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Cumbre del G-20; desafíos a la vista

La cumbre del G-20 se inauguró oficialmente el 15 de noviembre en Bali, Indonesia, en un contexto...

15 de Noviembre de 2022

 

La cumbre del G-20 se inauguró oficialmente el 15 de noviembre en Bali, Indonesia, en un contexto en el que el mundo se enfrenta a numerosos y serios desafíos en razón del impacto de una serie de adversidades, tales como la pandemia de COVID-19, el conflicto Rusia-Ucrania, las tensiones en la península de Corea, y la crisis alimentaria, energética y financiera. Se espera que esta conferencia agregue impulso para una recuperación sólida, integral y sustentable de la economía global.

Cumbre del G-20, Bali, Indonesia, Transformación digital
La edición 2022 del importante cónclave tuvo lugar los días 15 y 16 del corriente mes bajo el lema 'La Recuperación Común - La Recuperación Más Sólida', y enfocada en el debate de una colección de temas internacionales críticos que acaparan de manera especial la atención del público y de los medios de comunicación. Al margen de la cita, se llevan a cabo numerosos encuentros y contactos a nivel bilateral y multilateral.
 
 
Acontecimientos notables
 
Según anunció Indonesia, país anfitrión de la Cumbre del G-20, los tres temas prioritarios que se someterán a debate en esta reunión incluyen la seguridad alimentaria y energética, la estructura sanitaria mundial, y la transformación digital. Analistas internacionales consideraron que la cita abarca temas candentes que han tenido un notorio impacto, y ha recogido amplia atención -no solo de las economías miembros, sino de todo el mundo. En particular, la seguridad alimentaria y energética figura entre los contenidos más priorizados por la mayoría de los gobiernos en el contexto del conflicto ruso-ucraniano y la suba de los precios de los alimentos y la energía a niveles máximos en el orbe.
 
En tanto, la estructura de salud global ha sido siempre uno de los temas candentes en la mayoría de los foros multilaterales en los últimos tiempos, especialmente en el contexto en que el mundo enfrentó la pandemia de COVID-19 y una serie de epidemias, como la viruela símica y otras enfermedades incurables. En cuanto a la transformación digital, se ha demostrado que esta es una tendencia inevitable, que afecta cada vez en mayor medida los aspectos de la vida social de los países de todo el mundo.
 
Además de las principales actividades programadas en la agenda, las reuniones bilaterales a realizarse al margen de la magna cita atraen una atención especial del público y los medios internacionales, con la expectativa de que se puedan encontrar soluciones a muchos problemas globales.
 
Entre los referidos eventos destacan la primera cumbre cara a cara entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, que tuvo lugar el 14 de noviembre. Este encuentro marcó la primera vez que los líderes de las dos economías más grandes del mundo dialogaron en persona desde el estallido de la pandemia de COVID-19 hace casi tres años. Adicionalmente, esta reunión simboliza a la tendencia al diálogo y cooperación mundial en medio de la intensa competencia estratégica entre Washington y Pekín y el profundo desacuerdo de ambas partes sobre diversas temáticas.
 
 
Expectativas y desafíos
 
Según las últimas cifras, las economías del G-20 representan alrededor del 60 % de la población mundial, el 80 % del Producto Interno Bruto (PBI) y el 75 % del comercio mundial. Este importante papel y posición explica por qué el grupo puede convertirse en un lugar adecuado para fortalecer la solidaridad entre las naciones, promover la paz y construir un mundo más próspero.
 
En la edición de este año, además de los líderes de las economías miembros, Indonesia también invitó a dirigentes y representantes de organizaciones regionales y mundiales, como Camboya, presidente rotativo de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y a delegados de Africa, América Latina y el Caribe, el Pacífico y de diez organismos internacionales.
 
La amplia presencia de dirigentes en la Cumbre de Balí no sólo refleja la importancia del evento, sino que también servirá para hacer realidad dos principios perseguidos por el país anfitrión, a saber, la exhaustividad y la política 'Que nadie se quede atrás'. En consecuencia, Indonesia se propone que todos los países tengan un acceso igualitario para avanzar en los temas prioritarios en el seno del G-20. Su objetivo no es solo beneficiar a las economías integrantes, sino también a las externas al bloque, incluídos los países en desarrollo, los insulares y los grupos vulnerables.
 
Sin embargo, esta meta se considera una misión desafiante debido a la compleja e impredecible competencia geopolítica global. El conflicto entre Rusia y Ucrania, la preocupante situación en la península coreana, así como las prolongadas y tensas relaciones entre las principales potencias, entre otros, continúan ejerciendo una gran presión sobre los objetivos de alcanzar la paz y estabilidad fijados a escala global. Este desafío exige del esfuerzo conjunto de toda la comunidad internacional, en la que el G-20, como una organización multilateral con amplia influencia, podría promover aún más su rol y posicionamiento en pos de un mundo inclusivo de seguridad y prosperidad.


 
Publicado originalmente en VOV World (Voice of Viet Nam)