Colombia: caída del primer país 'OTAN'

América Latina se muestra hoy una región que se debate en una recurrente inestabilidad política y social -geografía en la que el populismo y los discursos antiimperialistas cobran fuerza constantemente.

En estos países, los antecedentes de los caudillos poco importan, sino lo que ofrezcan utopías inalcanzables. El espejismo electoral se presenta vinculado a otro factor de inestabilidad, como es el crimen organizado, factor que aprovecha la ausencia de una cultura política sólida, que penetra las campañas electorales y compra las voluntades y conciencias de los futuros dirigentes y funcionarios públicos.

Desde el Tapón de Darién hasta la Patagonia, cada nación, a lo largo de su historia, ha sido presa de una corriente ideológica que se nutre de la ignorancia de los pueblos y que ha conquistado territorios desde 1993, cuando fundaron el Foro de Sao Paulo, que impulsa como ideología el socialismo del siglo XXI, planteado por Heinz Dieterich.

Colombia, con su guerra interna e infestada por el narcotráfico y crimen organizado, siempre fue contemplada como la 'joya de la corona', esto es, como el objetivo a alcanzar por parte de las organizaciones del extremismo socialista regional: al ser el socio estratégico de los Estados Unidos de América y el primer país de Sudamérica en ser integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), porta consigo un valor estratégico avanzado.

Sin embargo, dada la soberbia estadounidense, conforme Washington jamás prestó la debida atención a su patio trasero, hoy Colombia ha quedado en riesgo -merced a la victoria electoral de Gustavo Petro, un reconocido ex guerrillero. Junto a sus alfiles en el narcotráfico y los núcleos narcoguerrilleros, el crimen organizado transnacional le imprime una jugada de jaque mate a la frágil democracia colombiana, y a cualquier horizonte regional de retomar la senda libertaria. Desde ahora, el totalitarismo y el socialismo serán la línea de acción de la región. Los incautos electores colombianos verán, en poco tiempo más, cómo sus condiciones de vida se deploran. Con su decisión, han tomado el ejemplo de otras sociedades que dieron crédito a los cantos de sirena del socialismo; entre aquéllas, se puede contar hoy a las sociedades cubana, nicaragüense, argentina, boliviana y chilena.

Y Ecuador no será la excepción: la nación andina está llamada a seguir idéntico sendero, en razón de que el presidente de turno no supo aprovechar la oportunidad brindada por la ciudadanía, a a efectos de torcer la historia reciente y vencer al socialismo. Antes, bien, el actual jefe de Estado prefirió otorgar favores a sus antiguos enemigos, quienes sabiamente engatusaron a un presidente sin experiencia.

La partida de ajedrez en pos de la democracia sigue desarrollándos en Ecuador. Sin embargo, el adversario es el único que sigue atacando, mientras nuestro presidente está abandonando la partida.