INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Sobre el misterioso Michael D'Andrea; ¿fue derribada la aeronave del responsable del Iran Mission Center?

El pasado lunes, una aeronave Bombardier modelo E11A -destinado a recolección de comunicaciones e inteligencia-...

02 de Febrero de 2020


El pasado lunes, una aeronave Bombardier modelo E11A -destinado a recolección de comunicaciones e inteligencia- se estrelló, o bien fue derribado, en una región montañosa de Afganistán. Casi de inmediato, un relato que citaba a funcionarios del Talibán fue presentado en la televisión estatal iraní, afirmándose en él que, entre los muertos, se hallaba Michael D'Andrea, jefe de la fuerza especial Irán de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), repartición conocida como Centro de Misión Irán (Iran Mission Center).

CIA, Bombardier, Irán, Derribo, Michael D'AndreaLas fuerzas estadounidenses fueron afectadas por el clima, por fuego procedente de milicianos del Talibán y por dificultades del terreno; les tomó más de 24 horas llegar a la zona del siniestro. La falta de comentarios definitivos de parte de Washington le otorgó credibilidad a la historia. Dados los numerosos vacíos presentes en la misma, el relato iraní fue recogido y difundido a lo largo de todo Oriente Medio, incluyéndose fotografías supuestamente tomadas del avión siniestrado y de cadáveres presentes in situ. De igual manera, los medios de comunicación rusos dieron espacio a lo sucedido, e incluso eventualmente se informó -a pesar del escepticismo editorial- sobre el particular en los medios británicos Independent y Daily Mail.

Eventualmente también, el Pentágono emitió un breve informe, que citó que la caída de la aeronave fue, en apariencia, accidental -acaso debido al mal clima-, expresándose luego en esa pieza que el piloto y el copiloto, ambos oficiales de la Fuerza Aérea de los EE.UU., habían perdido la vida. El comunicado ofrecido a los medios no declaró explícitamente si acaso había alguien más presente en el aparato, el cual perfectamente podía transportar tripulación y pasajeros adicionales. La CIA se rehusó a compartir comentarios. Dos días después del evento, el Pentágono dio a conocer un segundo comunicado, en el que afirmaba que los dos tripulantes eran el Teniente Coronel Paul Voss, de 46 años de edad -de Yigo, Isla de Guam-, y el Capitán Ryan S. Phaneuf, de 30, oriundo de Hudson, estado de New Hampshire.

Los medios tradicionales de comunicación estadounidenses se dedicaron, displicentemente, a reproducr la versión oficial sobre lo acontecido, pero ello no impidió el surgimiento de una oleada de especulaciones en torno de un posible encubrimiento. Algunos razonaron que los iraníes, que cooperaban con el Talibán contra el accionar de los militares estadounidenses, parecieron hacerse del relato en sus inicios, expresando que podrían haber tenido verdadero conocimiento sobre lo ocurrido, y en tiempo real, porque habían mantenido comunicación con la unidad armada del Talibán que pudo haber derribado a la aeronave militar, probablemente utilizando un lanzamisiles portable (en la jerga, manpad).

Los otros muchos que siguieron a rajatabla los prolegómenos del hecho, se vieron inclinados a creer la versión circulada por Teherán y por otros canales de comunicación, porque Estados Unidos cuenta con cierta trayectoria a la hora de mentir prácticamente sobre todo, incluyendo sobre la 'amenaza inminente'- surgida tras el reciente asesinato del Mayor iraní y comandante de la Fuerza Quds, Qassem Soleimani. De igual manera, Estados Unidos también ha mentido cuando afirmó que no se registraron bajas entre las fuerzas americanas luego de que Irán replicó con su ataque en perjuicio de dos instalaciones estadounidenses en Irak, en tanto no pocos observadores han apuntado que EE.UU. tiene a su líder en el Ejecutivo calificando a los periodistas como 'enemigos del pueblo', y quien recurrentemente afirma que existe por allí un notable reservorio de 'fake news'.

De tal suerte que podría esperarse otra mentira oficial en torno del intento para asesinar a un oficial de carrera de la CIA, lo cual no equivale necesariamente a sugerir que el relato iraní es ciento por ciento certero, ni preciso en todos sus detalles. Irán hubiese tenido numerosos motivos para crear confusión frente a todo evento relacionado con los Estados Unidos y sobre lo que Washington hace en Afganistán, particularmente si ello implicara que el territorio afgano está siendo explotado por los EE.UU. como plataforma para desestabilizar -y aún atacar- a Irán, nación con la que Kabul no se encuentra actualmente en guerra.

La Casa Blanca y la Agencia no han confirmado ni desmentido que el jefe de la CIA del designado Iran Mission Center, Michael D’Andrea, se encuentre aún con vida. En cualquier caso, él da forma a una historia interesante. En apariencia, D'Andrea es contemporáneo de quien esto escribe, aún cuando jamás lo he conocido, desconociendo incluso si ese es su verdadero nombre. Y, dado que se ha informado que el citado se desempeñaba como oficial encubierto, el hecho de que su identidad haya salido a la luz se debe, en todo concepto, a las investigaciones que los medios estadounidenses han hecho sobre su persona. Habiéndose desempeñado como ex jefe del Centro de Contraterrorismo de la CIA, D'Andrea fue designado en su actual posición por el entonces Director de la Agencia, Mike Pompeo, en el mes de junio de 2017. El New York Times informó que su presencia en la escena implicaría que la Administración Trump ha puesto en funciones a su línea más dura en el empeño contra Irán.

En el seno de la Agencia, se ha dicho que D'Andrea era conocido como el Príncipe Oscuro (Dark Prince) o como el Ayatolá Mike (Ayatollah Mike), apodos que adquiriera cuando lideraba la cacería de Osama bin Laden, y también mientras dirigía los ataques con aeronaves no tripuladas o drones contra objetivos de al-Qaeda en Afganistán, Paquistán, Siria, Yemén e Irak. Siendo él un convertido al Islam, D'Andrea no es el oficial convencional de la CIA, muchos de los cuales se sienten más cómodos trabajando en el escritorio de alguna embajada extranjera antes que desde un helicóptero. Como adicto al trabajo que mantiene una cama portable en su oficina, D'Andrea es, a consecuencia de su abrasivo estilo, una persona con la cual es extremadamente difícil trabajar -y no es tremendamente popular.

Uno incluso podría especular que la pretendida eliminación de D'Andrea es algo así como una media verdad que podría ser catalogada de advertencia. El referido oficial de la CIA podría aún estar vivo, aunque es completamente posible que el relato en torno a su deceso sea una suerte de advertencia originada en el gobierno iraní, al respecto de que, si bien el gobierno estadounidense puede aniquilar a funcionarios de carrera iraníes, Teherán puede replicar de igual manera.

Aún si D'Andrea no se hallara en la aeronave, él podría llegar a la conclusión de que sus movimientos están siendo monitoreados. Las bases estadounidenses en el extranjero están repletas de empleados locales involucrados en tareas menores, como ser conducir vehículos, mantenimiento y limpieza, y cuestiones básicas vinculadas a la seguridad perimetral. Cualquiera cantidad de aquéllos podría estar informando sobre el movimiento de encumbrados ciudadanos estadounidenses al Talibán, o a terceros interesados. D'Andrea y otros funcionarios senior de los Estados Unidos deberán, inevitablemente, pensárselo todo dos veces, e incrementar sus arreglos de seguridad de aquí en más. Y, aún más, acaso una obstinada Casa Blanca comience a creer que matar fulanos como Qassem Soleimani no es una buena idea, porque lo que le hagamos a 'ellos' podría volverse contra nosotros.


Artículo original, en inglés, en éste link | Traducido y republicado con permiso del autor, y del sitio web American Herald Tribune (Estados Unidos)



 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.