INTERNACIONALES: TED R. BROMUND

Es hora de concretar el Brexit; y he aquí la manera de hacerlo

Dentro de un mes, el Brexit se consolidará, o bien habrá sido suspendido nuevamente.

04 de Octubre de 2019
 
Dentro de un mes, el Brexit se consolidará, o bien habrá sido suspendido nuevamente.
 
Boris Johnson, Brexit, Hard Brexit, Brexiters, LeaversHan transcurrido más de tres años desde que el pueblo británico votó en favor de que su país abandone la Unión Europea, y los incontables días de demora construídos por los tribunales, el parlamento y la UE en sí misma, han complicado el escenario.
 
Pero los últimos tres días que quien esto escribe invirtió en la Conferencia del Partido Conservador en la ciudad de Manchester evidenciaron que la fuerza del sentimiento que motoriza al Brexit no ha cedido un ápice. El eslogan de la conferencia fue 'Que el Brexit se ponga en marcha' (Get Brexit Done), y todo referente con quien uno ha podido conversar sobre el particular se mostró de acuerdo en que el movimiento para abandonar la UE es una cuestión prioritaria.
 
La razón para explicarlo -amén del hecho de que es lo correcto, a estas alturas- es que la ciudadanía se inclinó por esa alternativa. Así de sencillo.
 
A lo largo de tres años, el Brexit logró convertirse en la estrella del sistema político británico. Convirtió al resto de los temas en secundarios o marginales, y cegó al sistema político toda vez que intentaba tratar cualquier otro asunto.
 
Si el Partido Conservador se propone mantenerse en el poder, no podrá deshacerse del Brexit. La amenaza compartida por Nigel Farage en tal sentido, lo deja bien en claro.
 
Pero cierto es también que el espectro conservador no puede permitirse el lujo de atorarse en el proceso del Brexit. El primer ministro Boris Johnson así lo ha sentenciado: consolidar el Brexit no solo es lo correcto, sino que también nos llevará a la normalización de la política, allí donde los Conservadores podrán enfocarse genuinamente en asuntos tales como la educación y el problema de la criminalidad.
 
En el terreno táctico, la posición de Johnson es débil. Su gobierno lejos está de componer una mayoría en el parlamento, y este aspecto, en circunstancias normales, no le hubiese permitido llegar a primer ministro. Johnson permanece en el poder porque sus oponentes no logran ponerse de acuerdo a la hora de formar gobierno.
 
El actual primer ministro no puede llamar a elecciones -el parlamento ha obstaculizado sus esfuerzos destinados a tal fin. Y, tras aprobar el legislativo un acta sin sentido que lo obliga a mantener negociaciones con la UE, el parlamento lo ha atado de manos.
 
Naturalmente, es posible que la UE se harte de la charada y ponga en marcha conversaciones previo al cierre del mes de octubre, permitiendo que la Gran Bretaña abandone la UE en la fecha programada del 31 de octubre. Sin embargo, sería riesgoso apostar a esa eventualidad.
 
La Unión Europea no logró convertirse en lo que es hoy, otorgándole al Reino Unido un acuerdo beneficioso en andarivel alguno.
 
A pesar de esos retrocesos, la posición política de Johnson es la ideal. Porta consigo un marcado liderazgo en las encuestas de opinión y es probable, aunque de difícil ocurrencia, que gane las elecciones cuando éstas tengan lugar.
 
Su principal oponente, Jeremy Corbin, lidera a un Partido Laborista que acaba de decidir la nacionalización de todas las escuelas privadas. Políticas como ésta explican las razones por las cuales ese espectro político exhibe índices tan negativos en la consideración ciudadana.
 
Más importante aún, los argumentos en torno del Brexit en sí mismo, no han llegado a su fin. La Gran Bretaña desea abandonar la Unión Europea.
 
Y no debe haber interpretaciones incorrectas: el Brexit aún tiene oponentes a ese proyecto, incluyendo al grueso del establishment político. Pero han preferido evitar convencer con argumentos propios contrapuestos al Brexit, por la sencilla razón de que ninguno de esos planteos ha logrado modificar la opinión mayoritaria de la población.
 
Lo único que los oponentes del Brexit tienen en su arsenal es el forzar a procedimientos legales que buscan ampliar las demoras -y esto es lo que ha sucedido durante los últimos seis meses. Todo lo que se ha intentado hacer es correr el reloj, para que el Brexit no pueda concretarse.
 
Pero la demora per se no constituye una estrategia; simplemente, se trata de un modo que persigue poner un obstáculo tras otro, con la meta de posponer lo inevitable.
 
Y existen muchas man eras de de concretar el Brexit. El parlamento podría votar para que se realice un comicio, en donde los ganadores contarían con el mandato para liderar la salida del Reino Unido del ámbito de la UE. Alternativamente, el gobierno podría hallar un camino para evadir el confinamiento diseñado por el parlamento, que le ha atado de manos.
 
Tras el discurso de Johnson ante la conferencia de los Conservadores el miércoles de la semana pasada, un acuerdo entre el Reino Unido y la UE podría, efectivamente, tener lugar. O bien la Unión Europea aún no ha decidido extender el tiempo de las negociaciones de Gran Bretaña, expulsándola del club.
 
En contraste, sólo existen dos modos para que el Brexit fracase: si sus oponentes ensayan más demoras en el calendario, por seis meses cada vez, extendiéndolas hasta el infinito. O bien podrían seguir combatiendo la propuesta de salida, concretar un nuevo proceso electoral, y emerger vencedores de aquél.
 
De todos modos, y en cualesquiera de esos escenarios, no podrán vencer en el terreno de los argumentos. Y eso significa que el Brexit se mantendrá en agenda, sin importar por cuánto tiempo más se demore su concreción.
 
Ahora mismo, el sendero más plausible de ocurrencia hacia el Brexit es a través de una elección, lo cual motiva a Johnson a que se lleve a cabo una, poniendo al Partido Conservador en pie de guerra electoral. El mensaje disciplinario dirigido a sus ministros en la conferencia fue impresionante, y recogió respaldos masivos en todos los paneles relativos al Brexit.
 
El ánimo general en la conferencia fue de nerviosismo y de plena expectativa. Se aproximan grandes eventos en la política británica. Nadie sabe cuándo llegará el Brexit -cuestión que todo mundo con quien uno pudo conversar, certificó-, pero el Partido Conservador británico mantiene la confianza de que logrará llegar a una elección, y concretar el Brexit.
 
Por el bien de la democracia británica y de los Conservadores, esa confianza deberá ser, necesariamente, reivindicada.


Artículo original, en inglés, aquí


 
Sobre Ted R. Bromund

Egresado de la Universidad de Yale y con un doctorado obtenido en esa casa de estudios, es Analista Senior en Relaciones Británico-estadounidenses. Se unió a la Fundación Heritage (Washington, D.C.) en 2008, luego de oficiar como director asociado de Estudios de Seguridad Internacional en Yale, un centro de investigación y enseñanza dedicado a historia de la estrategia, temas militares y diplomáticos. Ha brindado numerosas conferencias en Historia y, desde 2004, sobre asuntos internacionales. Sus artículos y análisis son publicados regularmente en The Daily Signal.