INTERNACIONALES : JOHN MARULANDA

Elucubraciones de Fin de Año

Lo evidente para un 'muchacho' de mi edad es que la tecnología ha cambiado no solo al mundo...

29 de Diciembre de 2022

 

Lo evidente para un 'muchacho' de mi edad es que la tecnología ha cambiado no solo al mundo en general, sino la manera en que nos comunicamos, en particular.

Tecnología y esclavitud, Redes sociales y comunicación, Tradicionalismo, Nihilismo
En mi infancia, había que coordinar una cita por el ya viejo teléfono de disco numerado, y estar atento a la hora y el lugar, si se trataba de una llamada de larga distancia. Larga distancia que ya no existe, pues la llevamos en nuestra mano -en nuestro celular. Lo propio sucede con las videollamadas que, en esos lejanos años de mi infancia, solo existían en el reloj de Dick Tracy, el del sombrero detectivesco.

Primero, fue el telégrafo, luego el Walkie-talkie, el trunking y el beeper/pager; llegaría luego el teléfono inalámbrico y, finalmente (aunque reconozco que me faltan datos), para finales de este 2022, las redes sociales se han convertido en las reinas de la intercomunicación personal. Facebook, Twitter, WhatsApp, Telegram, Instagram, LinkedIn, Twitch, Be Real y cientos de breves procesos de información instantánea y real están dejando una marejada de jóvenes analfabetos funcionales, mediocres y sin sentido crítico, digo, aunque muy enterados de todo lo que sucede en el mundo, en su mundo. Novedosos ritmos y modas, decrecimiento en el interés sexual aparejado con porno vintage, mascotas en lugar de hijos. Todo lo anterior va de la mano a un Lionel Messi engrandecido, aunque muy firme en sus 'románticas' creencias y un Qatar con serias dudas sobre la honestidad de la competencia -al haber buscado ser la sede del mundial de fútbol. Y resulta que Ronaldo es un 'antisemita' y que un millonario ruso murió de un ataque cardíaco... mientras se lanzaba de un quinto piso en un hotel de la India.

Narro todo lo anterior con el objeto de presentar un mapa de la realidad actual, signada por la crisis climática, como que el ciclón invernal azota a los Estados Unidos de América, el deterioro de varias monedas locales y la superproducción de cocaína en Colombia, algo que tiene entre los palos a las autoridades venezolanas, eficientes intermediarias del ese comercio y a los estadounidenses, principales consumidores del estupefaciente. Nihil novum sub sole.

Es decir que no ha servido de mucho el avance tecnológico, si aún tenemos antisemitismo, drogas, clima, corrupción y muchas otras 'perversiones' humanas que nos han caracterizado desde épocas remotas. A pesar de la tecnología y de las afortunadas coincidencias físicas que plantea Stephen Hawking, seguimos siendo humanos, tan humanos, tan homo sapiens, como el vecino -sin importar en qué entorno nos encontremos.

La rueda, el fuego, el cine, y toda una cadena de artilugios ingenieriles y etcéteras, han hecho de este un mundo más acelerado, interconectado e hiperinformado. No importa. Únicamente la creencia en un Dios sobrenatural, rector de rectores, es lo que ha guiado a esta humanidad, como un pastor que lleva a su manada por el camino ¿del castigo? o de la redención.

Desde la escasa altura de mis siete décadas, no puedo dejar pasar este fin de año, sin repensar la dinámica social que nos ha puesto en la antigualla talibán y en la realidad de Ucrania-Rusia, mientras Colombia lidera la amenaza bélica aérea regional y Venezuela usufructúa los beneficios propagandísticos de Súper Bigotes. Así terminamos el 2022 y nos abrimos a un '23 que ojalá traiga mejores perspectivas, si el Becerro de Oro no nos envenena. 


 
Sobre John Marulanda

Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.