INTERNACIONALES : JOHN MARULANDA

América Latina, frente a las imposturas de Naciones Unidas y la Unión Europea

Con ese sonsonete tan a lo Vivanco, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos...

03 de Marzo de 2021

 

Con ese sonsonete tan a lo Vivanco, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sermoneó a los colombianos sobre la muerte de 'líderes sociales'. Manifestó aquélla que, al actual gobierno, le hace falta diligencia, globalizando de esta manera el discurso de la mamertería continental, que cabalga a lomo del drama humano de homicidios y masacres resultantes del narcotráfico.

Narcoterrorismo, Michelle Bachelet, Raúl Castro, Terrorismo internacional, Narcotráfico, FARC, ONU, Naciones Unidas, Corrupción, UEPero la funcionaria pasó por alto los asesinatos de soldados y policías desplegados precisamente en tareas de prevención y protección de comunidades, mismas que expulsan a los uniformados de sus territorios sembrados con miles de hectáreas de coca. La declaración de Michelle Bachelet pone de manifiesto -por enésima vez- la nula objetividad de la burocracia del organismo internacional, tan impregnado de izquierdismo, de comunismo. Como que Cuba, por quinta vez, fue elegida integrante del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en consonancia con Alberto Navarro, embajador de la Unión Europea en la isla, quien hace pocos días declarara: 'Yo no considero que Cuba sea una dictadura'.
 

Europa adicta
 
Los desaguisados de Naciones Unidas se vician aún más con el apoyo de una Unión Europea repleta de funcionarios y políticos eurocentristas, que insisten en vernos como colonias manejables según sus variados intereses. Así, por ejemplo, la canciller española critica al gobierno de Nicolás Maduro, pero su gobierno le vende armamento a la dictadura.
 
La ironía de todo esto es que, tanto los burócratas de Naciones Unidas como los de la UE reprochan, atacan y estigmatizan a gobiernos, al tiempo que Europa es hoy uno de los mayores centros de consumo de alucinógenos, alimentando el narcotráfico y el Crimen Organizado Transnacional; variables que, a su vez, son generadoras de la violencia y la corrupción que nos afectan. Con Europa, sucede lo mismo que José Félix Lafaurie adviertiera -acertadamente- sobre un reciente informe de Bachelet: 'Naciones Unidas descubre el agua tibia sobre la causa de la violencia, pero pasa por encima y no hace recomendaciones, contra el narcotráfico…', con 'falta de sentido de realidad y de objetividad'.
 
En noviembre pasado, llegó el primer narcosubmarino que cruzó el Atlántico con cinco toneladas de cocaína; la semana anterior, se decomisó el mas grande alijo de la sustancia en la historia europea: 23 toneladas, confiscadas en los puertos de Hamburgo y Amberes; en Holanda, se desmanteló pocos días atrás un laboratorio con capacidad para producir entre 150 y 200 kilogramos de cocaína por día; antes, se habían decomisado cinco toneladas de cocaína de las FARC frente a La Coruña.

Europol señaló que el consumo de cocaína durante la pandemia ha registrado récords históricos, mientras que el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) advirtió acerca de un importante incremento del negocio en el continente en el futuro pospandémico. Por allá, esnifan cocaína, mientras nos señalan con dedo acusador. La corresponsabilidad es un criterio desteñido. Ya veremos que, cuando el gobierno colombiano arranque con la fumigación aérea, serán esas mismas ONU y Unión Europea las primeras en poner el grito en el cielo, con las comunidades indígenas y el medio ambiente en el centro de su indignación de utilería.
 

... y Naciones Unidas cegatona
 
En simultáneo con esa visión hipócrita, Michelle Bachelet insiste en fijar posiciones políticas que nadie, sino su club de oficinistas de izquierda, creen y aplauden. Es el caso de la relatora  especial de la ONU sobre medidas coercitivas unilaterales y derechos humanos, Alena Douhan, quien después de dos semanas de atenciones del régimen madurista en Caracas,  concluyó en su informe: 'Las sanciones (de US y la UE) han exacerbado las calamidades preexistentes'. Como desde 1960, en una posición simplista, la culpa de todas las desgracias de estos países y de muchos otros en el mundo, la tiene el 'imperialismo yanqui', mismo que paga sus salarios.

Mientras estos empleados de Naciones Unidas y la Unión Europea vapulean a unos gobiernos latinoamericanos y callan con otros, el Crimen Organizado Transnacional y la política confluyen de manera descarada en la región. Basta con recordar a Ernesto Samper en Colombia, mirar el actual dramático caso de Venezuela, y prever lo que sucederá en Ecuador con Rafael Correa y su elegido al trono, Arauz. El narcotráfico está cooptando el poder, en una estrategia de doble moral diseñada por el Foro de Sao Paulo e implementada por el Grupo de Puebla.
 
La realidad, monda y lironda, es que la cocaína colombiana, peruana y boliviana alimenta el flujo de capitales que trasiega a través de las redes bancarias globales -La City es uno de los principales centros de lavado de dinero- y con los que, como dice Roberto Saviano: '... se compran políticos y funcionarios'. Que lo diga Alex Saab.
 
El aserto de Groucho Marx al respecto de que 'las naciones grandes se portan como gangsters y las pequeñas como prostitutas' parece ser confirmado por Europa y ONU, las cuales, a partir de sus declaraciones, oscurecen aún más los escenarios tan infortunados como el de Venezuela, y horizontes tan complejos como los de Ecuador, Perú, la Argentina, México y Colombia, entre otras naciones.


 
Sobre John Marulanda

Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.