INTERNACIONALES : JACK KRAEMER & PATTY-JANE GELLER

Puertas adentro, retrocede la confianza en las FF.AA. estadounidenses, debido a la politización de la defensa nacional

Los miembros activos en servicio se muestran cada vez más preocupados con la creciente politización...

06 de Febrero de 2023

 

Los miembros activos en servicio se muestran cada vez más preocupados con la creciente politización de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América -de acuerdo a lo reflejado por encuestas de desarrollo reciente.

En octubre pasado, el think tank estadounidense The Heritage Foundation constituyó un panel independiente, a criterio de evaluar las prácticas políticas en el seno del Pentágono, responsables por entorpecer la eficiencia operacional de las fuerzas armadas.

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Como parte de ese esfuerzo, el Panel Nacional Independiente sobre Servicio Militar y Preparación, o NIPMSR -por sus siglas en inglés- consultó a miembros del servicio activo al respecto de cómo ponderaban la politización en el seno de los militares -y los resultados fueron elocuentes.

El 68% de los miembros encuestados declararon haber sido testigos de un proceso de politización ya fuere moderado o significativo entre los militares, con un 65% confesando su preocupación ante el fenómeno.

Más aún, el 68% del personal en actividad también declamó que la recurrente politización de las fuerzas influiría negativamente en una eventual decisión de sus hijos a unirse al servicio.

El desarrollo es particularmente preocupante, en razón de que los datos certifican que el 79% de la totalidad de los reclutas proviene de familias con un nutrido historial de servicio militar. Si los veteranos reducen su predisposición a recomendar a sus hijos el unirse a las fuerzas armadas, las cifras de reclutamiento -y, en consecuencia, la eficiencia operacional global- acusarán el golpe.

Infortunadamente, en apariencia, las consecuencias de esa preocupación ya están evidenciándose, dado que los militares hoy hacen frente a un cruento retroceso en el reclutamiento.

En 2022, por ejemplo, el Ejército fue autorizado a mantener una fuerza de 485 mil activos; sin embargo, los objetivos de reclutamiento de ese año se quedaron cortos, en unos 15 mil. Se espera que las cifras retrocedan aún más durante 2023 porque, al tener que lidiar con el frecuente desafío del reclutamiento, el Congreso terminó recortando la fortaleza global del Ejército, dejándola en 452 mil soldados en servicio activo.

Y el problema no queda estrictamente reducido al Ejército. El Cuerpo de Marines, la Armada y la Fuerza Aérea informaron que, en general, estaban al 50% de sus cifras reales de reclutamiento al comienzo del último año fiscal, en septiembre de 2021. De igual modo, las academias militares han asistido a guarismos declinantes en sus tasas de inscripción.

Colectivamente, los militares estadounidenses hacen frente a una crisis de reclutamiento que amenaza con reducir los niveles de disponibilidad de activos -en cifras más bajas desde que comenzara la Segunda Guerra Mundial.

En un momento en que las amenazas internacionales se incrementan, el comentado retroceso en el reclutamiento puede conducir a que la seguridad nacional de los Estados Unidos se vea afectada -resultando en unidades militares con capacidad reducida lo que, a su vez, reduciría la capacidad de combate evaluada como óptima.

Muchos de los reparos respecto de la politización conciernen al hecho de que la crisis de reclutamiento se origina en la nueva preocupación del Pentágono en temáticas tales como 'diversidad, igualdad e inclusión', o DEI.

Al abrazarse a esta ideología, las figuras políticas en el Pentágono parecieran estar reorientando las prioridades militares, alejándolas del combate y privilegiando políticas públicas y programas partidistas. La DEI cobra numerosas formas, incluyendo la eliminación de exigencias en pruebas físicas, como ser el habilitar a personal HIV positivo para servir en zonas de combate, y enseñar cuestiones partidistas en las academias del servicio -como ser, por ejemplo, el problema de la 'abundancia de personas de raza blanca'.

La encuesta encargada por el Panel Nacional Independiente para el Servicio y la Preparación Militar detectó que:

—El 69% de los militares en actividad confesaron una pérdida de confianza en la autoridad luego de que el Almirante Michael Gilday, Jefe de Operaciones Navales, promocionara un ibro sobre la teoría crítica de la raza o CRT en el listado de lecturas recomendadas para marinos.
—El 70% de los encuestados declararon que la reducción de exigencias en los estándares físicos redujeron su confianza en las fuerzas armadas.
—Más significativo, el 80% del personal activo citó la decisión de la Administración Biden de permitir el ingreso al servicio de personas transgénero, sin restricciones -factor que contribuyó al retroceso de la confianza en las autoridades.

Otro aspecto que amplificó la politización fue el esfuerzo, nuevamente de parte de la Administración Biden, en dedicar recursos significativos con miras a desarrollar un extensivo plan de cambio climático entre los militares, medida que hubiese incluído la orden -para todo vehículo militar no-táctico- de no emitir contaminación con carbono desde 2027. El 70% de los encuestados le puso énfasis a la cuestión del cambio climático, apuntando que era un tema central que reducía su confianza en las fuerzas.

El estudio, desarrollado por Maru/Blu desde el 12 al 19 de diciembre, consultó a 301 miembros del servicio activo, además de a mil adultos estadounidenses -junto a otro universo de 299 personas, de entre 18 y 24 años. El margen de error fue de más/menos 3.1% para los mil adultos encuestados, y de 5.7 puntos para los 299 adultos jóvenes.

El trabajo de las fuerzas armadas es sencillo: proteger a los Estados Unidos de América y a sus ciudadanos, mediando su capacidad de combate. Aún cuando consideraciones tales como las emisiones de carbono y el cambio climático son asuntos importantes, ciertamente nada tienen que ver con los parámetros que hacen a la misión del Departamento de Defensa.

El énfasis en diversidad, igualdad e inclusión distrae a los militares de su misión, obligando a sus miembros a dedicar tiempo a tareas irrelevantes.

Algunos cambios, incluyendo la reducción de las exigencias en pruebas físicas, pueden ser notoriamente peligrosos para la efectividad en combate. Los individuos que ingresaron al servicio militar aprobando tests menos exigentes podrían representar problemas al desplegarse sus unidades en un eventual frente bélico.

Si el Pentágono no abandona su vinculación con políticas públicas de índole partidista y no retorna al énfasis en optimizar su capacidad para el combate, las fuerzas armadas estadounidenses serán más frágiles, en medio de un ambiente de seguridad internacional que cada vez se torna más volátil.



Artículo original, en inglés


Jack Kraemer se desempeña como periodista en el sitio web The Daily Signal, en Washington, D.C.


Patty-Jane Geller es analista de políticas públicas, con foco en disuasión nuclear y defensa misilística para el Centro para la Defensa Nacional en el think tank The Heritage Foundation, en Washington, D.C.