INTERNACIONALES: JUAN DAVID ESCOBAR CUBIDES

Colombia: mano dura con el terrorismo

En Colombia, el Gobierno Nacional está poniendo en cintura a los enemigos de la patria.

11 de Febrero de 2021

 

En Colombia, el Gobierno Nacional está poniendo en cintura a los enemigos de la patria. Recientemente, hemos observado acciones determinantes en contra de los más temidos terroristas; denominados como objetivos de alto valor que, desde la vecina Venezuela, hacen de las suyas con complicidad de Nicolás Maduro.

Diosdado Cabello, Nicolás Maduro, Narcoterrorismo, Terrorismo internacionalY es que la verticalidad del gobierno colombiano ahora sí va en serio: desde cercar diplomáticamente al dictador veneolzano, hasta asfixiar en sus propias madrigueras al colectivo genocida compuesto por Gentil Duarte, Márquez, Santrich, Romaña, y El Paisa. Esto es celebrado sin vacilación por la ciudadanía, en virtud de que es el único camino posible para resguardar la democracia.

Razón tuvo cierto abogado penalista, cuando propuso -a través de una obra magistral- darle muerte al tirano; aquél que, con su venia y, desangrando a su país, ha auxiliado a los enemigos de Colombia. La eventual muerte del cabecilla Nicolás Maduro Moros, de Diosdado Cabello y del elemento criminal del Cártel de los Soles es una necesidad que apremia para el bienestar de Latinoamérica. 

En rigor, Maduro no ha escatimado esfuerzos a la hora de desestabilizar a Colombia. Principalmente, desde sus degradantes actividades de espionaje, con el que pretende sabotear la estabilidad democrática de la nación. Tanto más, produce una indignación mayúscula conocer los movimientos, el patrocinio, la libertad y el impulso que el dictador venezolano le obsequia a los bandidos que operan en Colombia para que, desde Venezuela, delincan en contra nuestra.

Dar de baja a los bandidos en mención, en especial a Maduro, configura un acto de legítima defensa. El ordenamiento jurídico permitiría hacerlo, dado que, bombardear el palacio de Miraflores sería una magnifica alternativa, si no fuera por el respaldo garantizado al vecino régimen por el premier ruso Vladimir Putin, quien, dicho sea de paso, respalda todos y cada uno de los desmanes de Maduro, porque tiene el ojo puesto en Colombia desde hace una década. 

¿Cuál es la gravedad del asunto? Que los protegidos de Putin, es decir, los narcoterroristas Maduro, Márquez, Santrich, Romaña y El Paisa, han sido implicados por concierto en los delitos de conspiración para narcoterrorismo, conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, posesión de ametralladoras y aparatos destructivos, y conspiración por posesión de ametralladoras y aparatos destructivos. Junto a cabezas visibles del régimen venezolano, comparten una imputación de cargos emitida por la corte del Distrito Sur de Nueva York.

Como si fuera poco, según las evidencias presentadas por la justicia norteamericana, el Cártel de los Soles, clan de mafiosos dirigido por militares del régimen de Caracas, ha trajabado mano a mano junto a las FARC, desde el año 1999.

Puntualmente, altos mandos del gobierno venezolano han dotado de armamento y munición a los miembros de FARC, coordinándose en el proceso relaciones internacionales con Honduras y otros terceros países a efectos de facilitar el tráfico de cocaína a gran escala.

Esto quiere decir que muchas de las armas con las que los bandidos de Farc destruían a Colombia provenían, directamente, de los hijos de pérdida de Venezuela. De igual modo, el dinero traqueto que adquirían desde 1999 (bajo auspicios del difunto Hugo Chávez Frías) fue compartido, tal y como lo hacían en su momento los miembros del Cártel de Medellín y de Cali. 

Sin más ni más, produce excesiva grima conocer cómo alias Iván Márquez reside en un condominio resguardado por hombres de Nicolás Maduro, en el casco urbano de la ciudad de Elorza, a pocos kilómetros del departamento de Arauca. Produce la misma sensación que puedan caminar por Venezuela en medio de los civiles hambrientos y desolados. Y, que, adicionalmente, puedan desplazarse en caravanas de camionetas, con indumentaria militar, fuertemente armados los activos de Santrich y El Paisa.

¿Cuál es la solución adecuada para este problema? Como bien lo propusiera el presidente Duque: es menester insistir con el cerco diplomático, encaminado a desconocer al régimen ilegítimo de Maduro Moros. Pero, en tal virtud, también deviene en indispensable fortalecer el mismo, de tal forma que sean más las naciones unidas en contra del tirano, pues esa es la única alternativa viable para que el sátrapa dimita del poder.

El palo no está para cucharas: asistimos al accionar de un régimen criminal que goza del respaldo ruso pero que, además, avala a quienes durante décadas han atentado contra Colombia.

Desde lo personal, quien esto escribe debe confesar que, en calidad de ciudadano colombiano, experimentaría una profunda emoción si el gobierno de los Estados Unidos de América eventualmente interviniera para capturar o, en su defecto, neutralizar a Maduro Moros y a sus secuaces del Cártel de los Soles. Chávez y Castro esperan por ellos en el inframundo


 
Sobre Juan David Escobar Cubides

Escobar Cubides reside en Medellín (Colombia), y se desempeña como Editor político en el sitio web Al Poniente, colaborando también con análisis sobre la realidad política colombiana en otros medios de comunicación de la región.