INTERNACIONALES: MATIAS E. RUIZ

Cálculo militar en clave de Armagedón: el desafío hipersónico iraní

El presente interdicto bélico entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán ha sido una constante...

16 de Junio de 2025


El presente interdicto bélico entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán ha sido una constante en el panorama geopolítico de Oriente Medio durante más de cuatro décadas; la dinámica de sus prolegómenos se nutre de una profunda rivalidad, que ha evolucionado desde tensiones ideológicas hasta enfrentamientos militares directos e indirectos. En años recientes, la confrontación ha adquirido una novedosa dimensión, terciando la introducción de tecnologías avanzadas -en particular,el desarrollo y empleo (por parte de Teherán) de misiles hipersónicos.

Misil hipersónico iraníEsta categoría de armamento representan un desafío táctico, aunque también estratégico, para los sistemas de defensa antimisiles israelíes; aún cuando estos se contabilizan entre los más sofisticados del mundo, han emergido vulnerabilidades inclasificables en la previa -por cuanto no habían sido sometidos a un estrés definitorio.

La historia de las relaciones entre Israel e Irán ofrece un contexto esencial a efectos de comprender la magnitud de la crisis actualmente en progreso. Antes de la Revolución Islámica de 1979, ambos países mantenían una relación relativamente amistosa bajo el gobierno del Sha Reza Pahlavi. Teherán reconoció entonces al Estado de Israel tras su establecimiento en 1948 y, en el transcurso de las décadas subsiguientes, ambas naciones cooperaron en asuntos variopintos como inteligencia, comercio y energía. No obstante, la revolución liderada por el ayatolá Ruhollah Khomeini consignó un punto de inflexión draconiano. El flamante régimen islámico adoptó una postura antiisraelí, viendo al Estado judío como una entidad ilegítima y un instrumento del imperialismo occidental en la región. De tal suerte que la República Islámica patrocinó una política de oposición activa a Israel, respaldando a organizaciones militantes como Hezbolá en Líbano y Hamás en Gaza y su periferia, ejecutando ambos núcleos ataques contra objetivos israelíes durante años. En efecto, el apoyo iraní a estos ejércitos subsidiarios o proxies involucró la provisión de armamento, entrenamiento y financiación.

Décadas después, la rivalidad se tradujo en la multiplicación de operaciones encubiertas y enfrentamientos de orden indirecto. Por su parte, el liderato político en Tel Aviv fue acusado de llevar a cabo acciones como el ciberataque Stuxnet en 2010, que afectó gravemente los sistemas operativos en instalaciones nucleares iraníes, y de sancionar la ejecución extrajudicial de científicos atómicos relevantes para el programa de Teherán; un ejemplo es el homicidio de Mohsen Fakhrizadeh en 2020, que fuera atribuído al accionar de activos israelíes. En contrapartida, el régimen iraní fue vinculado a la ejecución de diferentes atentados contra intereses israelíes en el extranjero, al tiempo que intensificaba la sofisticación de su programa de misiles balísticos, lo que Israel percibe como una amenaza existencial. Naturalmente, el programa nuclear iraní ha sido otro notorio foco de tensión, con Israel advirtiendo -desde hace más de veinte años- sobre la posibilidad de que Teherán cuente eventualmente con armas de destrucción masiva, aún contra las declaraciones oficiales iraníes en el sentido de que tales actividades revistaban fines pacíficos. Toda vez que Tel Aviv ha considerado la planificación de ataques preventivos contra las instalaciones nucleares de su adversario, la comunidad internacional -mediante acuerdos como el Plan de Acción Integral Conjunto de 2015- buscó mediar en la disputa, aunque consolidándose resultados mixtos luego de la retirada de los Estados Unidos del convenio JCPOA en 2018.

En épocas más recientes, el conflicto transicionó hacia un formato de enfrentamiento directo. Israel ha llevado a cabo cientos de ataques aéreos en Siria contra posiciones iraníes y de Hezbolá, a criterio de impedir el establecimiento de una presencia militar permanente de Irán en sus extramuros. A su vez, Teherán ha respondido con amenazas y ataques esporádicos, como el lanzamiento de misiles y aeronaves no tripuladas (UAVs) contra territorio israelí en abril de 2024, a título de represalia por el supuesto ataque israelí contra su embajada en Damasco. A la postre, el elemento que ha transformado cualitativamente este enfrentamiento es el desarrollo y despliegue de los misiles hipersónicos iraníes, tecnología que por estas horas desafía las capacidades defensivas multilayer de Israel y eleva las apuestas en el concierto de rivalidad.

En rigor, la tecnología misilística hipersónica representa un avance significativo en materia de tecnología militar, definidos estos vectores por su capacidad de trasladarse a velocidades superiores a Mach 5 (esto es, cinco veces la velocidad del sonido; aproximadamente, 6.000 kilómetros horarios), y aún de maniobrar durante su trayectoria. A diferencia de los misiles balísticos tradicionales, que se atiene a una trayectoria parabólica predecible tras su lanzamiento, el vector hipersónico pueden alterar su curso en vuelo, complicando las operaciones de intercepción. Existen dos categorías principales: los vehículos del tipo HGV, impulsados inicialmente por un cohete pero que luego planean hacia su objetivo predeterminado, y los misiles de crucero hipersónicos, impulsados en forma contínua por motores avanzados como los scramjets. Irán ha afirmado haber dominado esta tecnología, un logro que, de ser cierto, lo colocaría entre un selecto grupo de naciones con capacidades hipersónicas, incluyendo a la Federación Rusa, la República Popular China, y los Estados Unidos de América. A la luz de los ataques ejecutados en perjuicio de Israel en las últimas horas, las afirmaciones iraníes hallan correlato con la realidad.

El programa misilístico iraní tiene sus raíces en la guerra irano-iraquí (1980-1988), cuando el país comenzó a desarrollar capacidades balísticas para contrarrestar las amenazas de Saddam Hussein. Con el tiempo, la iniciativa evolucionó notablemente, terciando la asistencia técnica de naciones como Corea del Norte y, muy probablemente, de tecnología adquirida o adaptada de otras potencias. En noviembre de 2022, por ejemplo, Teherán anunció el desarrollo del misil balístico hipersónico Fattah-1, afirmando que podía alcanzar velocidades superiores a Mach 10 y que contabilizaba un alcance de 1.400 kilómetros -por cierto, suficiente para amenazar a Israel desde territorio iraní. Más tarde, en junio de 2023, el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria Islámica, presentó al público la variante Fattah-2, una versión mejorada que, según fuentes iraníes como la agencia Tasnim, alcanza velocidades de hasta Mach 15 y un alcance ampliado superior a los dos mil kilómetros. Afirmaría entonces Hajizadeh: 'Este misil es una herramienta de disuasión que ningún sistema antimisiles actual puede detener' (Tasnim, 2023).

En tanto una plétora de analistas occidentales han cuestionado la veracidad de estas afirmaciones, evidencia open source e informes de inteligencia sugieren que Irán ha logrado consolidar significativos avances. Durante los enfrentamientos de octubre de 2024, Irán lanzó varios misiles de la variante Fattah-2 contra objetivos militares en Israel, en lo que fue descrito como una respuesta a las operaciones israelíes en Siria y Gaza. Según el medio iraní Press TV, estos vectores fueron diseñados para evadir las defensas antimisiles más avanzadas, y los informes iniciales indicaron que al menos dos de ellos impactaron cerca de bases aéreas israelíes, provocando daños limitados pero despachando un contundente mensaje respecto de las capacidades iraníes. Desde la perspectiva de Teherán, el desarrollo en este sensible dominio responde a una necesidad estratégica: disuadir al Estado de Israel y a sus aliados, particularmente los Estados Unidos de América, proyectando poder en la región y contrarrestando la superioridad militar convencional de sus adversarios. El experto israelí Yossi Melman ofreció un corolario somático para este particular: 'Los shiítas son históricamente propensos al sufrimiento, conforme lo han demostrado en la guerra de atrición de ocho años con Irak'.

Ciertamente, el avance iraní forzó a Israel a poner en funcionamiento una de las arquitecturas de defensa antimisiles más avanzadas que se conocen. El modelo de naturaleza multicapa tiene por objetivo contrarrestar efectivamente un tipo específico de proyectil. Así, pues, Iron Dome, operativo desde 2011, es conocido por su eficacia contra vehículos de corto alcance, como los disparados por Hamás y Hezbolá, retornando un ratio de intercepción ligeramente superior al 90%. Para lidiar con amenazas de mediano alcance, el ecosistema israelí depende de David’s Sling, ingresado en servicio en 2017, y diseñado para la intercepción tanto de vectores tácticos como de aeronaves no tripulados. En el epílogo, el complemento Arrow, con sus variantes 2 y 3, tiene por objetivo neutralizar misiles balísticos de largo alcance. Arrow 3 en particular es capaz de interceptar objetivos fuera de la atmósfera terrestre, capacidad que -en la teoría, al menos- lo volvería efectivo contra misiles balísticos convencionales desplegados desde distancias como las que separan a la República Islámica de Israel.

No todo es felicidad técnica, sin embargo: amén del carácter robusto de la defensa, material audiovisual recopilado en las últimas cuarenta y ocho horas certifica que los vectores hipersónicos iraníes han puesto a prueba los límites de estos sistemas. Iron Dome ha sido optimizado para tratar con amenazas de menor velocidad y alcance, careciendo de la capacidad para contrarrestar proyectiles que se movilizan a velocidades hipersónicas. David’s Sling y las variantes Arrow, sin perjuicio de su avanzada naturaleza, se enfrentan a serias dificultades en razón de las características excepcionales de los vectores hipersónicos. Un trabajo preparado por el prestigioso Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel (INSS) ha sabido anticiparlo con fulgurante claridad: 'La velocidad y maniobrabilidad de los misiles hipersónicos reducen el tiempo de reacción a niveles críticos, mientras que su capacidad para alterar la trayectoria desafía los algoritmos de predicción de los sistemas actuales' (INSS, 2024). En réplica a esta amenaza emergente, Israel ha iniciado el desarrollo del sistema Sky Sonic, anunciado en 2023 por la corporación Rafael Advanced Defense Systems, con el objetivo declarado de contrarrestar específicamente misiles hipersónicos. Infortunadamente para las exigencias estratégicas vigentes, el sistema no verá luz operacional hasta finales de la década, dejando a Israel dependiente de sus capacidades actuales y de la cooperación con aliados como Washington: los destructores equipados con el sistema Aegis -y que normalmente operan en el Mar Mediterráneo- pueden ofrecer una capa adicional de protección, cuando no decisiva.

En desmedro de aquellos esfuerzos, un puñado de misiles hipersónicos iraníes se las arregló para evadir la intercepción del ecosistema israelí, factor que ha comenzado a multiplicar los cuestionamientos en el circuito político-social del Estado hebreo. Desde un punto de vista técnico, la velocidad de los vectores reduce el tiempo disponible para la detección y la contrarréplica a apenas unos minutos. A título de ejemplo, un vector lanzado desde el cuadrante occidental de la geografía iraní podría alcanzar territorio soberano de Israel en un lapso calculado de entre ocho y diez minutos, dependiendo de su velocidad exacta y trayectoria. La ecuación devuelve una limitada ventana de oportunidad que, como es lógico, dificulta la tarea de los radares: los dispositivos de alerta temprana deben primero identificar la amenaza, luego calcular su curso y, acto seguido, coordinar el lanzamiento de un vector interceptor. Adicionalmente, la capacidad de maniobra de los misiles hipersónicos los vuelve impredecibles.

Más desafíos para sumar al combo: Teherán ha recurrido a una estratagemas puntuales para apuntalar la maximización de los beneficios. En ocasión del ataque fechado en octubre de 2024, medios israelíes (para el caso, el Jerusalem Post) informaron que el régimen de los ayatolás se respaldó en una doctrina de utilización de vectores hipersónicos, misiles balísticos convencionales y UAVs para solidificar una maniobra de saturación (o de carpet bombing, en homenaje a veteranos teóricos de la ciencia del conflicto). Como es obvio, la estratagema pretende abrumar los sistemas defensivos ajenos, al presentar múltiples amenazas en simultáneo, forzando a los operadores a priorizar objetivos y a, potencialmente, agotar rápidamente el limitado stock de vehículos o vectores interceptores disponibles. Zvika Haimovich, general de brigada y ex comandante de la Defensa Aérea de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), consignó al respecto: 'Cuando debes hacer frente a una oleada mixta de proyectiles, cada uno con características distintas, el sistema debe tomar decisiones en fracciones de segundo, y eso puede generar brechas' (Haaretz, 2024). Por otro lado, se ha señalado también que los vectores hipersónicos iraníes incorporan un subsistema de señuelos -o, en su defecto, uno que emite señales de trayectorias engañosas- que contribuyen a la confusión técnica, permitiendo que algunos misiles hipersónicos atraviesen la última capa de las defensas. Por demás, es lícito consignar la insuficiencia de la ventaja geográfica en la ecuación bélica del siglo XXI: aunque la distancia entre Irán y el Estado de Israel es notoria, la velocidad extrema del vector hipersónico neutraliza los beneficios de aquel atributo. Bajo la actualización de estos parámetros, la seguridad de la importante base aérea de Nevatim (que alberga los F-35s hebreos) o la del centro de investigaciones nucleares de Dimona (ambas situadas en el desierto de Neguev) ya no puede garantizarse.

Análogamente, e incursionando ya en el dominio de la intrincada ciencia geopolítica, el desarrollo de misiles hipersónicos por cuenta de Teherán también refleja la influencia de sus alianzas. La Federación Rusa, cuyas fuerzas armadas desplegaron misiles hipersónicos como el Kinzhal en Ucrania, podría haber compartido conocimientos técnicos con Irán, aunque la hipótesis aún requiere de mayores evidencias. De igual modo, la frecuente cooperación tecnológica entre Israel y los Estados Unidos ha patrocinado auspiciosas mejoras de sus sistemas de defensa, aunque la veloz evolución de la amenaza hipersónica rubrica la necesidad de apresurar los tiempos de R&D. Problema marginal: soluciones efectivas como los sistemas basados en láser o energía dirigida aún se encuentran en desarrollo, y su disponibilidad inmediata se mantiene en el territorio de la ciencia ficción. Pruebas al canto: la República Islámica de Irán ha sabido explotar ese déficit; y lo ha hecho probando al concierto internacional su capacidad para provocar daños.

Por supuesto, los verificable fallos de Israel a la hora de interceptar los vectores hipersónicos desplegados por su adversario podrían erosionar la percepción de invulnerabilidad del país -ítem que antaño ha servido como base de sustentación para su estrategia disuasiva. A su manera, Teherán puede -de momento, al menos- celebrar el componente propagandístico extra que estos misiles aportan a su narrativa de resistencia, fortaleciendo su posición entre sus aliados y simpatizantes en la región. 

Tal vez el usuario Adm. Collingwood -analista militar británico de referencia obligada en la red X- hallara las palabras exactas para confeccionar una tipología del novedoso escenario: 'Occidente necesita despertar frente a la amenaza misilística. No se trata "solamente" de defender activos navales de superficie, como es el caso de los portaviones: esto concierne a la viabilidad de las Grandes Potencias navales, que se basan en su capacidad de proyectar fortaleza, de defender las vías del tráfico marítimo comercial, y de insertar y apoyar a fuerzas expedicionarias. El moderno panorama misilístico (con la democratización del ataque de precisión, moderno, maniobrable, con tecnología balística intermedia desplegada en red, y los vectores hipersónicos) exige un escrutinio de la gran estrategia desde Mackinder y Mahan, hata que podamos producir una defensa antimisiles creíble, de la cual, por estas horas, carecemos'.
 


Con información de Agencia Tasnim (Irán), Press TV (Irán), The Jerusalem Post y Haaretz (Israel), BBC News Mundo, CNN, y El País (España).


 
Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.