stanley, por su parte, estima ahorros anuales de hasta US$ 4 mil millones terciando la transición a robots en centros dedicados a fulfillment -Amazon planea 40 instalaciones robotizadas para fin de 2026—, reduciendo costos por orden en un 20-40% y elevando márgenes en e-commerce del 5% actual a 8-10%. Este enfoque en eficiencia operativa, combinado con AWS capturando el 40% del mercado AI cloud para 2027 de acuerdo a proyecciones internas, posiciona a Amazon para generar US$ 100 mil millones en ganancias netas anuales hacia 2026, justificando un múltiplo P/E forward de 30, lo cual consignaría una capitalización de US$ 3 billones de dólares para fin de año.
Seeking Alpha, en un análisis reciente, selecciona a $AMZN como el 'pick' del mundillo Big Tech para 2026, destacando su proyección de casi cuarenta centros de entrega robotizados y un margen operativo en AWS que podría recuperarse al 39% con economías de escala en Trainium. Otras calificadoras refuerzan esta narrativa optimista. En efecto, Goldman Sachs y KeyBanc han elevado sus respectivos targets recientemente, con un promedio de US$ 267,30 que implica un upside del 19,2% desde niveles actuales, enfatizando la supremacía en los conciertos e-commerce y cloud.
Stifel Nicolaus ve en la publicidad digital un catalizador subestimado, proyectando un crecimiento del 25% anual hasta 2028 gracias a integraciones de IA en recomendaciones personalizadas. Incluso en escenarios bajistas, como un endurecimiento regulatorio en China que impacte en el 40% del GMV, analistas de Barchart argumentan que la diversificación -con el énfasis puesto en comerciantes domésticos de los EE.UU. y la expansión en verdulerías y salud- mitiga riesgos, manteniendo un EPS de US$ 8 para 2026. Mientras tanto, TradingView ha compartido su target de US$ 285,21, con máximos de US$ 335 de la ya citada Evercore; CNN Markets ha evaluado que $AMZN tiene 'una sólida chance de alcanzar la condición de outperformer en el mercado, durante los próximos 12 meses'. Nasdaq predice que Amazon podría convertirse en la compañía más valiosa del mundo para 2026, superando a Apple y Microsoft, gracias a un rebote en AWS y AI.
Estas perspectivas optimistas no revelan una base especulativa; antes, bien, se apalancan en modelos que asumen un crecimiento del 15% en ingresos totales para 2026, impulsado por un 25% en AWS y 20% en avisos, con el capex estabilizándose en US$ 75 mil millones anuales post-2025.
En síntesis, el importante aumento en la cotización de $AMZN en Nueva York no sería un accidente, sino la culminación de una transformación estratégica que ha reconvertido desafíos en fortalezas. Desde el beat en el tercer trimestre, liderado por AWS y la publicidad en un contexto de reactivación del consumo, Amazon emerge como un bastión de crecimiento en un mundo centrado en el empeño IA. Para los inversores, el mensaje es claro: con un consenso en torno al 'Buy' y price targets que apuntan a un crecimiento de entre el 14 y el 36%, $AMZN no solo ha renacido, sino que se perfila como una acción que multiplicará millonarios durante la próxima década.
En un mercado volátil, donde la innovación dicta supervivencia, Amazon no solo sobrevive; también domina.