INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

William Burns, Director de la CIA, viaja a Moscú

Es más sencillo referirse al modo de reparar relaciones, que efectivamente proceder a hacerlo.

18 de Noviembre de 2021


La reciente visita -que no tiene precedentes y llevó dos días de duración-, por parte de William Burns, Director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a Moscú para conversar con sus contrapartes, ha motivado considerables conversaciones en el seno de los espías retirados en los alrededores de Washington, D.C.

William J. Burns, Director de la CIAIncluso entre los empleados activos de la CIA, las preparaciones para el periplo fueron mantenidas bajo cerrojo, con solo unos pocos consejeros administrando información en torno de la agenda que se preparó para los encuentros, que claramente fueron solicitados por Langley. Burns se reunió con Nikolai Patrushev -Secretario del Consejo de Seguridad ruso-, así como también con Sergei Naryshkin -Director del Servicio de Inteligencia Exterior-, el pasado martes. El presidente Vladimir Putin fue informado sobre esas reuniones, al siguiente día. Con respecto a lo conversado, un vocero del Kremlin consignó: 'Por cierto, un diálogo a estos niveles y frente a temáticas sensibles, son extremadamente importantes para las relaciones bilaterales, y para el intercambio de perspectivas frente a los problemas que tenemos'. El funcionario elaboró estrictamente sobre los asuntos internacionales tratados. Un comunicado de prensa de la Embajada americana se hizo eco de lo comentado por los rusos.

Hay consenso frente al hecho de que Burns, ex Embajador ante Rusia y vocero en temas vinculados a Rusia, se hallaba en una misión sancionada por el presidente, con miras a nutrir una relación más estable y predecible. La maniobra sobreviene a pesar de la misión, por parte de los EE.UU., de una nueva serie de sanciones, en razón de presuntas violaciones rusas registradas en abril pasado. Las filtraciones en torno de la visita, de ser confiables, han exteriorizado que Burns se trasladó a Moscú para conversar sobre el pretendido acto de ransomware ejecutado por rusos, y para tratar el planteo -ampliamente desacreditado- de que Moscú siguió interfiriendo con los comicios en los Estados Unidos. de ser esto así, la visita no tendría sentido, conforme el Kremlin ya ha negado esa interferencia, y descartado toda afirmación al respecto de que los piratas informáticos rusos estuvieran asociados, en modo alguno, con el gobierno.

La narrativa más popular a la hora de buscar explicación por la gira, siempre de acuerdo a teóricos de la conspiración, señala que la Administración Biden ha compilado lo que podría describirse como una amplificación de las operaciones de influencia chinas en todo el globo, presentando la conclusión de que las mismas perjudican a todos por igual, incluyendo a rusos y europeos. Presuntamente, Burns visitó Moscú para compartir esa información, con la esperanza de que la alianza de facto entre Rusia y China pueda ser revertida. Si acaso Burns tuvo éxito en esa faena aún está por verse, pero ciertamente no habría tomado en consideración el hecho de que las perspectivas de Moscú y Pekín han sido moldeadas por una serie de acciones confrontativas que los Estados Unidos han protagonizado tanto en el Báltico como en el Mar del Sur de China.

Joe Biden, por su parte, no ha ayudado en los acercamientos a la hora de defender a Taiwan, como tampoco lo hizo con sus comentarios sobre Vladimir Putin en la reciente conferencia en pos del cambio climático en Glasgow, Escocia. De tal suerte que uno debería preguntarse, ¿por qué una Administración que es percibida a nivel doméstico -y con mayor frecuencia- como desconectada de la realidad e incapaz insista en pautar políticas confrontativas que plausiblemente podrían conducir a un conflicto armado contra potencias de primer orden como lo son China y Rusia? Particularmente, dado el hecho de que los recientes juegos de guerra y ejercicios militares han sugerido que las fuerzas armadas estadounidenses, en franco desorden, podrían ser derrotadas. ¿Se debe el periplo de Burns a Moscú a una suerte de despertador, frente a la realidad de que la política exterior americana carece de sentido?

Infortunadamente, los Republicanos también se hallan enfrascados en modo confrontativo cuando surge el tema de Rusia, y también el de China. Nikky Haley, ex Embajadora ante Naciones Unidas, está exigiendo ahora desatar una guerra económica contra Pekín. Alguien podría concluir que todo en el Washington contemporáneo tiene que ver con una opera buffa, en la que un desfile de personajes ridículos es luego reemplazado por otro de igual tenor.

Al margen de Rusia, obsérvese la reciente oleada de ataques contra China, que dieran inicio con el pivot asiático de Barack Obama, que siguió bajo Donald Trump con sus reiterados ataques contra Pekín y el virus, y que fuera respaldado luego por el equipo de Joe Biden, el cual insiste en calificar a Pekín como el enemigo principal. Nadie da un paso atrás aquí, siquiera para considerar por un momento que la República Popular China es el mercado más importante para los Estados Unidos y que, a su vez, los EE.UU. no pueden prescindir de los productos manufacturados en suelo chino para llenar las góndolas de sus Wallmarts. Si acaso existen dos naciones que carecen de motivos para ir a la guerra una contra la otra, pues esas dos naciones son China y los EE.UU.; sin embargo, el deseo americano de hacer frente a la 'Amenaza Roja' -lo cual involucra el defender a Taiwan- es un eje sobre el cual continúa girando la política exterior.

Así es que está por verse qué podrá surgir del periplo de la delegación encabezada por William J. Burns a Moscú. Pero han tenido lugar otras visitas, por parte de funcionarios senior de la política estadounidense. Si Usted realmente cree que la política pública va muerta, pues entonces el premio mayor debería corresponderle al viaje recientemente concluído, realizado por Victoria Nuland -subsecretaria del Departamento de Estado- a Moscú. Los medios de comunicación tradicionales que informaron sobre el mismo declararon que, tal como se evaluó el viaje de Burns, fue un gesto de la Casa Blanca de Biden para poner paños fríos con el gobierno de Vladimir Putin. Pero, si así hubiera sido, la elección de Nuland como interlocutora fue, en rigor, particularmente inapropiada. Ella es una neoconservadora de línea dura, casada con Robert Kagan. En los hechos, ella se encontraba en un listado de sanciones elaborado por los rusos previo a su viaje, y debió ser removida del mismo para poder trasladare en viaje oficial. Nuland es mejor conocida en los medios por haber declarado, en medio de una comunicación telefónica interceptada: 'Que se joda la Unión Europea' (Fuck the UE), cuando un colega suyo sugirió que Europa debería tener un rol de mayor peso en la dirección futura que se buscaba imprimirle a Ucrania.

Bajo Barack Obama, Nuland en el Departamento de Estado fue, en rigor, la fuerza motora que exigió un cambio de régimen en Ucrania, para eyectar al gobierno local (pro-Rusia). La funcionaria se dirigió a la Plaza del Maidán junto con su amigote John McCain, para repartir galletitas entre los manifestantes. Después de que el gobierno fue removido, conforme lo quería Washington, se reconoció que los EE.UU. habían invertido un aproximado de US$ 5 mil millones para fogonera la 'revolución'. Moscú y Putin, sin embargo, no vieron el asunto con buen agrado, y rápidamente se movilizaron para recuperar Crimea y para movilizar la resistencia en la región de Donbass -mayoritariamente poblada por rusos.

Nuland se reunión esta vez, en Moscú, con Sergei Ryabkov, funcionario de la Cancillería rusa. La temática que ella eligió tocar sugiere que estaba allí para hacer amigos y trabar mejores vínculos. Un tema central fue el pedido de Washington para que Rusia reduzca sensiblemente su presencia diplomática en los Estados Unidos. La cifra que, según se dijo, Nuland presentó a su interlocutor consignaba que trescientos diplomáticos debían partir. De acuerdo a informes, el pedido se originó en la presión del congreso americano en torno a reducir notablemente la cifra de ciudadanos rusos acreditados, basándose en la afirmación de que Rusia interfirió en los comicios electorales de los EE.UU. Nuland tenía consigo dos listados con nombres de rusos que debían ser pasados a la baja, y sugirió que los primeros cincuenta retornasen a casa para el mes de enero.

Los rusos replicaron que estarían dispuestos a levantar todas las sanciones contra diplomáticos estadounidenses, si Washington accionaba con reciprocidad, eliminando las sanciones contra las misiones diplomáticas rusas en suelo americano. Nuland dijo que eso no era aceptable. Contraatacó Ryabkov, observando que muchos de los diplomáticos acreditados también se habían registrado con Naciones Unidas, y que no eran alcanzados por la lista preparada por Washington. Ryabkov amplió: 'Si Usted insiste, estaremos listos para clausurar todas las misiones diplomáticas estadounidenses en Rusia, y cerraríamos las oficinas que nos quedan en WAshington. Podemos ponerle fin a todas nuestras interacciones diplomáticas; si Usted desea que nuestras relaciones se basen en la cifra de nuestros misiles nucleares, pues así será. Pero sería vuestra elección; no nuestra'. De modo tal que la conversación no llegó a ninguna parte.

De hecho, la conversación se fue barranca abajo en esa instancia, planteándose también la desaprobación americana frente al involucramiento ruso en Malí y Libia, y con la eventual réplica de Moscú si acaso la Administración Biden insistía con sus planes para acercar a Ucrania y a Georgia a OTAN. Los rusos también confirmaron que no tolerarían la presencia de personal de la inteligencai estadounidense en bases militares de países de Asia Central otrora pertenecientes al ecosistema soviético, para monitorear los desarrollos en Afganistán. En apariencia, en las charlas nadie mencionó a Crimea.

Ryabkov concluyó que tanto él como Nuland no consolidaron 'progresos en la normalización del trabajo de las respectivas misiones diplomáticas, el cual fue obstaculizado por las múltiples series de sanciones, en tanto la situación podría exacerbarse. La Cancillería rusa reiteró la predisposición de Moscú a responder frente a cualquier accionar poco amistoso desde los Estados Unidos'. El único desarrollo positivo coincidió con la posibilidad planteada por Ryabkov, en el sentido de que Putin podría mostrarse predispuesto a reunirse con Biden, en algún punto del futuro cercano, para conversar sobre preocupaciones recíprocas.

Uno debería preguntarse quién fue la persona responsable de seleccionar a alguien tan tóxica como Victoria Nuland para viajar a Rusia, pero peor fue su regreso a territorio estadounidense. Cualquier cumbre entre Putin y Biden es ahora menos probable de lo que lo era semanas atrás, por cuanto apenas se produjo el regreso de Nuland, los vínculos rusoamericanos empeoraron. El cuartel general de OTAN en Bruselas declaró a varios diplomáticos rusos como 'personae non gratae’, mientras que la Cancillería rusa replicó a la provocación, regresando a casa a todas las misiones diplomáticas de OTAN en suelo ruso. Respondiendo a los Estados Unidos, los medios y algunos congresistas -junto a funcionarios de Biden- inmediatamente comenzaron a presionar con sus planes para acercar a Ucrania y a Georgia al ámbito OTAN, cuestión existencial y central para Rusia, y que impedirá cualquier intento por mejorar las relaciones entre ambos países. Finalmente, la Casa Blanca sigue empeorando un escenario que ya era negativo, sugiriendo que 'defender a Ucrania' es una obligación.

En el epílogo, ¿por qué viajó el Director de la CIA, William Burns, a Moscú, y qué es lo que ha logrado? Pues, sólo Dios lo sabe.


Artículo original, en inglés


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.