INTERNACIONALES: GERMAN GORRAIZ LOPEZ | PUNTOS DE VISTA

Francia: Emmanuel Macron y las presidenciales de 2022

En el supuesto de ser reelegido en las presidenciales de la primavera del 2022...

05 de Enero de 2022

En el supuesto de ser reelegido en las presidenciales de la primavera del 2022, Emmanuel Macron intentará catalizar el chauvinismo de los franceses restaurando el atavismo de la Grandeur, doctrina que conjugaría el culto a la independencia económica, política y militar de Francia con la consolidación de la misión de la Nación y de la cultura francesa en el mundo.

Dassault Rafale, Aviones de combate franceses, UE, GeopolíticaAsí, Macron asumirá el poder decisorio en Defensa y Exteriores que pasarán a ser "dominio reservado del Presidente", adoptando un enfoque "activista" en asuntos internacionales, involucrándose personalmente y portando "el compromiso con la intervención humanitaria y el aumento del peso específico de Francia en la Geopolítica Mundial como ejes vertebradores de su política exterior". Con ello, la política doméstica quedará reducida a un mero instrumento de la política exterior que sirva de catalizador de los valores de la Grandeur, no siendo descartable la salida de Francia de las estructuras militares de la NATO y la revitalización de la Francophonie como ente político y económico en el escenario mundial, en el horizonte del 2025.

 
Distanciamiento frente a los Estados Unidos de América
 
El acuerdo estratégico entre Australia, Reino Unido y los Estados Unidos -conocido como AUKUS-, implica la venta de submarinos estadounidenses de propulsión nuclear a Australia, al tiempo que un fiasco económico para Francia ha sido estimado en €50 mil millones. De esta manera, la ruptura unilateral por parte del gobierno australiano frente a un megacontrato con Francia que involucraba doce submarinos convencionales, habría provocado la cólera del gobierno francés y la llamada a consultas de sus embajadores en Washington y Canberra. Aunado con la posible paralización de la venta de aviones de combate Rafale a la República de la India, podría ello motivar la desafección de Francia hacia el “otrora socio americano”, eventualmente también traduciéndose el resultado en el abandono, por parte de Francia, de las estructuras de la Alianza Atlántica.
 
Por otra parte, asistimos a unas sorprendentes declaraciones del ex ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, recogidas por el Telegraph, en donde refiere: 'Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico en medio de las tensiones con Rusia', lo que podría interpretarse como el retorno a una carrera armamentista como la mantenida durante la Guerra Fría frente a la ex URSS, con lo cual se reviviría el Proyecto Partnership entre los EE.UU. y Europa a efectos de proveer misiles Polaris al Reino Unido, en 1962. En tal contexto, habría que situar la información de la cadena de televisión alemana ZDF en su programa nocturno ‘Frontal 21’, al respecto de que “Estados Unidos planea desplegar en una base aérea del oeste de Alemania 20 nuevas bombas nucleares B61-12, cada una de las cuales tiene una potencia equivalente a 80 veces la que lanzaron en Hiroshima”. Se añadiría a ello otra sentencia: 'En 2010, el gobierno alemán votó por no permitir que haya armas nucleares en su territorio pero la retirada no se produjo y las bombas serán reemplazadas por otras más modernas'. Estas decisiones, tras la previsible formación en el 2022 de un gobierno de coalición entre el PSD, los Verdes y los liberales, podrían quedar en suspenso e incrementar el distanciamiento francoalemán frente a la tesis estadounidense.

 
¿Salida de Francia de la OTAN?
 
Tras “la puñalada por la espalda” que ha supuesto para Francia la firma del acuerdo AUKUS, Macron aprovechará la Presidencia de la UE que arranca en enero del 2022, para impulsar la iniciativa de la Agencia Europea para la Defensa, ente defensivo que supondrá cortar el cordón umbilical con los EE.UU. corporizado en OTAN, y que estará integrada por los países del área de influencia primigenia del Eje Franco-alemán (Holanda,Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo e Italia), fruto de la reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana como estrategia defensiva ante la deriva del otrora “socio americano”, (reviviéndose el Tratado del Elíseo entre De Gaulle y Adenauer (1963). Ello llevaría implícito la necesidad de “la soberanía tecnológica y militar europea” que pivotaría sobre la ”Force de Frappenuclear francesa, el caza de sexta generación europeo en el que participan Airbus y Dassault, y el novísimo submarino nuclear lanzamisiles de tercera generación SNLE 3G, tesis que se verá impulsada en la Cumbre OTAN a celebrarse en Madrid en julio del 2022 -y que podría suponer el comienzo de la desaparición de una OTAN que en palabras de Macron al semanario The Economist: 'Está en muerte cerebral'.
 
La desafección de Macron hacia los Estados Unidos conllevará un acercamiento político a Rusia (acaso rememorando el viaje de De Gaulle a Moscú de 1966), doctrina que se plasmaría en la Ratificación de la Política de Buena Vecindad con la Rusia de Putin, a través de la firma de acuerdos preferenciales para garantizar el suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios comerciales y la salida de Francia de las estructuras militares de OTAN (aquí se emularía el desmantelamiento de treinta bases estadounidenses en suelo francés por De Gaulle de 1966, ponderándose nuevamente a la Force de Frappe como columna vertebral).
 
Desde De Gaulle, la resistencia al liderazgo estadounidense ha sido un factor de la política exterior de todos los presidentes franceses, pero la discrepancia será sólo formal, como se comprobó con el apoyo de De Gaulle a Estados Unidos en la Crisis de los Misiles de Cuba (1962) y en su posterior retorno a la disciplina del Pacto Atlántico en 1969. No obstante, estaban vigentes las premisas de poder de operar en libertad dentro de la Alianza y mantener la independencia nuclear, siendo en suma “un aliado solidario pero autónomo”.

Asimismo, no sería descartable la instalación -por parte de Washington- de una base de radares en el Pirineo navarro (Gorramendi), para escuchar los susurros del Elíseo así como una posterior campaña orquestada conjuntamente con Rusia y China con miras a sustituir el patrón dólar por el oro. Este escenario reeditaría la sutil jugada de ingeniería financiera de De Gaulle de mediados de los años setenta, mientras que la firma con China del Acuerdo Integral de Inversión (CAI) que permitiría a las empresas conjuntas chino-europeas un acceso directo al mercado chino y a la transferencia de tecnología -mediando el compromiso del gobierno en Pekín de velar por la sostenibilidad ambiental, los derechos laborales y una mayor transparencia regulatoria de dichas empresas.

 
¿Hacia la reafirmación de la soberanía europea?
 
De acuerdo a un informe desarrollado por The International Campaign to Abolish Nuclear Weapons (ICAN), la Ley de Defensa francesa aprobada en 2018 prevé un gasto en disuasión nuclear para el Quinquenio 20212025 cercano a los €30 mil millones pues, aunque en enero del 2021 entró en vigor el Tratado Internacional sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TIAN), Francia se abstuvo de ratificarla tras afirmar que dicho Tratado 'es inadecuado para el contexto de la actual seguridad internacional (...)', exigiendo París 'un enfoque realista del desarme que se realice paso a paso'. La responsabilidad de las fuerzas armadas está compartida por el Presidente y el Primer Ministro, según la Constitución Francesa de 1958, pero un decreto de 1962 sólo atribuye al Presidente la capacidad de autorizar el uso de armamento nuclear. Recordar que la 'Force de Frappe' nació en 1960 como consecuencia de la proclamación de la V República Francesa por el General De Gaulle. y fue concebida como uno de los elementos clave de la independencia económica, diplomática y militar del país frente a las dos superpotencias enfrentadas en la Guerra Fría.
 
En la actualidad, el arsenal atómico francés alcanza las trescientas cabezas nucleares, luego de que a finales del pasado siglo se retirara la totalidad de los misiles nucleares de medio alcance basados en tierra (IRBM modelos SSBS S3) y misiles nucleares de corto alcance (SRBM) modelo Plutón, suprimiéndose los ensayos nucleares en los atolones de la Polinesia. Así, pues, el país basará su poder de disuasión en los bombardeos estratégicos Rafale y en los submarinos nucleares balísticos (SSBN) clase Triomphant -próximos a ser sustituídos en 2030 por el novísimo submarino nuclear lanzamisiles de tercera generación SNLE 3G, que debería estar operativo hasta el 2070.

Finalmente, tras la formación del nuevo gobierno en Alemania, podríamos asistir al robustecimiento del Eje Franco-Alemán como fruto de una tardía reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana. Dicha entente franco-alemana conjugará los acuerdos preferenciales energéticos con Rusia junto a la revitalización de la energía nuclear y al extraordinario desarrollo de las energías renovables, mutando en un referente político-económico europeo para el próximo quinquenio, en donde no debería descartarse el rediseño de una nueva cartografía europea, la cual supondría el finiquito de la actual Unión Europea y sus sustitución por la Europa de los Seis (Francia, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Holanda e Italia), mientras el resto de países europeos periféricos y emergentes quedarán gravitando en sus anillos orbitales.

 

 

Sobre Germán Gorraiz López

Desarrolla análisis relativos a temas económicos y geopolítica. Publica regularmente en su blog "Los Restos del Naufragio". Reside en Navarra, España.