INTERNACIONALES: CHRISTIAN RIOS M.

Colombia: entre la incertidumbre y la moral

En Colombia, se augura un respaldo irrestricto para las fuerzas militares respecto de su misión institucional...

14 de Agosto de 2022

 

En Colombia, se augura un respaldo irrestricto para las fuerzas militares respecto de su misión institucional, a pesar de la incertidumbre que emana de los antecedentes guerrilleros del nuevo gobierno. Aunque los retos no serán pocos: será preciso consolidar apoyos de cara al cumplimiento de la misión para las instituciones que son garantes de la democracia; y atender al respeto de la moral, la seguridad jurídica y el bienestar del soldado (en materia de seguridad social y humana).

Soldados colombianos, Patrullaje, Ejército NacionalHabrá de atenderse al mejoramiento de las prestaciones sociales para los uniformados; a la disponibilidad razonable de vivienda militar; a la atención oportuna en un sistema de salud que privilegie no solo al soldado, sino a sus familias; a la provisión de becas de estudio, a efectos de facilitarse el proceso de transición de la vida militar a la vida civil -con la obvia extensión de los beneficios obtenidos, para sus hijos.

Otro aspecto de gran relevancia a tener en cuenta -que los últimos mandatarios han pasado por alto- es el fortalecimiento de la justicia penal militar. La seguridad jurídica legitima las operaciones militares y obsequian transparencia de todos los procedimientos operacionales; en efecto, un soldado debe percibir que el Estado lo respaldará ante la misión que la dirigencia política le ha encomendado, aspecto que resulta particularmente importante al tratarse de control militar de área y de choque contra blancos significativos. Amén de la ya citada transparencia, este resguardo ofrecerá claridad en el desarrollo de la orden de operaciones, y se corporizará en garantías al momento de tener lugar una investigación judicial -la cual habrá de ser objetiva y no sesgada. En la actualidad, ya los uniformados colombianos deben lidiar con la recurrente preocupación de cuidar la propia vida y la de sus compañeros de operaciones, como para agregarle a ello la eventualidad de caer en una prisión militar en razón de una investigación jurídica.

A la postre, será necesario garantizar las condiciones laborales del soldado y las de sus familias, con miras a que ese extraordinario esfuerzo que lleva siete días de la semana, treinta días al mes y disponibilidad permanente durante todo el año, se vea reflejado en condiciones dignas para su desempeño. En La Seguridad Humana, definida por Joseph Nye al argumentar sobre el término 'soft power' o poder blando, el autor establece especial prioridad por las personas y la población como grupo estabilizador. En tal contexto, la SH no debe concebirse estrictamente ajustada a la sociedad civil, sino también contemplar a aquellos cuya misión es velar por la seguridad y la defensa del Estado.

Se atribuye a Napoleón la comprensión de que los ejércitos marchan sobre su estómago, es decir, que un soldado bien alimentado estará en condiciones óptimas para afrontar su misión. En el concierto de la confrontación presente, tiene lugar ese correlato, aunque con una consideración diferencial y complementaria para las condiciones vigentes en el siglo XXI: 'Marchan sobre su moral y su propio bienestar'.

Hoy día, Colombia evidencia un ostensible desmejoramiento de la consigna: no abunda el respaldo de parte de los altos mandos a la hora de nutrir una razonable y sólida defensa jurídica junto con el restablecimiento de la justicia penal militar (JPM), como tampoco se verifica un apoyo político al momento de resguardar la integridad de las operaciones militares. Las prestaciones del servicio de salud son pobres y, en numerosos casos, las soldados deben permanecer en cuadrantes de alto conflicto urbano, caracterizadas por una extremadamente compleja dinámica de violencia.

Estos son sólo algunos de los retos prioritarios para la cartera de Defensa del actual gobierno, que habrá de considerar con la debida sensatez durante sus primeros cien días de gestión, con el declarado objetivo de llevar tranquilidad en las instituciones castrenses. Naturalmente, en sana concordancia con el discurso de carácter conciliador y de unidad del cual el flamante presidente ha hecho gala a lo largo de las últimas semanas. Todo puede lograrse, con voluntad política.


 
Sobre Christian Ríos M.

Ríos es Politólogo Internacionalista de la Universidad Militar Nueva Granada, Profesional en Ciencias Militares de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, y Administrador de Empresas; magister en Estrategia y Geopolítica en la Escuela Superior de Guerra- Colombia, en 'Estrategia y Geopolítica'. Es analista político, docente y columnista en el periódico El Quindiano (Armenia, Colombia) y en El Ojo Digital. Es Oficial en Retiro del Ejército Nacional de Colombia.