INTERNACIONALES : PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Espías y mentiras le agregan confusión al conflicto en Ucrania

Al respecto de la guerra secreta que se combate en las sombras.

03 de Enero de 2023


Tal como ha sucedido en las recientes guerras de los Estados Unidos de América, en Ucrania, un notoriamente oculto conflicto clandestino está desarrollándose, en simultáneo con los combates que se llevan a cabo en el terreno. Uno debería asumir que una variedad de espías occidentales que se abrazam a distintos tipos de coberturas están operando allí en varios niveles, así como también en áreas adyacentes -como Polonia y los Estados del Báltico. Ciertamente, los rusos también cuentan con su propia red de informantes en el seno del gobierno ucraniano, en tanto Kiev se ha mostrado capaz de ejecutar acciones encubiertas en Moscú, incluyendo el asesinato de Darya Dugin vía coche-bomba, el pasado 20 de agosto. Al mismo tiempo, se sabe que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense y el MI-6 británico trabajan asiduamente para recopilar información que sugiera vulnerabilidades en la capacidad ofensiva rusa, mientras también se busca sumar a las propias filas a individuos potencialmente reclutables que no respaldan al presidente Vladimir Putin ni a su intervención para liberar al Donbás. Las actividades de agentes y espías liderados por servicios de espionaje habrán de ser considerados como un capítulo importante en el empeño bélico de ambas partes.

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Recientemente, se han conocido algunos artículos de prensa interesantes, que revelan lo que algunos de estos espías y sus jefes políticos han estado haciendo durante los últimos seis meses. Considérese, sin embargo, que el negocio del espionaje consiste, en un 50%, en disimular u ocultar lo que en realidad se está haciendo, de tal suerte que lo que numerosos servicios de inteligencia han hecho es distraer la atención. Cabe recordar cómo, en febrero de 1981, Bill Casey, por entonces flamante Director de la CIA, puesto en funciones por el presidente Ronald Reagan, compartió una
célebre declaración: 'Sabremos que nuestro Programa de Desinformación ha cumplido su misión, cuando la totalidad del pueblo estadounidense crea que el mismo es falso'.

Si la cita es precisa, probablemente Casey entre en éxtasis, al contemplar el notable esfuerzo de propaganda ejecutado por la Casa Blanca de Joe Biden, a efectos de dar inicio y luego continuar una guerra subsidiaria versus Rusia -conflicto que era en todo evitable y que no sirve a interés nacional estadounidense alguno, más allá de hasta qué punto es posible recrear la Guerra Fría, con la respectiva amenaza de aniquilación nuclear. Uno podrá observar, asimismo, que Casey bien podría haber compartido un mensaje codificado, más sutil, en su sentencia. Aquel ex funcionario pudo haber sugerido que nadie debería confiar jamás en nada de lo que salga de la boca de altos dignatarios del gobierno, particularmente si esa persona se desempeña como oficial de inteligencia.

Teniendo eso en mente, resultó interesante leer el repaso sobre algunos comentarios conocidos en Londres por parte del titular del MI-5, Ken McCallum. McCallum no es estúpido y, claramente, sus observaciones buscaban reforzar el mensaje de que el gobierno británico toma recaudos sobre la seguridad nacional. En otras palabras, buscó sesgar una narrativa que garantizaría a un público cada vez más preocupado por el curso de la guerra en Ucrania, y por las consecuencias potencialmente dolorosas derivadas del involucramiento directo del Reino Unido en el mismo.

Lo que McCallum está promocionando es la sugerencia de que, en rigor, la guerra de Ucrania es positiva para la seguridad nacional del país, porque dio lugar a la expulsión de centenares de oficiales de inteligencia rusos desde varios sitios de Europa. La cobertura realizada por la CNN de cara a la evaluación anual sobre el estado de la seguridad británica describe cómo '... la capacidad del Kremlin en Europa ha acusado el golpe "estratégico más significativo en la historia reciente, luego de coordinarse la eyección de diplomáticos rusos desde acontecida la invasión de Ucrania, acompañado ello del rechazo de cientos de solicitudes de visado solamente en la Gran Bretaña, en años recientes"'.

McCallum expresó que, sólo durante 2022, seiscientos funcionarios rusos fueron expulsados de territorio europeo, cuatrocientos de los cuales eran presuntos oficiales de inteligencia que operaban bajo cobertura. Completó con detalles adicionales, en un discurso pertinente: 'Hemos trabajado intensivamente para convertir al Reino Unido en el territorio más difícil de operar posible para las acciones encubiertas rusas. En el caso británico, desde que removimos a 23 espías rusos que se desempeñaban como diplomáticos, nos hemos basado en argumentos de seguridad nacional para rechazasr las solicitudes de visa de más de un centenar de diplomáticos (...) La idea central es que el Reino Unido habrá de estar listo para futuras agresiones rusas, en los años que vendrán'.

Y, ¿qué significa esto? McCallum explicó, a continuación: 'Ha habido una inserción muy, muy importante de las capacidades de inteligencia rusas a lo largo de Europa. Dado que la información de contrainteligencia es compartida a través de OTAN, no es sencillo hoy para un ciudadano ruso expulsado cruzar datos desde el país A hacia el D (...) Tengo la esperanza de que una cifra importante de talento ruso de inteligencia, experimentado y bien entrenado, si es que se me permite utilizar el término, tendrá menos utilidad en muchos años'.

McCallum concluyó su ponencia con algunos comentarios obligatorios al respecto de las amenazas originadas en naciones adversarias como Irán o China. Presuntamente, el relato del MI5 envió calidez a los corazones de cada uno de los activos neoconservadores en los Estados Unidos que esperaban alguna clase de buenas noticias para las celebraciones de Januká; sin embargo, algo relevante se ha perdido en la promoción de propaganda vinculada a Rusia. Y es el hecho de que la eyección de diplomáticos rusos y 'espías' claramente dio inicio mucho antes de la guerra en Ucrania y de que este conflicto ganara empuje en la mente de Volodymyr Zelensky, de modo tal que, en apariencia, el MI-5 y OTAN ya planeaban algo parecido con la debida antelación, lo cual es harto interesante. No obstante, y más central, es el hecho de que la expulsión de diplomáticos observa una arista de reciprocidad, con lo cual todo lo que se le haga a los rusos, tendrá su efecto contrario desde Moscú. Es que la Federación Rusa ha estado echando de su territorio a presuntos oficiales de inteligencia occidentales, y rehusándose a aceptar las credenciales de numerosas personas que fueron enviadas a su Cancillería como reemplazos. Esto consigna que el intento de reducir la capacidad rusa de espiar a través de sus sedes diplomáticas y oficinas consulares de negocios también deriva en la limitación de las propias capacidades.

En lo personal, ignoro si acaso la inteligencia occidental ha penetrado al Kremlin, por ejemplo, reclutando a uno o a más dignatarios rusos que operan en el circuito íntimo del gobierno de Vladimir Putin, pero debemos asumir que bien pudo ser el caso. Los espías, a ese nivel, reciben rutinariamente medios de comunicación seguros -por lo general, electrónicos-, para contactar a sus handlers o controladores estadounidenses o británicos. Pero cada oficial de casos tiene bien claro que la capacidad para reunirse personalmente, aún de manera subrepticia en Moscú, produce mucha más información de inteligencia que el intercambio electrónico de textos. Sin lugar a dudas, los rusos se han percatado de esto, en razón de que mínimamente han identificado a los diplomáticos extranjeros en su suelo (y saben bien quiénes son). Si Usted los echa a todos, pues, ¿qué le queda? En el mejor de los casos, McCallum hace alarde de una victoria pírrica.

Existen otros indicadores que refieren que la inteligencia occidental está hoy buscando fuentes novedosas de información, y eso ha sido verificado por los propios rusos. Sin lugar a dudas, se han multiplicado los relatos en medios occidentales, en relación al descontento que existiría entre los ciudadanos rusos de a pie frente al desarrollo de la guerra, incluyendo sugerencias al respecto de que consejeros y oficiales militares de Putin se han mostrado notoriamente críticos sobre el curso del conflicto. Estos relatos, filtrados por gobiernos occidentales hostiles a Moscú, podrían o no ser ciertos. Sin embargo, toda encuesta de opinión en Rusia certifica que los rátings favorables a Putin se mantienen por encima del 70%.

Russia Today (RT), canal de comunicación tutelado por el Estado ruso, informó que la CIA está duplicando esfuerzos en pos de reclutar a ciudadanos rusos que se presume disgustados. Respaldándose en la cobertura de un evento desarrollado recientemente, 'CIA a los 75', en la Universidad George Mason en Virginia, RT cita a David Marlowe, Director Adjunto de Operaciones de la Agencia. El hombre dijo ante una 'selecta audiencia' que los oficiales de la CIA en el exterior se han estado involucrando en un empeño superior, con miras a explotar 'terreno fértil' y, así, reclutar a agentes rusos entre 'oficiales militares disconformes, oligarcas que han visto sus fortunas menguar por culpa de las sanciones, hombres de negocios y otros que han abandonado el país'.

Marlowe describió el funcionamiento de la red de reclutamiento, afirmando: 'Estamos peinando el mundo para detectar a rusos que se muestren disconformes con el conflicto en Ucrania, tal como lo estamos nosotros. Porque estamos abiertos al desarrollo de nuevos negocios'. Marlowe no explicó cómo es que rusos disidentes que hubiesen abandonado el país podrían ofertar valiosa información de inteligencia, por ejemplo, sobre los criterios de toma de decisiones en el Kremlin, pero quizás sólo esté mostrando optimismo. De hecho, Rusia ha denunciado numerosos intentos clandestinos de reclutar a sus diplomáticos y agregados militares remanentes en Europa y en los Estados Unidos, recurriendo a la inveterada metodología de lo que en inglés se conoce como 'cold pitch', en donde un individuo se aproxima a su objetivo en plena vía pública, o bien en algún encuentro social, y ofrece dinero (u otros favores) a cambio de informaciónLos informes rusos consignan que oficiales estadounidenses han estado merodeando en la periferia de embajadas rusas, compartiendo tarjetas personas a las personas que ingresan o egresan de los edificios -para que los receptores de las tarjetas contacten a la CIA o al FBI. Inevitablemente, este recurso rara vez funciona porque, aún cuando el objetivo demuestre predisposición, él o ella habrán de considerar la posibilidad de que su propia lealtad está siendo puesta a prueba por la agencia para la que él o ella trabajan.

A la postre, existen inconsistencias en McCallum y Marlowe, que representan al MI-5 y a la CIA, respectivamente, al afirmar que ambos están ganando en la guerra secreta contra Rusia al expulsar a sus objetivos potenciales para forzarlos a retornar a Moscú, mientras que en simultáneo, incrementan los propios esfuerzos para reclutar a esas personas que acaban de ser eyectadas. Pues, bien; el espionaje es una profesión como cualquier otra, y lo que hoy sucede en torno de Ucrania viene a consolidar lo certero del axioma. Finalmente, tenga Usted en cuenta que la CIA hoy está 'abierta a la posibilidad de desarrollar nuevos negocios'.


Artículo original, en inglés


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.