¿Qué sucedió con el vuelo 752 de Ukraine Airlines? Irán lo derribó, pero podría haber más detalles
La afirmación de que el Mayor General Qassem Soleimani era un 'terrorista'...
La afirmación de que el Mayor General Qassem Soleimani era un 'terrorista' en una misión para ejecutar un ataque 'inminente' que hubiese asesinado a centenares de ciudadanos estadounidenses terminó siendo una mentira, de tal suerte que, ¿por qué alguien debería creer cualquier cosa vinculada con los recientes desarrollos en Irak e Irán? Sin lugar a dudas, el vuelo número 752 de Ukraine International Airlines que partía del Aeropuerto Internacional Imán Khomeini en Teherán en la mañana del 8 de enero con 176 pasajeros y tripulación a bordo fue derribado por las defensas aéreas iraníes, algo que el gobierno de la República Islámica ha admitido, aunque podría haber allí considerable información adicional en el relato, y que involucra aspectos de guerra cibernética ejecutados posiblemente por los gobiernos de los Estados Unidos de América y de Israel.
A efectos de la certeza, la defensa aérea de Irán se hallaba en alerta, temiendo un ataque estadounidense a la luz del asesinato de Soleimani del 3 de enero, seguido por un ataque con misiles desde Irán que fuera dirigido contra bases americanas en territorio iraquí. A pesar de la tensión y la escalada, el gobierno iraní no clausuró el espacio aéreo propio. Los vuelos comerciales aún despegaban y aterrizaban en Teherán, ciertamente un error de juicio por parte de las autoridades aeroportuarias locales. Inexplicablemente, los vuelos civiles siguieron despegando y aterrizando, incluso después de que el vuelo 752 fuera derribado.
Cincuenta y siete de los pasajeros que abordaron el vuelo eran ciudadanos canadienses de ascendencia iraní, lo cual llevó al primer ministro Justin Trudeau a señalar tanto al gobierno iraní por su descuido, como también a Washington, observando furiosamente el funcionario de Canada que la Administración Trump había, deliberada y desaprensivamente, buscado 'escalar las tensiones' con Irán, mediando un ataque en la periferia del aeropuerto de Bagdad -sin considerar EE.UU. el impacto en perjuicio contra los viajeros y civiles en la región.
Lo que parece ser un caso de errores humanos y de criterio involucran, sin embargo, algunos elementos que aún deberían ser explicados. Según se informó, el operador iraní de misiles experimentó considerables 'interrupciones' en las señales, mientras que los transponders de las aeronaves se apagaban y dejaban de transmitir, varios minutos antes de que los misiles fueran lanzados. Asimismo, se evidenciaron problemas con las redes de comunicaciones en el comando de la defensa aérea, lo cual pudo haber estado relacionado con lo demás.
La interferencia electrónica originada en una fuente desconocida significó que el sistema de defensa aérea procediera a ejecutar operaciones en forma manual, respaldándose en la intervención humana a la hora de cualquier lanzamiento. El rol humano significó que un operador debió realizar un juicio inmediato en una situación de elevada presión, en la que apenas contó con muy breves instantes para reaccionar. El apagado del transponder, que automáticamente hubiese indicado al operador y al sistema electrónico Tor que la aeronave era civil, indicó automáticamente que se trataba de una aeronave hostil. El operador, quien había sido instruído particularmente frente a la eventualidad del arribo de misiles crucero estadounidenses, decidió disparar.
Los dos misiles que derribaron al avión provinieron de un sistema ruso designado como SA-15 por OTAN, y llamado Tor por los rusos. Sus ocho misiles son normalmente montados en un vehículo rastreable. El sistema incluye un radar para detectar y seguir a objetivos, así como también un sistema de lanzamiento independiente, que incluye la conocida funcionalidad identificatoria Friend of Foe (IFF; Sistema de Identificación Amigo/Enemigo), capaz de tomar nota de los códigos o call signs y señales de transponder, a efectos de prevenir accidentes. Dado lo que sucedió aquella mañana en Teherán, es plausible asumir que algo o alguien interfirió deliberadamente con los sistemas de defensa aérea iraníes y con el transponder de la aeronave comercial, probablemente como un intento para generar un accidente de aviación cuya responsabilidad terminaría siendo atribuída a los iraníes.
El sistema defensivo SA-15 Tor utilizado por Irán contabiliza una vulnerabilidad de magnitud: puede ser hackeado o 'engañado', habilitando a un intruso a hacerse pasar por un legítimo usuario y hacerse del control. La Armada y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, según se ha conocido, han desarrollado tecnologías que 'pueden engañar a los sistemas de radar enemigos con objetivos móviles pero que, en realidad, son falsos'. Engañar al sistema, en este caso, equivale también a engañar al operador. El matutino británico The Guardian ha informado también, de manera independiente, los modos empleados por los militares estadounidenses a la hora de desarrollar sistemas que, a distancia, pueden alterar los circuitos electrónicos de un oponente, en este caso, poniendo en la mira a los misiles disponibles por Irán.
Por cierto, la misma tecnología puede ser utilizada para alterar, o incluso enmascarar, el transponder de una aeronave comercial, de tal suerte que la aeronave terminará compartiendo información falsa sobre su identidad y locación. Estados Unidos, por ejemplo, cuanta con la capacidad cibernética y de guerra electrónica tanto para interferir como para alterar señales de transponders y de sistemas aéreos. Se presume que el Estado de Israel cuenta con idénticas capacidades. Joe Quinn, desde el sitio web Sott.net, ha compartido un interesante relato marginal sobre las fotografías y el material en video que apareció en su momento en el New York Times y en otros canales de comunicación, que ilustraban el lanzamiento de misiles iraníes, el impacto de estos contra el avión, y los restos esparcidos tras la caída, incluyendo también los restos de los misiles. Ese material fue publicado el 9 de enero, en una cuenta de Instagram bautizada como ‘Rich Kids of Tehran (Niños Ricos de Teherán)‘. Quinn se ha preguntado cómo fue posible para los Niños Ricos estar presentes en 'una propiedad de un barrio de bajos recursos en la periferia de la ciudad [cerca del aeropuerto], a las 6 de la mañana del 8 de enero, con cámaras apuntando a la porción correcta del cielo, y justo a tiempo para capturar imágenes de un misil impactando contra el avión de pasajeros ucraniano...?'.
Considérese en conjunto a los Niños Ricos y a la posibilidad de la guerra electrónica, y todo conducirá a un evento premeditado y cuidadosamente planificado, del cual el asesinato de Soleimani era solo un subcapítulo. A partid del derribo de la aeronave, hubo turbulencia social en Irán, responsabilizando los ciudadanos al gobierno por su ineptitud. Algunas de esas personas en manifestación están defendiendo, claramente, el objetivo de los Estados Unidos e Israel, esto es, un 'cambio de régimen'. En cualquier caso, Irán, que ha sido ampliamente sido ponderado como la víctima tras el homicidio de Soleimani, hoy está siendo presentado por los medios de comunicación mundiales como algo más que un actor desaprensivo con sus manos manchadas de sangre. Hay aún mucho por explicar en relación al derribo del vuelo 752 de Ukranian International Airlines.
Artículo original, en inglés, en éste link | Traducido y republicado con permiso del autor, y del sitio web American Herald Tribune (Estados Unidos)
Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.