POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

El asedio al Presidente: la tentación de jugar a todo o nada

Desde el modesto mirador de la Casa Rosada, el Presidente observa el paso lento, firme y matizado...

19 de May de 2022

 

Desde el modesto mirador de la Casa Rosada, el Presidente observa el paso lento, firme y matizado de contramarchas tácticas de las tropas que sitian el Palacio, al son de himnos y banderas confusamente familiares.

Alberto Fernández y Cristina KirchnerLas condiciones de la rendición no pretenden la renuncia al cargo: apetecen la renuncia a un modelo de gestión que vislumbran, de perpetuarse, como la antesala segura de una humillante derrota a manos del adversario que, en la caótica oposición, pretende vengar una afrenta reciente.

El titular del Poder Ejecutivo ha hecho esfuerzos, especialmente en los últimos días, para exhibir su voluntad de desprenderse del traumático complejo de empoderado. Ha sorprendido con una gira de objeto vago e impreciso, para atreverse a decir a miles de kilómetros de la Casa de Gobierno, lo que quizá no puede decir enfáticamente en una oficina a quien lo empoderara. Pero el esfuerzo ha devuelto un resultado mezquino: a una declaración pública vía cronista cortés y mesurado, en el que manifestó su aspiración a candidatearse en 2023, le siguió una rectificación igualmente endeble, en la que relativizó la efímera vocación.

En política, es frecuente que la agudización de tensiones produzca resultados paradójicos, es decir, sorprendentes, por la distancia que los separa de lo esperable, sensato y previsible. Así, las exigencias de la Agrupación Héctor Cámpora están empujando al Presidente a esgrimir como sus mejores armas defensivas a la larga serie de debilidades y puntos vulnerables de su administración. Como el canciller Klemens von Metternich aconsejara alguna vez al Príncipe en problemas ('Aférrese al Poder y no haga nada'), Alberto Fernández puede insinuar a quienes respiran cerca de su nuca, que puede abandonar el timón de la frágil embarcación, y que el naufragio no tendrá en cuenta identidades para absolver o condenar.

En otro plano, aunque concomitante con la situación descripta, la Vicepresidente parece convencida de que, a la desvalorización de la Administración de A.F., le corresponde un proceso de ostentación de autonomía por parte del  Poder Judicial, cuya última manifestación consistió en resguardar la figura de una Fiscal que denunciara a un ex gobernador kirchnerista, hoy embajador en Israel, por desvío de fondos públicos hacia gastos de campaña -para su promoción personal. Asimismo, el cónclave que reuniera a la Corte Suprema en Rosario para discutir el tema del narcotráfico, a instancias se sabe del activo embajador de los Estados Unidos de América, tiene por destino golpear al Gobierno en su sensible línea de flotación. Nada más necesita C.F.K. para asociar el inquietante paralelismo de los procesos gemelos con un penoso via crucis por los pasillos judiciales en el futuro inmediato.

Quienes han hecho de la conciliación de opuestos una profesión y de la transmutación ideológica un ejercicio vital, como el Presidente de la Cámara de Diputados, quizá consideren que la profundización de la grieta al interior del FdT es el medío idóneo para salvar la unidad del Movimiento, al neutralizar el deslizamiento de sus alas extremas hacia otras opciones electorales. Así lo consideramos recientemente en esta misma columna, aunque el frenesí de los sucesos argentinos nos imponga periódicamente la tarea de revisar y reevaluar los esforzados análisis de coyuntura. En esta línea argumental, la aparición en el escenario político de una figura como Javier Milei, lejos de considerarse un hecho desgraciado, puede representar el acontecimiento disruptivo capaz de lograr lo que el oficialismo no tiene medios de alcanzar: fragmentar a la oposición. En efecto, el enérgico diputado ha realizado últimamente una serie de declaraciones, en las que descalifica a los notables del frente Juntos, con alguna conmiseración con Mauricio Macri, quien no parece ser hoy la mejor opción para la venideros comicios. Si, como espera el Gobierno, la vanidad mileísta lo arrastra a una cruzada épica, las posibilidades de que la actual variante del justicialismo renueve por otros cuatro años pasa de imaginería disparatada a probabilidad no desechable, en conformidad con la caótica historia política de la Argentina contemporánea.

Claro está que, para una reversión de la actual situación de vulnerabilidad de la gestión A.F., se requiere una recuperación económica vigorosa y perceptible por las mayorías que cargan con el peso de la crisis. Algunos economistas, en apariencia independientes, han afirmado en estos días que dicha resurrección no dependerá de la súbita iluminación de la conducción económica, sino exclusivamente de la evolución del marco internacional que, en una hipótesis de agravamiento de las tensiones instaladas en la escena ruso-ucraniana, puede representar una mejora creciente de nuestras exportaciones en volumen y precios.

El sitio del Palacio es hoy una historia con final abierto. Si la economía comenzara mostrar signos de recuperación, hasta el sentenciado Ministro Martín Guzmán podría salvar su atribulada cabeza. Para las futuras PASO, faltan apenas quince meses, lapso avaro para sostener ya mismo alguna forma de optimismo sobre el futuro del Presidente, y del Frente en cuyo nombre ejerce su inestable magistratura.

Si el asedio al Presidente apura, impaciente, la precipitación de los acontecimientos, es probable que la lista de derrotados incluya, inmisericorde, a cuarenta y seis millones de ilusiones perdidas.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.