INTERNACIONALES : CHRISTIAN RIOS MONCAYO

Cuba libre: Patria y Vida

El 11 de julio no pasará como una fecha desapercibida en Cuba, en función de la pandemia del COVID-19...

15 de Julio de 2021

 

El 11 de julio no pasará como una fecha desapercibida en Cuba, en función de la pandemia del COVID-19, la corrupción, la miseria, la pobreza y la crisis energética, factores que empujaron a los ciudadanos cubanos a expresar fuertemente su inconformismo contra un Estado totalitario que, durante más de sesenta años, ha venido dirigiendo sus vidas y privándolos sistemáticamente de libertad.

Raúl Castro Ruz, Castrismo, Dictadura, Genocidio cubano, La Habana, G2, RepresiónBajo la consigna 'Patria y Vida' -contrariando lo que en su momento Fidel Castro promocionara en su revolución, bajo el eslogan de 'Patria o Muerte'- y aferrándose a proclamas como 'Libertad' y 'Abajo la dictadura!', el reciente estallido social es comparado con el antecedente de 1994, conocido como el 'Maleconazo'. En aquel entonces, la ciudadanía cubana había tomado las calles y avenidas del país contra el régimen de Fidel Castro Ruz, en ocasión de la profunda crisis económica motorizada por el desmoronamiento de la ex Unión Soviética, en 1991.

En comparación con 1994, lo que ahora encendió la mecha de las masivas protestas se vincula a una profundización de la crisis humanitaria y sanitaria que atraviesa Cuba, acompañado ese infortunado proceso por el desabastecimiento de alimentos y de medicinas, de los recurrentes cortes de energía -programados por el régimen para franjas horarias durante el día y la noche-, de la persecución criminal de La Habana contra los connacionales que, recurriendo a la comercialización de cualquier bien en las calles, son reprendidos con onerosas multas, y otros factores.

Adicionalmente, se conjugan con la turbulencia social otras variables igualmente evidentes: la rampante inflación, la fallida política de control de precios (planificación central de la economía), y la excusa del mítico bloqueo estadounidense -la cual acaba de implosionar, en razón de que el propio régimen ha liberado la importación de determinados productos a efectos de morigerar el descontento.

Precisamente, a efectos de desenmascarar la falsedad del 'bloqueo', el instituto The Observatory of Economic Complexity (OEC), en su estudio confeccionado durante 2019, establece los porcentajes de exportaciones de Cuba, con sus correspondientes porcentuaales: a China, 38,2%; a España, un 10,5%; a Países bajos, 5,44%; a Alemania, 5,3%; a Suiza, un 3,2%; a Portugal, un 2,99%; a Francia, un 2,15$. La Habana incluso exporta a Rusia (1,53%); Hong Kong (3,89%); Turquía (1,59%) y al Japón (1,15%). En definitiva, las estadísticas determinan que el bloqueo es apenas un pobre recurso argumentativo que le sirve de excusas al régimen para responsabilizar a terceras naciones.

Asimismo, la pandemia hizo visible la crisis de un modelo económico fallido y paquidérmico como lo es el comunista-socialista, con su economía centralizada, dictatorial y proteccionista, que aniquila cualquier principio de libertad económica y neutraliza la participación de emprendimientos privados en la economía, reprimiendo también la innovación y la tecnología. En cualquier conclusión sensata, podrá apuntarse que se asiste a un modelo que patrocina desigualdad, miseria y pobreza.

Por su parte, el presidente Miguel Díaz-Canel -como era de esperarse- minimizó el estallido social del 11 del corriente, falseando que la situación energética había exasperado algunos ánimos, pero que la raíz del problema eran, nuevamente, el 'bloqueo' y el sistema de sanciones implementado por la Administración Trump -junto a la política de continuidad del actual mandatario Joe Biden.

Así las cosas, el matutino colombiano El Tiempo registró ciertos conceptos de Díaz-Canel: 'Hay personas que vinieron a manifestar la insatisfacción'. Se refirió el funcionario a 'revolucionarios confundidos', y cerrando con la arenga 'Estamos dispuestos a dar la vida por la revolución', con la asistencia de 'contrarrevolucionarios'. En el epílogo, el crudo llamado a la violencia: 'Salgan a las calles, donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días' (El Tiempo: ¿Qué llevó a las protestas contra el Gobierno en Cuba?; Redacción -13 de julio de 2021)

El patrocinio de la violencia de parte del régimen busca, sin más, fogonear una abierta confrontación entre compatriotas para consolidar la estratagema de evasión de la propia responsabilidad. De igual modo, el esfuerzo propagandístico vigente en La Habana exige transferir esa responsabilidad al concierto internacional; en el mejor de los casos, una dinámica ambigua en el que una dictadura represiva se abraza a la fractura social definitiva, con la esperanza de que un exterminio resuelva sus problemas.

En el quebranto, no sería sensato desestimar la táctica del apagón del Internet por parte de la dictadura, instrumento desde el cual buscará hacerse del control del flujo informativo a nivel nacional, e impidiendo que la comunidad internacional se entere de la verdad. En paralelo, el régimen necesita de esta estrategia para ocultar las tropelías y abusos incurridos, así como también los encarcelamientos en masa y las ejecuciones sumarias perpetradas por agentes de policía y elementos parapoliciales.

A diferencia del 'Maleconazo' de 1994, la réplica ciudadana que se ha apropiado de los titulares de la prensa internacional se nutre hoy del justo inconformismo de los cubanos nacidos durante la década del noventa. Como variable de análisis, la misma cobra particular importancia, en virtud de que esta generación sólo conoce los eventos de 1959 por los libros de historia, mientras que ésta juventud ha padecido en carne propia los desatinos de la dictadura. Adicionalmente, y en sintonía con las rebeliones registradas en no pocos países por estas horas, se han vuelto expertos en el manejo de las redes sociales para revelar todo aquello que el régimen es esmera en censurar.

Como corolario, también será lícito consignar que las nuevas generaciones de cubanos han nacido sin miedo, en razón de que sólo han conocido la escasez; en consecuencia, no le deben reconocimiento alguno a la nomenclatura castrista. La fallida receta para intentar acallar sus voces ha llegado de la mano de más autoritarismo y más represión.


 
Sobre Christian Ríos M.

Ríos es Politólogo Internacionalista de la Universidad Militar Nueva Granada, Profesional en Ciencias Militares de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, y Administrador de Empresas; magister en Estrategia y Geopolítica en la Escuela Superior de Guerra- Colombia, en 'Estrategia y Geopolítica'. Es analista político, docente y columnista en el periódico El Quindiano (Armenia, Colombia) y en El Ojo Digital. Es Oficial en Retiro del Ejército Nacional de Colombia.