Colombia: soldados en la turbulencia
El conflicto colombiano, siempre incentivado por La Habana...
06 de Agosto de 2020
El conflicto colombiano, siempre incentivado por La Habana, disfrazado de ideológico, pero totalmente encuadrado dentro del Crimen Organizado Transnacional y recostado en la social bacanería, augura la disparada de un nuevo ciclo de violencia que ya se insinúa, y que sería bastante más doloroso que los anteriores. El mayor responsable de este desastre, es un devaluado aparato de justicia, con magistrados corruptos y jueces politizados, que atizan la ira popular -facilitando la fuga de un jefe narcofariano mientras encarcelan, con inocultable sabor a vindicta, a Alvaro Uribe. En estos momentos de crisis económica, política, moral y social, vale la pena mirar a nuestra Fuerzas Militares, y es buena referencia observar lo que sucede con los militares en Venezuela.
A pesar del gran desastre en el que el narcocomunismo convirtió al país mas rico de la región, la caterva que gobierna desde Miraflores se mantiene en el poder. Allí la sostienen los militares que, catequizados, coludidos o corrompidos traicionaron una heredad de doscientos años, y que han sido apocados por organizaciones armadas como la Milicia Bolivariana, los colectivos, el frente bolivariano de liberación, FARC, ELN, Hezbolá y otros grupos irregulares, ahora encargados de defender la tiranía al socorrido chillido de: 'Invasión!'.
¿Cómo pasó el ejército venezolano de ser 'Forjador de Libertades', como reza su escudo, a ser sostenedor de dictaduras? Pues, con la misma metodología que intentan aplicar en Colombia: cooptación, aprovechando la proverbial subordinación castrense al poder civil democrático. Está claro que a Cepeda, de Roux, Samper, Timochenko, FARC, ELN, el Cártel del Golfo y otros de su especie, no les interesa destruir el Ejército Nacional -sería un desastre, para ellos en particular. Su objetivo es manipularlo para que, como en Venezuela, se convierta en su guardia pretoriana y en un invitado de segunda en la orgía de destrucción socialista del país. Ya hicieron una prueba con sus perversas propuestas sobre la inteligencia militar y el ascenso de mandos. En un próximo paso, habrá protestas civiles callejeras, acciones terroristas de células elenas en las principales ciudades y ataques a la fuerzas públicas por muchachos engatusados por FARC, perturbarán la tranquilidad ciudadana y la prensa proclamará la incapacidad de tales fuerzas a la hora de cumplir su misión constitucional de seguridad pública.
Se necesitará 'reformarla' o 'fortalecerla' con las propuestas que harán Cepeda y compinches, desde las cuales también tratarán de congraciarse con los enemigos de su ADN político, el marxismo-leninismo y la combinación de todas las formas de lucha. En medio de reformas económicas, sociales, políticas, culturales, con falsas zalamerías y gestos conciliatorios, entramparán a las fuerzas públicas en una legislación izquierdizante, y la irán convirtiendo paulatinamente en el Corp de Gard de los enemigos del Estado-nación democrático y liberal. Más temprano que tarde, nos sorprenderemos oyendo a nuestros soldados gritando: 'Patria, socialismo o muerte', y controlados por comisarios cubanos. Sí; como en Venezuela; es asunto de método.
Una vez en el poder, (¿en el 2022?), las guardias campesina, indígena y cimarrona, ampliarán su misión a la defensa nacional, apoyados, naturalmente, por sus actuales jefes narcos. Nuevamente, como en Venezuela.
Ante este panorama, los hombres y mujeres de la Reserva Activa deben continuar con su activismo político en todos los grupos, organizaciones, mesas de trabajo, centro de estudio, etcétera, en que se encuentra dispersa. Mas que unión, la RA necesita de un eje referencial y articulador, que permita a esta miríada de organizaciones identificarse en los principios fundamentales que durante dos siglos ha defendido la Institución: familia, religión, propiedad privada, libre empresa y libertad individual. Punto de partida para, parafraseando la Oración Patria: 'Llegado el caso, defenderte en democracia'; ahora, con votos -como no se podía hacer cuando se estaba bajo banderas. Colombia es la joya de la corona del COT-comunismo cuyos planes están en ejecución.
No nos cansaremos de repetirlo: vamos camino, no a Damasco, sino a Caracas; vía La Habana.
A pesar del gran desastre en el que el narcocomunismo convirtió al país mas rico de la región, la caterva que gobierna desde Miraflores se mantiene en el poder. Allí la sostienen los militares que, catequizados, coludidos o corrompidos traicionaron una heredad de doscientos años, y que han sido apocados por organizaciones armadas como la Milicia Bolivariana, los colectivos, el frente bolivariano de liberación, FARC, ELN, Hezbolá y otros grupos irregulares, ahora encargados de defender la tiranía al socorrido chillido de: 'Invasión!'.
¿Cómo pasó el ejército venezolano de ser 'Forjador de Libertades', como reza su escudo, a ser sostenedor de dictaduras? Pues, con la misma metodología que intentan aplicar en Colombia: cooptación, aprovechando la proverbial subordinación castrense al poder civil democrático. Está claro que a Cepeda, de Roux, Samper, Timochenko, FARC, ELN, el Cártel del Golfo y otros de su especie, no les interesa destruir el Ejército Nacional -sería un desastre, para ellos en particular. Su objetivo es manipularlo para que, como en Venezuela, se convierta en su guardia pretoriana y en un invitado de segunda en la orgía de destrucción socialista del país. Ya hicieron una prueba con sus perversas propuestas sobre la inteligencia militar y el ascenso de mandos. En un próximo paso, habrá protestas civiles callejeras, acciones terroristas de células elenas en las principales ciudades y ataques a la fuerzas públicas por muchachos engatusados por FARC, perturbarán la tranquilidad ciudadana y la prensa proclamará la incapacidad de tales fuerzas a la hora de cumplir su misión constitucional de seguridad pública.
Se necesitará 'reformarla' o 'fortalecerla' con las propuestas que harán Cepeda y compinches, desde las cuales también tratarán de congraciarse con los enemigos de su ADN político, el marxismo-leninismo y la combinación de todas las formas de lucha. En medio de reformas económicas, sociales, políticas, culturales, con falsas zalamerías y gestos conciliatorios, entramparán a las fuerzas públicas en una legislación izquierdizante, y la irán convirtiendo paulatinamente en el Corp de Gard de los enemigos del Estado-nación democrático y liberal. Más temprano que tarde, nos sorprenderemos oyendo a nuestros soldados gritando: 'Patria, socialismo o muerte', y controlados por comisarios cubanos. Sí; como en Venezuela; es asunto de método.
Una vez en el poder, (¿en el 2022?), las guardias campesina, indígena y cimarrona, ampliarán su misión a la defensa nacional, apoyados, naturalmente, por sus actuales jefes narcos. Nuevamente, como en Venezuela.
Ante este panorama, los hombres y mujeres de la Reserva Activa deben continuar con su activismo político en todos los grupos, organizaciones, mesas de trabajo, centro de estudio, etcétera, en que se encuentra dispersa. Mas que unión, la RA necesita de un eje referencial y articulador, que permita a esta miríada de organizaciones identificarse en los principios fundamentales que durante dos siglos ha defendido la Institución: familia, religión, propiedad privada, libre empresa y libertad individual. Punto de partida para, parafraseando la Oración Patria: 'Llegado el caso, defenderte en democracia'; ahora, con votos -como no se podía hacer cuando se estaba bajo banderas. Colombia es la joya de la corona del COT-comunismo cuyos planes están en ejecución.
No nos cansaremos de repetirlo: vamos camino, no a Damasco, sino a Caracas; vía La Habana.
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@JohnMarulandaM
Sobre John Marulanda
Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad Santo Tomás de Aquino, y Abogado de la Universidad de la Gran Colombia, Marulanda se desempeña como consultor internacional en seguridad y defensa. Es Coronel (R) del Ejército de Colombia.