INTERNACIONALES : DEAN CHENG

No; la NASA no debería meterse en la cama con la agencia espacial china

La Estación Espacial Internacional está a punto de contar un nuevo vecino.

11 de May de 2021

 

La Estación Espacial Internacional está a punto de contar un nuevo vecino. La República Popular China lanzó el módulo Tianhe (Armonía Celestial), para su nueva estación espacial -el pasado 28 de abril. El módulo de referencia funcionará como el habitáculo principal de la estación espacial china, y se le unirán luego otros segmentos, destinados a experimentación y actividades científicas. La estación en su totalidad, según se ha planeado, se completará hacia 2023.

Industria espacial china, TianheEl proyecto es parte de un esfuerzo chino de mayor alcance, con el fin de ampliar sus capacidades espaciales, y esto incluye el despliegue de una constelación de satélites alrededor de la Tierra y, tiempo después, explotar el espacio 'cislunar' -esto es, el volumen de espacio existente entre la Tierra y la luna.

Algunos ven en la estación espacial china una oportunidad para, una vez más, pedir una mayor cooperación entre los Estados Unidos y Pekín. En particular, ha existido durante mucho tiempo un núcleo en la NASA y en la comunidad espacial americana que gustaría de ver una colaboración más profunda con los chinos en el espacio.

Tras la misión conjunta Apollo-Soyuz, que algunos consideran es un punto de inflexión en las relaciones entre Washington y el Kremlin, existe la expectativa de que una reformulación similar podría ser posible si se planeara una misión espacial conjunta entre China y los Estados Unidos, acaso involucrando a la Estación Espacial Internacional y a su par china.

Ausente de la conversación, sin embargo, se encuentra la Enmienda Wolf, la cual prohíbe taxativamente a NASA invertir dinero público alguno en la cooperación bilateral con Pekín. A pesar de ese obstáculo, el ya citado contingente en NASA -que engloba también a la comunidad estadounidense dedicada al control de armamentos- aspira a que la Casa Blanca persiga una mayor cooperación con los chinos, postura que Bill Nelson, flamante administrador del órgano espacial americano, pareció rechazar, al llevarse a cabo su audiencia de confirmación.

La totalidad de estos referentes ignoran realidades fundamentales del programa espacial chino. Acaso más importante, ignoran que el programa espacial oriental se halla fuertemente integrado a las fuerzas armadas chinas. En efecto, toda instalación de lanzamiento, de rastreo satelital y de control de misiones es, en la práctica, una instalación militar china (el módulo Tianhe, por ejemplo, fue lanzado del Centro de Lanzamiento de Satélites de Wenquan, alias, 'Base 27' del Ejército Popular de Liberación). Cualquier cooperación con China en el espacio, invariablemente significa que los promotores de la idea terminarán en la cama con los militares chinos.

Asimismo, eso proponentes ignoran que China quebranta las reglas más elementales de seguridad espacial. Esto se evidenció durante el lanzamiento del Tianhe. El cohete Marzo Extenso 5B que transportó el móduo al espacio no destruyó sus pesados motores-cohete durante el proceso de ascenso. En lugar de ello, el núcleo completo del mismo ingresó a la órbita terrestre -y se esperaba que reingresara a la Tierra en días pasados, como finalmente sucedió.

Un lanzamiento previo del cohete Marzo Extenso 5B, en mayo de 2020, remató con piezas del vehículo estrellándose en Costa de Marfil -sin que se produjeran advertencias previas de parte de Pekín.

Este patrón se extiende también al laboratorio espacial Tiangong-1. Cuando su misión llegó a su fin, en 2016, las autoridades chinas aseguraron al mundo que contaban con el control total del vehículo, el cual pesaba 9.3 toneladas. Varios meses después, las preocupaciones se acopiaron, descartadas de plano por funcionarios chinos. Solo meses después de investigaciones complementarias, las autoridades en Pekín admitieron que, de hecho, no tenían control alguno sobre el laboratorio espacial.

Eventualmente, el Tiangong-1 retornó a la atmósfera en 2018, precipitándose sobre el Océano Pacífico Sur. 

China ha estado lanzando cohetes durante demasiado tiempo, el cual debió resultar suficiente para que aprendiera sobre normas y prácticas de orden global, así como también sobre la responsabilidad de hacer saber a otros cómo y cuándo el remanente de materiales de esas misiones aterrizarán. El desprecio que Pekín exhibe frente a cualquier atisbo de transparencia en sus actividades espaciales (aún en relación a nociones básicas relativas a su presupuesto espacial general) debería servir como cautelosa medida restrictiva para aquellos que pugnan por una cooperación espacial más amplia.



Artículo original, en inglés

 

Sobre Dean Cheng

Analista e Investigador en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation), Washington, D.C., en temas políticos y de seguridad. Como experto en capacidades militares y espaciales de la República Popular China, Cheng se ha especializado también en el estudio de la política exterior y de Defensa chinas, en particular sobre la relación de Pekín con el resto de Asia y con los Estados Unidos de América.