INTERNACIONALES: GERMAN GORRAIZ LOPEZ | PUNTOS DE VISTA

¿Acuerdo secreto entre Joe Biden y Vladimir Putin para implementar una segunda Guerra Fría?

Las durísimas declaraciones de Joe Biden sobre Rusia ('Putin es un asesino', dijo el mandatario...

05 de Octubre de 2021

 

Las durísimas declaraciones de Joe Biden sobre Rusia ('Putin es un asesino', dijo el mandatario estadounidense), la retirada de embajadores de ambos países y la amenaza velada de los Estados Unidos de implementar nuevas sanciones contra Rusia simbolizaron el punto álgido de la conocida como Guerra Fría 2.0. Sin embargo, la Cumbre de Ginebra entre Biden y Putin sentó las bases de una nueva arquitectura geopolítica mundial que se plasmará con la implementación del G2 (EE.UU. y Rusia), proyecto que intentará aislar económica y militarmente a China, condenando de paso al ostracismo a la Unión Europea y a los países del BRICS -que serán meras comparsas en el nuevo Orden geopolítico que se está gestando.

 
Terremoto geopolítico en Europa
 
El acuerdo estratégico entre Australia, Reino Unido y los Estados Unidos -conocido como AUKUS-, implica la comercialización de submarinos estadounidenses de propulsión nuclear a Australia, al tiempo que consigna un fiasco económico para Francia -estimado en 50 mil millones de Euros.

Joe Biden, Vladimir PutinAsí, la ruptura unilateral por parte del gobierno australiano de un megacontrato con Francia para la obtención de una docena submarinos convencionales, habría provocado la cólera del gobierno en París y la llamada a consultas de sus embajadores en Washington y Canberra lo que, aunado con la posible paralización de la venta de aviones de combate Rafale a la India, podrían provocar la desafección de Francia hacia el 'otrora socio americano', y podría traducirse en la salida de Francia de las estructuras de la OTAN.
 
Por otra parte, asistimos a unas sorprendentes declaraciones del ex ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, recogidas por el diario The Telegraph, en las que afirma: 'Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico en medio de las tensiones con Rusia', factor que podría entenderse como el retorno a una carrera armamentista como la mantenida durante la Guerra Fría con la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas -y reviviéndose el proyecto Partnership entre Washington y Europa, con miras a proveer al Reino Unido de misiles Polaris, de julio de 1962).

Adicionalmente, tras la 'puñalada por la espalda' que ha supuesto para Francia la rúbrica del convenio AUKUS, Emmanuel Macron aprovechará la presidencia de la Unión Europea, que dará inicio en enero del 2022, a criterio de impulsar la iniciativa de la Agencia Europa de la Defensa, ente defensivo que supondrá cortar el cordón umbilical con los Estados Unidos -representado por OTAN-, y que estará integrada por los países del área de influencia primigenia del Eje franco-alemán (Holanda, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo e Italia), fruto de la reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana como estrategia defensiva ante la deriva del otrora 'socio americano' y que se traducirá en un acercamiento a Rusia y, eventualmente, en la suspensión de las sanciones impuestas por la Unión Europea.
 
Acto seguido, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream que conecta Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año, y con una vigencia de cincuenta años -ruta que resulta de importancia vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que fue declarado de 'interés europeo' por el Parlamento de la UE, y siendo también crucial para la geoestrategia energética rusa. De esta manera, Moscú consolidará el doble objetivo geoestratégico de asegurar un flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas, convirtiendo de paso a Polonia y Ucrania en 'islas energéticas' y quedando los países del 'arco del fracking europeo' (Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría, Ucrania, Rumania y Bulgaria) bajo la órbita estadounidense; expuestas también a novedosas guerras por el gas.
 
En relación a Ucrania, Joe Biden habría prometido a Vladimir Putin que dicho país 'no ingresará en la OTAN', y que el contencioso ucraniano quedará perfilado con la división de Ucrania en dos mitades casi simétricas y separadas por el meridiano 32 Este, quedando el Sur y Este del país (incluída Crimea y el Mar de Azov) bajo la órbita rusa, mientras el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE. Respecto de Siria, el convenio entre Biden y Putin incluiría la aceptación por parte de Washington de la permanencia del régimen de Basher al-Assad y el reforzamiento de la presencia rusa en dicho país tras la modernización de la base naval de Tartus, con el objetivo de resucitar la extinta Flota del Mediterráneo (disuelta en 1992 tras la extinción de la URSS). Esa instalación se complementaría con la base militar de Jableh en el noroeste del territorio sirio, bastante más sofisticada que la anterior, con lo que Putin se quedará con el control del trafico marítimo por el Mediterráneo Oriental.

 
Doctrina de Contención versus China
 
El acuerdo estratégico AUKUS simbolizaría un cambio en la cartografía geopolítica mundial, al desplazarse el escenario atlántico en beneficio del cuadrante Indo-Pacífico como epicentro del pulso geopolítico entre los Estados Unidos y la República Popular China, acaso con el objetivo de establecer un arco de crisis nuclear alrededor de China, y que abarcaría desde la Cachemira india hasta el Japón, pasando por Corea del Sur, Singapur, Vietnam, Tailandia y Filipinas, y cerrándose ese cerco con Nueva Zelanda y Australia, para disuadir a Pekín de su aventura de dominar el Mar de China. Ello simbolizaría la creación de la nueva alternativa económica y militar frente al fallido proyecto de Barack Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés); el leit motiv de dicha maniobra estadounidense de carácter envolvente llamaría a la implementación de una doctrina de contención versus la República Popular. Las bases de dicha doctrina fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo intitulado 'Las fuentes del comportamiento soviético', publicado en la revista Foreign Affairs en 1947. La idea-fuerza del texto se resume en la siguiente cita: 'El poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza', lo que tendrá como efecto colateral el incremento de la carrera nuclear en China y ésta, por mimetismo, se extenderá al espacio geográfico que se extiende desde Israel hasta Corea del Norte (incluyendo a naciones de la talla de la República Islámica de Irán, Paquistán, la República de la India y la República Popular China).
 
Dicha maniobra envolvente vendría complementada con el intento estadounidense de drenar las fuentes energéticas de China, objetivo para el cual se antoja fundamental la colaboración de Vladimir Putin. La explicación: Pekín adolece de una severa rusodependencia energética que le hace altamente vulnerable. Así, Rusia y China sellaron un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética; a través del mismo, la firma rusa Rosneft (principal petrolera del país) suministrará petróleo al gigante asiático durante veinticinco años, por un valor de US$ 270 mil millones -aproximadamente, unos € 205 mil millones. Ello, aunado con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china CNPC, por intermedio del cual Moscú abastecerá al país asiático con 38.000 millones de metros cúbicos de gas natural, bajo un monto de contrato estimado en US$ 400 mil millones, con una vigencia de treinta años (transitando el flúido por el gaseoducto Sila Sibiri, 'Fuerza de Siberia'. El convenio sentó las bases económicas de la Unión Euroasiática que inició su singladura el 1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar a los Estados Unidos de América pero que, a la postre, podría tener sus días contados, dado el flamante convenio secreto de Joe Biden y Vladimir Putin.


 
Sobre Germán Gorraiz López

Desarrolla análisis relativos a temas económicos y geopolítica. Publica regularmente en su blog "Los Restos del Naufragio". Reside en Navarra, España.