INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Muerte en Herzliya: misterio en torno del deceso de embajador chino

El domingo 17 de mayo pasado, el Embajador de la República Popular China ante Israel...

29 de May de 2020

 

El domingo 17 de mayo pasado, el Embajador de la República Popular China ante Israel, Du Wei, fue hallado sin vida en su cama, en su residencia oficial en Tel Aviv -en el suburbio de Herzliya. Wei contaba 57 años de edad, era casado y padre de un hijo, y había sido designado en su puesto en el mes de febrero. Se informó que se hallaba en buena salud. Su esposa y su hijo no se hallaban en Israel cuando falleció.
 
Du Wei, ex embajador chino en Tel AvivEl Ministerio de Relaciones Exteriores israelí dio a conocer, rápidamente, un informe, que señalaba que el funcionario chino había muerto por causas naturales, lo cual fue luego precisado por el Ministerio de Relaciones Exteriores chino como 'problemas de salud no especificados' -insinuando que pudo haberse tratado de un fallo cardíaco, o de un accidente cerebro-vascular. Tras arribar a Israel, Wei se hallaba en cuarentena por un lapso de quince días, en tanto su deceso no ha sido atribuído al nuevo coronavirus.
 
La policía israelí tomó rápidas medidas para clausurar el acceso a la residencia, lo cual hace al procedimiento estándar, y el gobierno en Pekín expresó que enviaría un equipo de investigaciones propio a Tel Aviv, para determinar lo sucedido, y también para repatriar los restos de Wei. En esa instancia particular, Israel exigía a todos los viajeros que ingresaban al país que cumplieran con una cuarentena obligatoria de quince días, pero la Cancillería deslindó a los funcionarios chinos de cumplir con ella. A la postre, el cadáver de Du Wei fue repatriado a China. El gobierno de Pekín, al menos hasta el momento, no emitió informe alguno para compartir sus hallazgos frente a la inesperada muerte.
 
Debe presumirse que Du contaba con seguridad en su residencia. Las embajadas en el extranjero difieren en sus niveles de seguridad, dependiendo del nivel de amenaza en el país donde sus diplomáticos son destinados. Las embajadas y consulados de los Estados Unidos de América, por ejemplo, cuentan con guardia compuesta por Marines en sus edificios, supervisados por el departamento de Seguridad Estatal (DS). Sin embargo, suele contratarse un perímetro de seguridad exterior a las instalaciones, por lo general a guardias privados domésticos o pertenecientes a las fuerzas locales de policía. Du, como diplomático chino en Israel, no se hallaría bajo amenaza individual, pero uno podría razonablemente asumir que contaba con custodios chinos, así como también con seguridad local. De tal suerte que, en teoría al menos, nadie debió hallarse en capacidad de acercársele con fines de herirlo o quitarle la vida.

Du podría haberse hallado a salvo en su propia residencia, aunque se conocen un par de interesantes relatos que podrían sugerir lo contrario. La muerte del embajador tuvo lugar menos de una semana después de la visita sorpresa a Jerusalén, del Secretario de Estado americano, Mike Pompeo. Conforme uno podría esperar, el grueso de la visita se desarrolló con el fin de conversar sobre la intención israelí de anexar gran parte de Cisjordania, aunque Pompeo también trató con el primer ministro Benjamin Netanyahu la predisposición de Tel Aviv de ingresar en acuerdos comerciales con China, los cuales involucran desarrollos de infraestructura, y de telecomunicaciones. Asimismo, Pompeo reiteró los reclamos de Donald Trump en el sentido de que, de alguna manera, Pekín debería ser tomada por responsable por las 'muertes de cientos de miles de personas en todo el mundo' debido al coronavirus, porque el gobierno chino no informó sobre la dolencia cuando emergió esta -argumento disputado por los chinos.

Du, sin embargo, no era un diplomático ordinario. Contaba con nutrida experiencia, habiendo servido durante más de treinta años en el servicio exterior. Previo a Israel, había sido destinado a Ucrania, y era conocido por su agresividad a la hora de promocionar los intereses chinos a través de proyectos de infraestructura y en otros de índole coparticipativa, buscando obstaculizar a los intereses estadounidenses en ambas naciones. Actualmente, China es el principal inversor en la infraestructura israelí, y la actividad de Du y la de sus predecesores en Israel irritó, por decirlo de alguna manera, a la Casa Blanca de Trump. El matutino The New York Times describe la tensión existente entre los dos aliados nominales, con estos conceptos: 'China ha estado invirtiendo notablemente en Israel en años recientes, involucrándose en centenares de proyectos y start-ups tecnológicos, y adquiriendo mayor control en la firma de procesamiento de alimentos local Tnuva. Pero Israel ya se había enfrentado a Washington, al permitir que las firmas chinas ejecutaran proyectos de magnitud en infraestructura en los últimos años, especialmente en locaciones sensibles. Una firma tutelada por el gobierno chino firmó, por ejemplo, un leasing de 25 años para administrar la terminal portuaria comercial en Haifa, que suele recibir a navíos de la Armada de los Estados Unidos -desde 2021. Y, en cercanías de la base de la fuerza aérea Palmachim, Hutchison Water International -compañía con base en Hong Kong- ha llegado a la final del proceso adjudicatario para construir una planta desalinizadora sobre la que Israel ha dicho que será la más grande del globo. Funcionarios de la Administración Trump han advertido reiteradas veces a sus pares israelíes que 'los modos de compartir información de inteligencia entre Tel Aviv y Washington se verían comprometidos, en virtud de tales emprendimientos chinos'.

Tanto Pompeo como otros funcionarios de la Administración Trump supieron enviar el firme mensaje que ya fuera compartido a otros presuntos aliados de Washington. Nuevamente, Pompeo dejó en claro a Israel: no acepten instalar equipo tecnológico de Huawei -conglomerado de telecomunicaciones chino que opera en todo el mundo-, que se destine a construir la red 5G. Washington entiende que el equipo empleado por Huawei es utilizado por el ecosistema de inteligencia chino para, de manera encubierta, acceder a redes telefónicas globales por vía de backdoors o 'puertas traseras'. Muchos países han sido advertidos por los Estados Unidos al respecto de que, si procedían con Huawei, Washington dejaría de compartirles información sensible.

La preocupación de la Casa Blanca es, en parte, comercial, conforme EE.UU. gustaría de convertirse en el proveedor líder de esa nueva tecnología. Se deriva de allí la creencia de que, próximamente, la red 5G servirá como columna vertebral para la totalidad de las telecomunicaciones críticas, mientras que su velocidad de descarga implicará que la misma se convertirá en la base de muchas nuevas tecnologías por venir, dejando a los Estados Unidos muy atrás en la carrera del desarrollo de productos para consumidores finales -al tiempo que obsequiaría a China la capacidad tanto de espiar como de interferir con la infraestructura de telecomunicaciones estadounidense.

En tal escenario, se ha sugerido que Netanyahu fue cordial en su planteo frente al problema chino, aunque no suscribió a ninguna de las limitaciones planteadas por Pompeo, lo cual llevaría directamente a la sospecha de que el gobierno estadoundiense, probablemente trabajando en conjunto con elementos amigos del Mossad, acaso buscó enviar un mensaje a Bibi, asesinando al embajador Wei -sugiriéndose un 'fallo cardíaco' en el ínterin. Podría ser extremadamente improbable que la Administración Trump se comportara de manera tan desaprensiva, aunque uno debiera recordar el reciente asesinato del Mayor General Qassem Soleimani en enero pasado, ejecutado por un temerario equipo de seguridad nacional americano -para nada interesado en medir las consecuencias de ese acto.

Emerge también otro relato, el cual circula de manera privada entre ex oficiales de inteligencia estadounidenses, que sugiere un sendero completamente diferente. Algunos creen que Du se preparaba para desertar a los Estados Unidos de América, probablemente porque, de algún modo, le fue presentada una oferta finaciera (junto a otros incentivos) difíciles de rechazar. La inducción a desertar, planteada a diplomáticos extranjeros, era una característica de la Guerra Fría, y ha tenido lugar muy poco frecuentemente después de finalizada esa época -aunque siempre ha sido inusual el involucrar directamente a un embajador. El relato de la deserción, aunque no existe forma de comprobarla, podría consignar que la ejecución de Du pudo haber sido sancionada por su propio gobierno. O por Israel, si es que ya había tomado la decisión de proceder con las inversiones chinas, y Tel Aviv exhibía preocupación ante la posibilidad de que Du revelara información a Washington al respecto de proyectos aún más sensibles.

En el epílogo, la muerte de Du continúa sumergida en el misterio. Pekín nada dice, Israel ha hecho lo posible para que la historia pase al olvido, y Estados Unidos ni se ha ocupado de comentar al respecto. El relativo silencio en torno del embajador fallecido, uno podría observar, es -en sí mismo- sospechoso.


* Traducido y republicado con permiso del autor, tras su reproducción original en American Herald Tribune (Estados Unidos)


 
Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.