INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

En los Estados Unidos, el voto por correo podría llevar a más violencia

En los Estados Unidos, el debate en torno del voto por correo de cara a los comicios...

31 de Agosto de 2020


En los Estados Unidos, el debate en torno del voto por correo de cara a los comicios presidenciales de noviembre es, en general, definido por los intereses de los dos partidos políticos de mayor peso. Los Demócratas insisten en que ese formato habilitaría a votar a amplias cifras de ciudadanos que, de otro modo, no podrían hacerlo; y que es un método seguro. Los Republicanos argumentan que una gran cantidad de votos registrados por correo garantizarán que los resultados de la elección no se conocerán por mucho tiempo después de transcurridos los comicios y que, adicionalmente, el sufragar sin que el elector se encuentre físicamente presente incrementa las probabilidades de fraude.

Estados Unidos, Fraude electoral, Voto por correo, Partido DemócrataMás allá de eso, la reciente utilización del sistema de votos por correo a gran escala en el estado de Nueva York sugiere que pueden registrarse notables demoras en los mecanismos de conteo de sufragios, mientras que muchos terminarán impugnados por numerosas razones; por su parte, algunos estados como Oregon o Utah han venido respaldándose -exitosamente- en ese sistema, durante años. De tal suerte que, en esencial, el argumento es político. Los Demócratas entienden que la mayoría de los votantes que emitan su voto por correo lo harán por ellos, mientras que los Republicanos gustarían de suprimir ese formato electoral, precisamente por la misma razón; por ejemplo, afirmando que eso probablemente beneficiará a Joe Biden y a otros candidatos Demócratas. Sin lugar a dudas, habrá fraude electoral detectable y no detectable en el proceso, pero la pregunta que cabe hacerse es: ¿de qué magnitud será el fraude? En simultáneo, también habrá que cuestionarse por el modo en que el voto por correo afectará los resultados. Si el fraude no es significativo, entonces muchos argumentarán que es un precio que valdrá la pena pagar, a efectos de mejorar la calidad del sufragio.

Los comicios se desarrollan a nivel estatal y de condado en los Estados Unidos -no a nivel nacional.
Una 
reciente revisión sobre los procedimientos para registrarse como votante y para emitir el voto en mi estado de residencia (Virginia) determinó que uno puede tanto registrarse como votar sin tener contacto humano alguno. El proceso de registración puede completarse llenando un formulario en línea,  en éste enlace. Obsérvese, particularmente, lo siguiente: el formulario exige que uno haga check en el cuadro que determina que uno es ciudadano estadounidense. A continuación, pide el nombre completo y el domicilio del ciudadano, así como también el número de seguro social, la fecha de nacimiento, y si acaso una persona cuenta o no con antecedentes penales -o si, de otro modo, es descalificado para votar. Acto seguido, uno debe firmar y fechar el documento, para luego proceder a enviarlo por correo. Dentro de los diez días subsiguientes, uno debería recibir una tarjeta de registración para emitir el voto para Virginia, el cual uno podrá presentar si vota presencialmente -aún cuando ello no es un requisito obligatorio.

Es importante considerar que no debe presentarse documentación a efectos de validar el aplicativo, lo cual significa que la información puede ser falsa. Usted puede incluso elegir no presentar su número de seguro social, expresando que jamás se le ha otorgado uno, aún cuando el formulario expresa que uno debe tenerlo para acceder a la registración. Asimismo, la persona puede enviar un detalle sobre domicilio temporal, afirmando que es una persona sin hogar o homeless. Tampoco es útil la información sobre la fecha de nacimiento, conforme el formulario no consulta a la persona sobre localidad donde nació, información que es archivada por los gobiernos locales y estatales. A la postre, sólo el número de seguro social valida el documento, y este dato también aparece en la tarjeta de registración de la persona (Voter ID Card), pero incluso ese detalle puede ser falso o una fabricación, provisto que no pocos inmigrantes ilegales en los Estados Unidos ya se han percatado de ello.

En un estado como Virginia, el voto por correo exige la propia firma y la de un testigo -que puede ser cualquier persona. Esto es idéntico en otros seis estados. Treinta y un estados exigen que la persona emita su firma, mientras que otros tres exigen que el documento sea notariado -una salvaguarda positiva, dado que requiere que el votante presente algún tipo de documentación. Siete estados exigen la presentación de una firma adicional en el sobre del voto a ser enviado por correo, mientras que dos estados solicitan una copia del ID del votante, a ser acompañado en el sobre con el sufragio. En otras palabras, las salvaguardas del sistema varían de un estado a otro pero, en la mayoría de los casos, consolidar un acto fraudulento es relativamente sencillo.

La plausible alternativa del fraude en el proceso electoral ciertamente no menciona las demoras que podrían suscitarse al momento de que la oficina de correos envíe los sobres; lo cual podría plantear consecuencias políticas que ya han comenzado a aflorar en conversaciones relativas a lo que realmente podría suceder durante la noche del comicio. Si la turbulencia social que ha estado desarrollándose en el país continúa, y si los Republicanos tienen éxito a la hora de implementar su mecanismo de ley y orden, entonces será probable que los resultados de las elecciones sean más apretados de lo que algunas encuestas han comenzado a sugerir.

Finalmente, ¿qué sucederá el día después? Pues, bien; las elecciones de 2000 y 2016 sugieren que podría haber problemas. En el 2000, George W. Bush derrotó a Al Gore, aún cuando el último cosechó más votos a nivel nacional. Subsistía entonces un considerable temor ante probables episodios de violencia, pero el asunto fue resuelto rápidamente con un recuento en Florida, lo que siguió a una resolución de la Corte Suprema. En el epílogo, la legitimidad de Bush -aún cuando fue cuestionada- logró consolidarse. En 2016, por cierto, Hillary Clinton se anotó tres millones de votos más que Donald Trump, pero la notable mayoría obtenida por el segundo en el Colegio Electoral significó que el resultado no podía ser desafiado en las estadísticas -factor que velozmente fue atribuído a la 'ayuda ofrecida por los rusos'.

Este año, sin embargo, las cosas podrían ser distintas, en razón de la furia frente a las medidas implementadas oficialmente para combatir al coronavirus, y también en virtud de la turbulencia racial. Esto quizás podría no observar mayor importancia, salvo por el hecho de que el presidente Donald Trump ha abierto las puertas a las conversaciones en torno del posible fraude electoral en los comicios de noviembre, y mientras que el propio jefe de Estado ha sugerido que los resultados podrían carecer de legimitidad. Trump ha puesto el foco particularmente en el voto por correo, y ha compartido la conjetura de que podría, deliberadamente, tomar medidas que dificulten la capacidad del correo para entregar los resultados a tiempo. El tratamiento viral sobre la cuestión parece estar favoreciendo al Partido Republicano, considerándose que una encuesta reciente sugiere que solo el 45% de los potenciales votantes tienen confianza en la integridad de los resultados que devuelva el comicio.

Lo que podría suceder, en mi perspectiva, ha sido sugerido en un tweet de Trump, al respecto de las elecciones de Florida de noviembre de 2018, donde el actual presidente declaró: 'Las elecciones de Florida deberían ser resueltas a favor de Rick Scott y Ron DeSantis, habida cuenta de que un gran número de votos nuevos aparecieron de la nada, y siendo que muchos otros votos se han extraviado, o han sido falsificados. Un honesto conteo de votos ya no es posible, con tantos votos masivamente infectados'.

Más recientemente, el 30 de julio pasado, Trump publicó en Twitter: 'A partir del Voto Universal por Correo (y no el Voto Ausente, que es bueno), la elección de 2020 será la más IMPRECISA y FRAUDULENTA de nuestra historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos. ¿Habremos de postergar la elección hasta que se pueda garantizar que la gente vote apropiadamente, y con seguridad???'. Adicionalmente, el presidente ha convenido reiteradas veces que los Demócratas estarían intentando 'robarse la elección'.

Nancy Pelosi, Vocero en la Cámara de Representantes, ha -como se esperaba- empeorado las cosas, tras afirmar: '(...) Tristemente, los enemigos domésticos que la emprenden contra nuestro sistema electoral están en la Avenida Pennsylvania al 1600, con sus aliados en el Congreso de los Estados Unidos (...) Ellos están haciendo todo lo que pueden, para suprimir el voto a partir de sus acciones: intimidan a la gente, diciendo que las fuerzas de policía estarán allí, comprometen el rol del sistema postal con todo esto. Es verdadera y realmente vergonzoso'. Pelosi los calificó como 'Enemigos del Estado', conocido faux pas de Hillary Clinton en el pasado, cuando declaró ésta última que los simpatizantes de Trump eran 'deplorables'.

De igual manera, Pelosi también ha convocado a la cancelación de los debates pautados entre Trump y Biden, afirmando que ella no desea legitimar conversación alguna con el presidente. También ha echado combustible al fuego, diciendo: 'Trump, en rigor, le ha dado la bienvenida a la intervención rusa, permitiendo que Putin decida quién será el presidente, en lugar de que lo haga el pueblo estadounidense'. De tal suerte que el escenario ya contabiliza demasiadas acusaciones, en ambas veredas. Se ha sugerido que Donald Trump podría intentar demorar la fecha de la elección, cosa para la que no tiene poder político, o bien que tenga lugar, esperando obtener una ventaja en los votos emitidos de manera convencional al momento de cerrar el proceso. De esa manera, estará capacitado para declarar la victoria y poner fin a los comicios sin que se continúe con el conteo, dada la amplia posibilidad de fraude con los votos emitidos por correo. Si, por otro lado, Trump pierde, el argumento podría ser ampliado, declarando el presidente la invalidez de todos los votos en virtud del extendido fraude electoral por correo.

Mientras más y más ciudadanos estadounidense se exhiben furiosos y frustrados frente al sistema político, al tiempo que se muestran ideológicamente fracturados en distintas vertientes -muchas de ellas inflexibles e imposibles de conciliar-, el escenario podría estallar. Y -será lícito decirlo- también hay más ciudadanos armados que nunca antes, y muchos siguen adquiriendo armamento en números récord.

Conjúguese esto con una fuerza de policía desmoralizada y, evidentemente, cada vez más incapaz a la hora de lidiar con la turbulencia social; al cierre, las elecciones de noviembre bien podrían liberar fuerzas con capacidad para hacer ver a los episodios actuales como muy pequeños, en comparación
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Artículo original, en inglés; publicado originalmente en The American Herald Tribune (Estados Unidos)



 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.