INTERNACIONALES: DR. JAMES JAY CARAFANO

Venezuela mantiene su estrategia de envenenar a los EE.UU. Pero Trump puede impedirlo

Venezuela continúa rumbo al desastre. Mientras el mundo observa el modo en que el presidente venezolano Nicolás Maduro...

22 de Septiembre de 2019

 

Venezuela continúa rumbo al desastre.
 
Mientras el mundo observa el modo en que el presidente venezolano Nicolás Maduro utiliza un lenguaje digno de matones para aferrarse al poder, en los Estados Unidos queda claro que los padecimientos que castigan a los ciudadanos venezolanos dieron inicio mucho antes de Maduro.
 
Maduro y Diosdado CabelloFue Hugo Chávez -predecesor y mentor de Maduro- quien depositó a Venezuela en el sendero de la ruina, casi dos décadas atrás.
 
Como parte de ese periplo hacia el caos, hemos aprendido que Chávez dio inicio a una campaña para inundar de cocaína a los Estados Unidos de América. Esa es solo una entre muchas razones por las cuales la Administración Trump debe mantener la presión, con la meta de erradicar al chavismo del Hemisferio Occidental.
 
Fiscales federales estadounidenses han afirmado que, previo a morir de cáncer, Hugo Chávez ordenó a sus principales lugartenientes trabajar en tándem con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un esfuerzo tendiente a debilitar a los EE.UU. fogoneando una epidemia de estupefacientes.
 
Con el respaldo de Chávez, la guerrilla se convirtió en un productor de magnitud de drogas, distribuyéndolas a cárteles latinoamericanos, y dividiéndose las ganancias con el mandatario venezolano y sus amigos en el poder.
 
El sucesor de Chávez -Nicolás Maduro, elegido por él a dedo- heredó su empresa criminal, así como también la presidencia del país. Hoy día, no se trata ya del respaldo que Maduro recibe de China, Rusia, Irán y Cuba para mantenerse allí; una cuestión central pasa por la red criminal que regentea, y las ganancias que ello le reporta.
 
Quedan pocas dudas sobre la maligna alianza entre el régimen venezolano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, por cuanto éste consorcio aún se encuentra en estado operativo.
 
Recientemente, el comandante guerrillero Luciano Marín -figura central en los proceso de paz en Colombia- renunció a los convenios que ayudó a firmar, y declaró que retomaría las armas.
 
Si Usted piensa 'Venezuela', pues entonces considere a los mejores alumnos. Maduro declaró que Marín y otro comandante guerrillero eran 'líderes de la paz que serían bienvenidos en Venezuela'.
 
Los documentos presentados por fiscales federales en los Estados Unidos no se hicieron públicos previos a este mes. Pero la Administración Trump ya ha venido designando de facto a Maduro como un líder de un cártel de la droga. Uno de los funcionarios venezolanos citados por fiscales de los EE.UU. es Diosdado Cabello, quien ya había sido sancionado por Washington por contrabando de estupefacientes y por lavado de activos.
 
Pero no solo los Estados Unidos acusan el impacto de esta guerra de estupefacientes liderada por el régimen venezolano. También Colombia, Panamá y un grupo de naciones del Caribe deben lidiear con la perniciosa influencia de los cárteles criminales -y con la violencia, el caos y la corrupción que aquéllos diseminan.
 
Mientras tanto, el grueso de la región debe hacerse cargo de la responsabilidad que implica el velar por el bienestar de millones de ciudadanos venezolanos que han huído del régimen despótico y ruinoso regenteado por Nicolás Maduro.
 
El mandatario venezolano ha provocado un daño extensivo, pero ello no debería disuadir a los Estados Unidos en su campaña de aislar, reprender y -con algo de fortuna- convencer al hombre fuerte de Venezuela de abandonar el poder, permitiendo tal iniciativa que los ciudadanos de su país puedan tener un futuro.
 
Cuando el Embajador John Bolton dejó su puesto como consejero de seguridad nacional, muchos asumieron, erróneamente, que el interés de la actual Administración en el pueblo venezolano se iría con él.
 
Y es improbable que eso suceda. Bolton bien pudo haber presionado demasiado, y mostrarse excesivamente optimista frente a qué tan rápidamente el régimen podría ser puesto de rodillas.
 
Sin embargo, a lo largo de los últimos dos años, Estados Unidos ha trabajado junto a una coalición de países de la región, cuyas autoridades tienen bien claros los peligros que el régimen de Maduro representa. Y es fundamental mantener unida a esa coalición.
 
Solo trabajando en conjunto con estas naciones amigas y con otros aliados en el continente es posible erradicar a los cárteles de la droga, atender apropiadamente a cuestiones migratorias, lidiar con peligrosos grupos terroristas como Hezbolá, promocionar la libertad económica y el crecimiento regional, dotar de mayor poder a las mujeres del continente, y mantener a raya a actores desestabilizadores -incluyéndose entre éstos a China, Rusia, Irán y Cuba.
 
Las naciones serias del Hemisferio Occidental pueden comenzar por fijar posturas comunes en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, subrayando los valores que defienden, y que esta postura jamás tolerará comportamientos totalitarios en el futuro.
 
Ese consorcio de países civilizados podrían dar inicio al cónclave, protestando con firmeza ante la sola idea de que el régimen ilegítimo de Venezuela se proponga para tomar parte del Consejo de Derechos Humanos. De hecho, es una vergüenza internacional el hecho de que los amigos de Maduro sean reconocidos como miebros de Naciones Unidas.
 
Es hora de decir 'Nunca más'.


Artículo original, en inglés, aquí

 
Sobre Dr. James Jay Carafano

Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.