INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Al respecto de la disfuncionalidad del programa de recompensas contra 'terroristas' en los EE.UU.

En todo el mundo, muchas personas tienen claro el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos...

07 de May de 2020


En todo el mundo, muchas personas tienen claro el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos ofrece recompensas en dinero a informantes que proporcionen información sobre individuos y grupos que Washington elige definir como terroristas. A ese programa, se le conoce como Programa Recompensas por Justicia (Rewards for Justice Program; RFJ). Fue establecido en 1984, como parte del Acta para Combatir al Terrorismo Internacional, y es tutelado por el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado (DS). Las recompensas pueden ser sustanciosas: se ofrecieron hasta US$ 25 millones por Osama bin Laden y, en ocasiones, incluyen la relocación del denunciante en otro país, con nueva identidad, toda vez que la cooperación de esa persona se vea amenazada a partir de su cooperación.

Muhammad KawtharaniEl programa de referencia se respalda en información proporcionada por individuos en el orden local, y se la califica, en el sitio web RFJ- como 'tips' o 'datos'. En sí mismo, el sitio es accesible en diferentes idiomas y, en su versión en inglés, despliega un titular que promociona su misión de la siguiente manera: 'Detener a los Terroristas Salva Vidas. Las razones más importantes para detener a un terrorista están a vuestro alrededor. El terrorismo asesina a personas inocentes, en todos los órdenes de la vida. Al proporcionar información que impida un acto terrorista, Usted salva vidas, protege a familias, y preserva la paz. Estados Unidos ofrece una recompensa por información que conduzca al arresto de personas involucradas en terrorismo. Si Usted tiene información que pueda ayudar, por favor envíenosla. Envíe un dato'.

El RFJ describe su rol en términos muy amplios: '(...) ofreciendo recompensas por información que ayude a impedir, favorablemente, actos de terrorismo internacional contra ciudadanos estadounidenses o contra propiedad de los Estados Unidos en todo el mundo. Las recompensas también se pagan por información que conduzca al arresto o la sentencia de terroristas que intenten, ejecuten, conspiren, o asistan en la comisión de tales actos. El Programa ha pagado más de US$ 145 millones por información que ha impedido la ocurrencia de ataques terroristas en el concierto internacional, y que ha ayudado a llevar ante la justicia a los involucrados en actos anteriores'.

Tras un breve comienzo, en el que el programa fue primeramente bautizado como Programa Antiterrorista de Recompensas y luego HEROES, hacia 1997, el sitio ya procesaba más de un millón de contactos al año. Según se ha informado, muchos de los 'datos' fueron poco más que intentos por obtener dinero en efectivo y relocación por parte del gobierno estadounidense, pero las evaluaciones periódicas del Departamento de Estado sobre el programa lo han considerado un éxito.

Los críticos al mismo observan, sin embargo, que la recompensa por bin Laden atrajo miles de llamados, pero que ninguna información precisa pudo obtenerse. Como tampoco el RJF ha sido muy efectivo contra el accionar de grupos terroristas islamistas, considerados éstos como el objetivo primario de su existencia. La página web identifica a los principales objetivos terroristas pero, aparte de Ramzi Ahmed Yousef, ejecutor del atentado con explosivos contra el World Trade Center en 1993 -quien también había estado involucrado en distintos atentados o intentos contra aeronaves comerciales en las Filipinas-, jamás se ha arrestado a individuos de importancia a partir de información obtenida a través del sistema. Ramzi fue arrestado en Paquistán en 1995, luego de que un informante lo identificara. Actualmente, se encuentra en una prisión en el estado de Colorado.

El programa RFJ también se ha arrogado la ejecución de individuos categorizados como terroristas, incluyendo a dos líderes del grupo radical filipino Abu Sayyaf. Muchos otros líderes terroristas, como Abu Bakr al-Baghdadi -líder de ISIS- fueron asesinados sin que se obtuvieran datos desde el RFJ. La relativa ausencia de éxitos contra militantes genuinos de grupos reconocidos mundialmente como terroristas llevó, inevitablemente, a ampliar el listado de objetivos. El 22 de diciembre, el RFJ ofreció una recompensa por información que condujera a Ezedin Abdel Aziz Khalil, pretendido cerebro de una operación para recaudar fondos en Irán para al-Qaeda, la cual remitía fondos hacia Paquistán y Afganistán. Khalil era el primero en la lista, de lo que se consideraba era un financista del terrorismo.

Dos objetivos principales del RFJ hoy día son, de hecho, regentes de mecanismos de recaudación financiera vinculados al Hezbolá libanés y al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica Iraní (IRGC). A efectos de incluírlos en el listado, EE.UU. declaró a ambos grupos como Organizaciones Terroristas en el Extranjero (FTOs), en 1997 y 2019, respectivamente. En relación a Hezbolá, el sitio web del RFJ cita: 'RFJ ofrece una recompensa de hasta US$ 10 millones por información que conduzca a cualquier disrupción de los mecanismos financieros del Hezbolá libanés. Grupos terroristas como Hezbolá se respaldan en redes de financiamiento para diseñar y perpetrar atentados terroristas en el orden global. Hezbolá ingresa casi mil millones de dólares en forma anual, a través del financiamiento aportado por Irán directamente, por empresas transnacionales y por inversionistas, redes de donativos, corrupción, y actividades de lavado de activos. El grupo utilia esos fondos para respaldar acciones malignas en todo el mundo, incluyendo el despliegue de milicianos a Siria para respaldar a la dictadura de al-Assad; supuestas operaciones para conducir actividades de vigilancia y de recolección de inteligencia en suelo estadounidense; y la optimización de capacidades militares al punto en que Hezbolá afirma contar con misiles guiados de precisión. Estas acciones terroristas son financiadas a través de la red internacional de Hezbolá, compuesta por simpatizantes -capacitores financieros e infraestructura que dan forma al sangriento estilo de vida de Hezbolá'.

En relación al IRGC, el RFJ refiere: 'El programa RFJ del Departamento de Estado ofrece una recompensa de hasta US$ 15 millones, por información que conduzca a provocar cualquier disrupción en los mecanismos financieros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC) y sus subsidiarios, incluyendo a la Fuerza Qods del IRGC (IRGC-QF). El IRGC ha financiado numerosos ataques terroristas y actividades en el concierto global. El consorcio IRGC-QF tutela las operaciones terroristas de Irán en el extranjero a través de proxies o subsidiarios, como ser Hezbolá y Hamás (...) Desde su fundación cuarenta años atrás, el IRGC se ha visto involucrado en complots terroristas, y respalda al terrorismo a nivel internacional. El IRGC es responsable de numerosos ataques contra instalaciones y ciudadanos estadounidenses, incluyendo episodios en los que han perecido ciudadanos de este país. El IRGC ha respaldado ataques contra tropas de los EE.UU. y contra tropas de naciones aliadas, y contra misiones diplomáticas en Irak y Afganistán'.

Lo primero que llama la atención del lector son las descripciones de los casos construídos contra Hezbolá y contra el IRGC, en donde gran parte de la 'evidencia' es poco sustanciosa, prefabricada, o exagerada. Con seguridad, ninguno de los grupos es amigo de los Estados Unidos o de Israel, pero las descripciones sobre operaciones en el concierto internacional son mayormente un invento, particularmente cuando se habla de ataque contra ciudadanos estadounidenses que han sido, creíblemente, adjudicadas a ISIS, pero no a fuentes iraníes o sus subsidiarios. El Hezbolá libanés ha estado recolectando información de inteligencia en 'suelo estadounidense', presuntamente para escenificar un ataque, según se dice. Pero esto es un absoluto contrasentido.


A efectos de citar un ejemplo de cómo el RFJ es, principalmente, un vehículo útil para atacar a individuos y grupos que no caen en buen agrado de los EE.UU. o de Israel, uno podría citar el caso de Muhammad Kawtharani. Se recompensará a informantes que aporten datos sobre '(...) actividades, redes y asociados de Muhammad Kawtharani, comandante militar de carrera en Hezbolá. Este anuncio es parte de la oferta vigente de recompensas por información que lleve a provocar cualquier disrupción en los mecanismos financieros de la organización terrorista Hezbolá libanés. Muhammad Kawtharani es un líder de carrera en las fuerzas de Hezbolá en Irak, y se ha hecho cargo de parte de la coordinación política de los grupos paramilitares alineados con Irán, previamente tutelados por Qassim Soleimani, luego de la muerte de éste en enero pasado. En tal capacidad, Kawtharani oficia de facilitador para las acciones de grupos que operan fuera del control del gobierno iraquí, y que han reprimido protestas con violencia, atacado a misiones diplomáticas extranjeras, y se han involucrado en actividades criminales organizadas de amplitud. Como miembro del Consejo Político de Hezbolá, Kawtharani ha trabajado para promocionar los intereses de Hezbolá en Irak, incluyendo los esfuerzos de Hezbolá tendientes a proporcionar entrenamiento, financiamiento, y apoyo político y logístico para los grupos insurgentes shiítas iraquíes'.

Pues, bien; el RFJ acierta al tipear correctamente el nombre de Kawtharani y, en efecto, se desempeña como comandante de Hezbolá. Pero, de ahí en adelante, el relato se vuelve desinformación pura. Los grupos de milicianos con los que presuntamente Kawtharani se ha asociado, y que han sido atacados por fuerzas estadounidenses no están 'fuera de control del gobierno', como tampoco son 'insurgentes'. Ellos, en rigor, han sido integrados al ejército iraquí. Como tampoco se ha demostrado que los ataques contra misiones diplomáticas fueron perpetrados por esos núcleos, conforme la furia antiamericana en Irak se ha extendido a lo largo de varios espectros sectarios. Kawtharani se ha apersonado en Irak como invitado del gobierno en Bagdad, tal como sucedió antes con Qassim Soleimani, fundamentalmente para asistir en el combate contra elementos de ISIS. Y, si acaso se encuentra en suelo iraquí para promocionar los intereses de Hezbolá en ese país, ¿por qué ello debería sorprender a nadie? En pocas líneas, el hecho de que Kawtharani sea un protagonista central en el sitio web del RFJ es parte de un plan para generar incentivos para su eliminación, y nada más que eso. Si acaso el personaje ha perpetrado algún acto terrorista o criminal real, ¿en dónde puede comprobarse?

El programa Recompensas por Justicia nada tiene de justicia, a menos que conlleve el propósito de promocionar el accionar de justicieros, conforme nadie que haya aparecido en ese sitio ha sido arrestado, ni enjuiciado. Se trata, en los hechos, de un listado de blancos elaborado por los Estados Unidos, con el propósito de eliminar a oponentes políticos de países con los cuales Washington no se encuentra en guerra. Tal como ahora ha sido ampliado, para terminar incluyendo a organizaciones y mecanismos de financiamiento de grupos que son tomados por hostiles; en realidad, RFJ es un sistema que busca ampliar la horrenda guerra global contra el terrorismo, que tanto daño le ha provocado a la democracia estadounidense. Mientras que también ha asesinado a centenares de miles de personas, poniendo patas para arriba a naciones enteras en todo el globo.


Artículo original, en inglés | Republicado y traducido con permiso del autor, y del sitio web Strategic Culture Foundation (Estados Unidos)


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.