INTERNACIONALES: JOHN MARULANDA

De Chile a Medellín: el destino de los Nigromantes

Chile cuenta unos veinte millones de habitantes aproximadamente (Santiago, la capital, 6 de ellos)...

30 de Diciembre de 2021

 

Chile cuenta unos veinte millones de habitantes aproximadamente (Santiago, la capital, 6 de ellos), y un aprendizaje político nada fácil.

Gabriel Boric y Daniel Quintero, Izquierda latinoamericana, Narcotráfico, Crimen organizado transnacionalLa ciudad de Medellín, 6.211 kilómetros de distancia al norte en Sudamérica, registra apenas dos y medio millones de habitantes (el departamento de Antioquia tiene seis y medio, aproximadamente), y una tradición política conservadora y exitosa. ¿Es posible establecer alguna conexión entre estas dos realidades geográfico-políticas?
 

Los que entran, y los que salen
 
Lo cierto es que, entre el presidente electo Gabriel Boric (35) y el alcalde de Medellín en ejercicio Daniel Quintero (41) existen algunas similitudes: ambos son millennials, han alimentado una personalidad avasallante, exhiben vínculos políticos con agrupaciones y movimientos violentos y delictivos, y ambos se proponen destruir 'lo establecido' -en su afán de demostrar su 'novedosa' propuesta política, el paraíso definitivo, según su retorcida dialéctica. Y ambos son dos 'cagones' sudamericanos, emergentes de una apatía política generalizada mezclada con una alienación colectiva, resultado de la manipulación de las redes sociales.

Mientras Boric fue eleigod por el 30 % del potencial electoral (4,6 millones de votos) y recién empieza a desandar su camino, que se adivina pedregoso y peligroso, a Quintero, elegido por 783.820 votos, lo quieren fuera de la alcaldía mas de 300 mil firmantes, de los cuales la registraduría avaló 133.248 rúbricas, un 45 % mas de las requeridas, que debían ser 91.210.

Desear que a Boric le vaya bien es una actitud patriótica de la chilenidad y apoyar la destitución de Quintero, quien hasta el momento solo ha generado problemas, un visible deterioro en la estética urbana y un gasto fiscal errático, es una obligación moral para quienes viven y quieren a Medellín.

Marzo del 2022 parecería ser el mes en que el electo presidente de Chile deberá tomar posesión de su cargo y en el que podría tener lugar la elección de un nuevo alcalde en Medellín. Si ambos caminos siguen el derrotero que la experiencia nos enseña, Chile oficializaría su hundimiento en el abismo venezolano, mientras Medellín recuperaría su camino de ciudad limpia, de progreso y de fe montañera, marcando un mentís a la estrategia del Foro de Sao Paulo y a la práctica del Grupo de Puebla, engolosinados con las recientes victorias de la izquierda continental.


Realidades y tendencias
 
Algo importante de esta revocatoria en desarrollo es el mensaje que Medellín en particular y Antioquia en general, le están enviando a Colombia y al continente: el conservadurismo progresista y la derecha democrática tienen en esta región su mas firme baluarte, a pesar de los consistentes ataques del gobierno Santos para desestabilizar un entorno político y económico ejemplar para las otras regiones de la nación, y contradictor a sus políticas entreguistas ante el poder del narcotráfico farciano.

Colombia mantiene su posición como primer productor de cocaína, mientras que Chile hoy ve aumentar el tránsito de estupefacientes en su territorio, ambos países señalando al Crimen Organizado Internacional como actor de gran vigencia en Latinoamérica. El escenario con la posesión de Boric y la eventual revocatoria de Quintero, pues, es uno de valor geopolítico en el que Cuba, Venezuela, Nicaragua, principalmente, han desplegados sus agencias y agentes para lograr una desestabilización que está logrando su cometido en Chile y está en veremos en Colombia, país en el que, a cuatro meses de elecciones, se contabilizan 92 masacres, 168 líderes sociales, 48 firmantes del acuerdo de paz matados y un promedio de un miembro de la fuerza pública asesinado diariamente, especialmente en Antioquia.

Si Colombia cae, todo el continente se convertirá en una plataforma de riesgo serio e inminente contra la seguridad territorial de los Estados Unidos de América, en cuyo interior, mientras tanto, hierve una turbulencia social animada por organizaciones marxistas-leninistas que dicen defender el etnicismo y la ecología, entre otros temas hábilmente explotados como banderas políticas.

La seguidilla de logros de la izquierda en Perú, Honduras y Chile no tiene por qué ejemplarizar un camino inexorable que nos lleve a la desgracia y el infortunio a los 46 países del subcontinente. La revocatoria de Quintero podría animar la reorientación de esta tendencia.

 
Sobre John Marulanda

Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.