INTERNACIONALES: TED GALEN CARPENTER

La votación en Naciones Unidas envía señales problemáticas para la coalición global de los EE.UU. versus Rusia

El pasado 2 de marzo de 2022, la Asamblea General de Naciones Unidas...

08 de Marzo de 2022

 

El pasado 2 de marzo de 2022, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución condenando la invasión rusa de Ucrania, y demandando un retiro inmediato de las fuerzas militares de la Federación.

Voto en Naciones Unidas sobre Ucrania, Condena a RusiaLa Administración Biden se mostraba satisfecha con el resultado y, al menos superficialmente, los funcionarios estadounidenses tuvieron razón para estarlo, conforme la votación en favor de la moción resultó abrumadora. 141 países votaron a favor de la misma, mientras que solo cinco votaron en contra. Los votos negativos provinieron de Rusia, tres Estados clientelares confiables -BielorrusiaSiria Corea del Norte—y Eritrea. Una evaluación más profuna de la votación, sin embargo, sin embargo, revelará algunos resultados interesantes aunque preocupantes para el objetivo de Washington a efectos de forjar una coalición global de carácter sólido con miras a infligir perjuicios financieros y políticos al gobierno de Vladimir Putin, a raí de su agresión contra Ucrania.

De inmediato, emerge un factor: el notable número de abstenciones. Debido a la alta prioridad que Washington le ha dado a la creación de un consorcio poderoso en contra de Moscú, se requiere de algo de coraje por parte de otros gobiernos para negarse a seguir la línea. El camino más fácil sería registrar un voto afirmativo, especialmente cuando se considera que la resolución no vinculante es un gesto simbólico que no requiere de acción significativa alguna por parte de los miembros de ONU. Con todo, 35 países se negaron a complacer a los Estados Unidos, prefiriendo abstenerse.

Algunos nombres en la lista de abstenciones no sorprendieron mucho. Los Estados de Asia Central —Kazajistán, Tayikistán y Kirguistán- han estado bajo una fuerte influencia rusa desde la ruptura de la Unión Soviética a fines de 1991. Un principio similar se aplica a Armenia. Cuba es un Estado clientelar de la era soviética y los más recientes gobiernos de izquierda en América Latina como aquellos de NicaraguaBolivia y El Salvador están buscando el respaldo financiero y político de Rusia. Moscú ha estado trabajando con diligencia para expandir su influencia en estas y otras naciones de la región. Algunos otros clientes de Moscú, más notoriamente Turkmenistán, Uzbekistán y Venezuela, eligieron no registrar votos —que es el equivalente funcional de una abstención.

No obstante, otras naciones en la lista eran mucho más sorprendentes y sus abstenciones indican los límites de la influencia de Washington. Hubo varios Estados recalcitrantes en Oriente Medio, más notablemente, Argelia, Irán, y la mayor sorpresa de todas, Irak. Dada la extensa dependencia militar y económica de Bagdad frente a los EE.UU., uno hubiera pensado que el voto de Irak estuviese firmemente en la columna afirmativa. 

Otra gran sorpresa fue el bloque grande de miembros africanos que se abstuvieron. Ese grupo incluía a Burundi, la República de África Central, Congo, Guinea Ecuatorial, Mali, Mozambique, Madagascar, Namibia, Senegal, Sudán, Sudán del Sur, Zimbabue, y tal vez el jugador económico y político más importante del continente, Sudáfrica. Muchos otros, de manera discreta, ni siquiera votaron.

Todavía más preocupante para Washington fue el hecho de que países centrales en el Sur de Asia y el Este de Asia —especialmente India y China— se negaran a votar a favor de la resolución. El grado de descontento de Washington se volvió claro cuando Biden criticó personalmente a ambos países por su decisión.

No sólo India mantuvo su neutralidad, sino que también arrastró a Sri Lanka y Bangladesh en esa dirección. Adicionalmente, un país que desde hace mucho es adversario de Nueva Delhi —y aliado de Washington en virtud de un tratado— Paquistán, se unió al bando de los países que registraron una abstención. Vietnam y Mongolia se negaron a respaldar la resolución. El voto de Vietnam fue particularmente decepcionante, dado que Washington ha estado buscando activamente ser un socio económico y de seguridad de Hanoi durante años.

Sin embargo, la mayor señal potencial de problemas para la política estadounidense fue la decisión de China de abstenerse, aún cuando se trataba de una medida no vinculante y simbólica. Considerándose los crecientes vínculos entre Moscú y Pekín, sería poco real que los líderes estadounidenses esperaran que China respaldare cualquier medida realmente coercitiva en contra de Rusia. De hecho, hay múltiples señales de que las políticas torpes y antagónicas de Washington han llevado a Rusia y China a consolidar una cercana y estratégica sociedad, casi similar a una alianza de carácter explícito. El gobierno de Xi Jinping ha dado múltiples señales de que no se unirá a las sanciones económicas en contra de Moscú. De hecho, Pekín está en capacidad de ayudar a proteger a Rusia en contra del impacto de cualquier sanción que una coalición liderada por los EE.UU. imponga, y obtener luego un mayor peso en la relación bilateral durante el proceso.

Finalmente, votar a favor de la resolución hubiese sido una manera sencilla para Pekín de erigir una imagen de contrapeso frente a Rusia, así como también de enfatizar ante Moscú que su simpatía y respaldo tienen límites definidos. La decisión por parte de la delegación china de evitar respaldar la resolución sugiere cuán cercanos se ha vuelto el vínculo sinoruso. Es probable que China se convierta en un impedimento importante para la implementación de sanciones significativas que buscan presionar a Rusia para que abandone su guerra en Ucrania.

La Administración Biden se jacta de la unidad excepcional de comunidad internacional en su oposición a la aventura en Ucrania de Moscú. Una pieza favorita de evidencia que los funcionarios citan es que incluso Suiza ha abandonado su neutralidad que data de siglos atrás para unirse al esfuerzo. De todas maneras, el voto en Naciones Unidas es otra señal que certifica que las afirmaciones sobre unidad son exageradas. Cuando más de veinte por ciento de la membresía en la Asamblea General se niega a respaldar una medida puramente simbólica que Washington está promoviendo, la coalición global patrocinada por los EE.UU. luce, de hecho, frágil.

Con frecuencia, los politólogos consigan que las coaliciones suelen exhibir una milla de ancho, pero sólo una pulgada de profundidad. En este caso, dado el grado de las defecciones ya registradas, la coalición liderada por Washington en contra de Rusia puede que solo sean de media milla de ancho, y de menos de una pulgada de profundidad.

 

Sobre Ted Galen Carpenter

Ted Galen Carpenter es Académico Distinguido -distinguished fellow- en el think tank estadounidense Cato Institute, y autor o editor de numerosos libros sobre asuntos internacionales, incluyendo Bad Neighbor Policy: Washington's Futile War on Drugs in Latin America (Cato Institute, 2002). Publica regularmente en el sitio web en español de Cato.