INTERNACIONALES: JAMES DI PANE & OCTAVIAN MILLER

Las fuerzas armadas estadounidenses no pueden combatir en dos frentes

La guerra actualmente en curso en Ucrania, y las amenazantes acciones ejercitadas...

04 de Abril de 2022

 

La guerra actualmente en curso en Ucrania, y las amenazantes acciones ejercitadas por Rusia en perjuicio de las naciones de OTAN, sumado este concierto a una China en ascenso en Asia, subraya el carácter de la problemática estratégica con la que deben lidiar los Estados Unidos de América -esto es, la necesidad de contar con una capacidad para disuadir ante un eventual choque contra dos adversarios de magnitud en dos regiones marcadamente diferentes del mundo.

Estados Unidos, Equilibrio militar mundial, Rusia, China, Ucrania, Tanques, AbramsMientras que es improbable que los EE.UU. deban enfrentar a dos competidores en simultáneo, la probabilidad de ocurrencia de semejante escenario no es igual a cero. La actual situación ucraniana, con el presidente Vladimir Putin lanzando misiles en cercanías de Polonia, y de cara al compromiso ideológico del presidente Xi Jinping -que arenga a recuperar Taiwan para la República Popular China- ofrece una excelente oportunidad para que un país, aprovechando un envión oportunista, intente ejecutar una acción hostil, mientras que el resto del planeta se encuentra distraído.

Los Estados Unidos son una potencia global, con intereses y responsabilidades a lo largo del mundo. Debe encontrarse en capacidad para resguardar a los propios ciudadanos en el exterior, a las naciones aliadas, y la libertad para utilizar el espacio aéreo, marítimo, el espacio exterior, y también el ciberespacio.

Naturalmente que no se trata de una tarea sencilla; y las fuerzas armadas estadounidenses no se encuentran hoy en posición de cumplir con ella.

Las fuerzas armadas de los EE.UU. son demasiado pequeñas y antiguas para combatir en múltiples frentes. Retrocesos forzados desde el final de la Guerra Fría y veinte años de combate en Oriente Medio han causado impacto en las fuerzas, no pareciéndose hoy en nada a su equivalente de tiempos pretéritos.

Esto es razón suficiente para preocupar a cualquiera -especialmente debido a que China y Rusia invierten porciones significativas de sus respectivos ingresos económicos en sus presupuestos de defensa -con el propósito de desafiar la superioridad militar americana.

Rápidamente, el gobierno chino está ampliando sus fuerzas armadas. Acaso el ejemplo más visible de esto es su programa de construcción de navíos de guerra. Hacia el final de 2020, el tamaño de la armada china remitía a un aproximado de 360 unidades. Los Estados Unidos, por su parte, exhiben una armada con 297 buques.

Las fuerzas militares chinas deben completar su proceso de modernización hacia 2035, de acuerdo al presidente Xi. Para 2049, ha dicho el mandatario, Pekín aspira a contar con 'un poderío militar de clase mundial', capaz de 'combatir y ganar guerras'.

Los logros chinos en materia de capacidad militar para guerra kinética (hard power) probablemente conduzcan a un cambio significativo en el equilibrio global de fuerza militar.

En lo que a Rusia respecta, sus capacidades militares se encuentran hoy en franca exhibición.

Los militares estadounidenses cuentan con una ventaja promedio adicional sobre sus contrapartes rusos; sin embargo, Moscú cuenta con ventajas selectivas sobre los EE.UU. cuando se trata de aspectos específicos. Por ejemplo, el Ejército de los Estados Unidos contabiliza un aproximado de 6 mil tanques, mientras que Rusia cuenta alrededor de 12 mil. La capacidad nuclear táctica rusa sobrepasa a la estadounidense en una proporción de 10 a 1.

Adicionalmente, no ha de hacerse a un lado la amenaza representada por Irán y Corea del Norte para la seguridad nacional de los EE.UU., considerándose los arsenales misilísticos y nucleares de ambas naciones. Para los EE.UU., resulta vital contar con la capacidad de proyectar fuerza en el concierto global, a efectos de tranquilizar a sus aliados, y disuadir a sus adversarios.

Mientras que la calidad de las fuerzas militares americanas no observa rival a la vista, cierto es que su tamaño se encuentra hoy en mínimos históricos; esta realidad limita su capacidad para responder ante múltiples amenazas con las que el país ha de lidiar globalmente. Puesto en limpio, los Estados Unidos no cuentan con las fuerzas suficientes.

Esto consigna una preocupación, particularmente cuando los EE.UU. precisan imponerse a un conflicto puntual, sin comprometer fuerzas desplegadas en otros cuadrantes del planisferio.

Por ejemplo, si los Estados Unidos se vieran en la necesidad de confrontar de manera directa con Rusia, Washington se vería forzada a desplegar material y personal militar procedente de todo el mundo, hacia un eventual frente en la Europa Oriental. Al proceder de este modo, y a su vez, los EE.UU. se verían obligados a reponer fuerzas -convocándolas desde el Pacífico Occidental, en donde la presencia americana es vital a los efectos de disuadir a China.

La evaluación anual de poderío militar -desarrollada por el think tank estadounidense The Heritage Foundation- en su edición de 2022, ha concluído que las fuerzas armadas estadounidenses sólo cuentan con una capacidad moderada a la hora de resguardar sus intereses vitales de seguridad nacional, y que habría de combatir con dificultad para hacer frente a más de un oponente en simultáneo.

Los reducidos niveles de capacidad son particularmente preocupantes, conforme las cifras sí interesan, al presentarse un conflicto bélico.

El citado índice estima que una fuerza conjunta capaz de lidiar con múltiples frentes en simultáneo requeriría:

 

  • Que el Ejército contabilice 50 brigadas de combate, comparándoselas con las 31 actuales.
  • Que la Armada cuente con al menos 400 navíos, en lugar de los 297 de la actualidad.

Desde que el ex presidente Ronald Reagan procediera con su programa de ampliación militar a criterio de poder disuadir a la ex URSS en el final de la Guerra Fría, la tendencia imperante -en materia de cifras- se ha orientado claramente hacia la consecución de una fuerza más pequeña. Amén de la reducción en el tamaño, parte del material militar en uso ha superado holgadamente su fecha de caducidad, en tanto muchas de las plataformas hoy utilizadas por las fuerzas armadas fueron puestas en servicio más de treinta años atrás.

Armas tales como el Ejército y la Armada están envejeciendo más rápidamente de lo que logran renovarse. Como resultado, será más sencillo para oponentes de primera línea alcanzar una paridad tecnológica con las fuerzas armadas americanas.

A la hora de las conclusiones, los Estados Unidos de América necesitan contar con una fuerza capaz de administrar dos conflictos en simultáneo, en razón de que ello permitiría contar con fuerzas suficientes para, 1) disuadir ante cualquier adversario oportunista que buscare iniciar un conflicto mientras los EE.UU. se encuentran comprometidos en otro; 2) dotar a los EE.UU. del número suficiente de fuerzas a efectos de poder hacer frente a pérdidas de combate sin demandar que el país descuide el resto del mundo, para ocuparse de ese conflicto exclusivo.

La buena noticia es que parece evidenciarse un reconocimiento bipartidista frente a la necesidad de proyectar poder de disuasión para, como se ha dicho, una eventualidad de dos frentes de combate.

'Es difícil. Es oneroso. Pero, al mismo tiempo, resulta esencial; y creo que estamos ingresando en un período que exigirá esto mismo de los Estados Unidos, y de la actual generación de estadounidenses', ha declarado Kurt Campbell, coordinador de la Casa Blanca para el cuadrante Indo-Pacífico, en relación al escenario de recurrente involucramiento estadounidense en esa región, mientras se desarrolla la crisis ucraniana.

No obstante, aún resta ver si acaso el Congreso y la Administración Biden se ocuparán genuinamente de desplegar una fuerza militar lo suficientemente dotada como para enfrentar amenazas globales y resguardar los intereses estadounidenses. El presupuesto de defensa debe ser suficiente como para dar lugar a una modernización y una ampliación de la fuerza disponible. Le llevará tiempo a los militares alcanzar el nivel de fuerza necesaria para disuadir y combatir en múltiples frentes.

El problema no se solucionará de la noche a la mañana. Esta es la principal razón por la cual es importante que el Congreso actúe rápidamente, a criterio de dotar de los recursos adecuados a las fuerzas armadas de los Estados Unidos.


Artículo original, en inglés

*
 Desarrollado con la colaboración de Octavian Miller.



 

Sobre James Di Pane

Di Pane se desempeña como asistente investigativo en el Instituto Davis para la Seguridad Nacional y la Política Exterior, en el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C. Sus informes son publicados regularmente en el sitio web The Daily Signal.