Innovación en alta mar: los nuevos portaviones de la República Popular China
Recientemente, la República Popular China ha consolidado notorios progresos...
03 de May de 2024
Recientemente, la República Popular China ha consolidado notorios progresos en materia de poderío naval, a ritmo acelerado. En tal virtud, la construcción y botadura de nuevos portaviones ha llamado la atención de expertos en temas militares, en el concierto internacional.
El más reciente y avanzado de estos portaviones es el Fujian -enteramente diseñado y construído a nivel doméstico. Este navío, en construcción durante más de seis años, condujo sus primeras pruebas durante el mes de mayo del corriente año. El Fujian consigna un despliegue de 80 mil toneladas métricas, superando holgadamente al Shandong (con 66 mil toneladas, comisionado a fines de 2019, y orgullo de la Armada del Ejército Popular de Liberación o PLA), y al Liaoning (60 mil).
El primero de los mencionados se caracteriza por una novedad tecnológica de magnitud: su sistema de catapulta electromagnética, que lo habilita para desplegar aeronaves de mayor porte y radio operativo -nuevamente, superando a sus predecesores en la flota de la nación asiática.
En relación al Fujian, su ingreso en el servicio activo representa la inauguración de una nueva etapa para las fuerzas armadas chinas: el país se posiciona ahora entre las armadas con mayor capacidad a escala planetaria. Gracias a este hito, Pekín puede fortalecer su presencia en aguas profundas y ampliar su esfera de influencia en el cuadrante Asia-Pacífico, región en la que la Armada de los Estados Unidos de América operaba como potencia naval en soledad.
El más reciente y avanzado de estos portaviones es el Fujian -enteramente diseñado y construído a nivel doméstico. Este navío, en construcción durante más de seis años, condujo sus primeras pruebas durante el mes de mayo del corriente año. El Fujian consigna un despliegue de 80 mil toneladas métricas, superando holgadamente al Shandong (con 66 mil toneladas, comisionado a fines de 2019, y orgullo de la Armada del Ejército Popular de Liberación o PLA), y al Liaoning (60 mil).
El primero de los mencionados se caracteriza por una novedad tecnológica de magnitud: su sistema de catapulta electromagnética, que lo habilita para desplegar aeronaves de mayor porte y radio operativo -nuevamente, superando a sus predecesores en la flota de la nación asiática.
En relación al Fujian, su ingreso en el servicio activo representa la inauguración de una nueva etapa para las fuerzas armadas chinas: el país se posiciona ahora entre las armadas con mayor capacidad a escala planetaria. Gracias a este hito, Pekín puede fortalecer su presencia en aguas profundas y ampliar su esfera de influencia en el cuadrante Asia-Pacífico, región en la que la Armada de los Estados Unidos de América operaba como potencia naval en soledad.
En conformidad con análisis datados en 2021, la República Popular ya contaba con la armada más importante del globo, con un total de 355 navíos en su stock. Las cifras involucran buques destinados al combate de superficie, portaviones -como los ya citados-, buques anfibios para su despliegue en alta mar, buques con especialidad en minas, y flotas auxiliares. La Armada del Ejército Nacional de Liberación (PLAN) se propone ampliar su inventario a 420 navíos, durante los próximos cuatro años. Hacia 2030, el arma ha revelado su propósito de contabilizar 460 buques en total.
Complementariamente, la flota de submarinos chinos merece un apartado especial. En este apartado, también deben computarse las unidades exportadas a naciones aliadas como Paquistán; sus ocho submarinos de la clase Hangor han sido equipados con tecnología que supera en magnitud y capacidade de los de la clase Scorpène, con que cuenta la vecina República de la India.
La veloz expansión y el proceso de modernización de la flota china remite a implicancias de índole estratégica: como ya se ha expuesto, su flota no solamente es instrumental en los planes de Pekín de reafirmar sus variopintos reclamos territoriales en la región, sino que deviene en crítica para la proyección global del país. Tal es el propósito declarado de sus fuerzas armadas: proyectar su poderío más allá de los cuadrantes jurisdiccionales de la República Popular, ante un eventual conflicto internacional; a su vez, ello redundará en una mayor proyección política de los intereses de Pekín.
Complementariamente, la flota de submarinos chinos merece un apartado especial. En este apartado, también deben computarse las unidades exportadas a naciones aliadas como Paquistán; sus ocho submarinos de la clase Hangor han sido equipados con tecnología que supera en magnitud y capacidade de los de la clase Scorpène, con que cuenta la vecina República de la India.
La veloz expansión y el proceso de modernización de la flota china remite a implicancias de índole estratégica: como ya se ha expuesto, su flota no solamente es instrumental en los planes de Pekín de reafirmar sus variopintos reclamos territoriales en la región, sino que deviene en crítica para la proyección global del país. Tal es el propósito declarado de sus fuerzas armadas: proyectar su poderío más allá de los cuadrantes jurisdiccionales de la República Popular, ante un eventual conflicto internacional; a su vez, ello redundará en una mayor proyección política de los intereses de Pekín.