INTERNACIONALES: LUKE D. COFFEY

Groenlandia está recibiendo la atención que se merece, tras los comentarios de Trump

Los recientes informes de prensa que consignaron que el presidente Donald Trump estaría interesado...

18 de Agosto de 2019

 

Los recientes informes de prensa que consignaron que el presidente Donald Trump estaría interesado en adquirir Groenlandia para los Estados Unidos de América han logrado lo que era improbable, a saber, que ese país llegara a los titulares internacionales.

Aprovechando la atención mundial, el gobierno de Groenlandia publicó un comentario en la red social Twitter: 'Estamos abiertos para los negocios, pero no a la venta'.

Groenlandia, CoffeyAl margen de las ofertas de compra, la atención cosechada -aún cuando sea breve- solo puede traerle buenas noticias a Groenlandia.

Groenlandia es un importantísimo socio de los Estados Unidos de América, portador de una extensa y rica historia. Fue descubierta por los vikingos durante el siglo X, gobernada por el Reino de Dinamarca y Noruega hasta 1814. Ese año, el Tratado de Kiel le transfirió la titularidad al Reino de Dinamarca, luego de que la unión entre Noruega y Dinamarca llegara a su fin.

Geográficamente, y hasta cierto punto, culturalmente, Groenlandia es parte de América del Norte -aún cuando gran parte de sus vínculos económicos e históricos fueron establecidos con Europa.

Hoy día, Groenlandia es un país con autonomía constituída, perteneciente al Reino de Dinamarca. Groenlandia recibió su status en 1979, en tanto su sistema de autogobierno fue definido y consolidado en 2009. Tiene competencia en una amplia gama de decisiones políticas, con excepciones en lo que respecta a asuntos internacionales, defensa y política monetaria -aspectos en control de Copenhague.

Puerto, Groenlandia, CoffeyExiste un marcado deseo de independencia completa en Groenlandia -particularmente entre los miembros de la élite política del país. Solo un partido ha evitado inclinarse por la independencia (y ese partido solo cuenta con un asiento en el parlamento local, de 31 bancas). Para Groenlandia, la pregunta no es si acaso logrará su independencia; la pregunta es cuándo y cómo la obtendrá.

Pocos en el seno del gobierno de Groenlandia creen que el país está listo para ello, pero la posición oficial del gobierno danés es que Groenlandia puede obtener su independencia cuando le plazca.

Groenlandia, CoffeyLuego de que la Alemania nazi invadiera Dinamarca en 1940, Estados Unidos rápidamente desplegó fuerzas militares, para proteger a Groenlandia frente a Berlín. Desde entonces, Estados Unidos ha mantenido una presencia militar permanente en la isla.

En 1946, la Administración Truman intentó, infructuosamente, comprarle la totalidad del territorio a Dinamarca, por una cifra de US$ 100 millones. No obstante ello, a Washington se le permitió contar con acceso irrestricto a instalaciones militares propias, a largo plazo.

Por estas horas, la principal presencia militar estadounidense remite a la Base Aérea Thule, localizada en el norte del país. Thule también funciona como una importantísima estación de rastreo militar con radares destinados a la alerta temprana, con el objetivo de proteger el territorio continental de los Estados Unidos de América.

De tal suerte que, toda vez que las relaciones entre los EE.UU. y Groenlandia en lo que respecta a la seguridad gozan de óptima salud, los tomadores de decisión política estadounidenses deberían aprovechar el recién conocido interés del presidente Trump en Groenlandia, para profundizar las relaciones económicas con este país, lo cual contribuirá a ampliar la presencia diplomática americana allí.

Groenlandia cuenta, sorprendentemente, con muy escasos vínculos económicos con América del Norte, amén de su proximidad geográfica.

Por ejemplo, actualmente no existen vuelos directos desde los Estados Unidos hacia Groenlandia. Los pocos vuelos directos existentes en el pasado no eran rentables. La industria pesquera es responsable por el 95% de las exportaciones de Groenlandia, pero apenas un 1% de ese total es exportado hacia los EE.UU.

Groenlandia está llevando adelante un esfuerzo notable para modificar esta magra relación con Norteamérica. La principal línea de transporte marítimo de Groenlandia, Royal Arctic Line, dará inicio a un servicio semanal de transporte de mercaderías a Portland, Maine, hacia fines del año en curso; y el gobierno de Groenlandia ya ha sostenido reuniones con funcionarios del estado americano de Maine, a criterio de profundizar esas relaciones.

El único modo de volar comercialmente a Groenlandia es haciéndolo desde Islandia o desde Dinamarca, aunque esto podría verse modificado en los próximos años. Groenlandia dará inicio a la construcción de tres nuevos aeropuertos en lo que queda de 2019, los cuales serán completados hacia 2023. Estos estarán situados en Qaqortoq, en el sur; en Nuuk, la capital; y en Ilulissat, en el norte del país).

El gobierno de Groenlandia aspira a que las nuevas estaciones aéreas permitan la consolidación de nuevas rutas de vuelo desde América del Norte, abriendo nuevas e interesantes oportunidades para el comercio y el turismo.

Nuuk centro, CoffeyEn igual sentido, Estados Unidos ha procedido con el diseño de novedosas iniciativas. Luego de años de postergaciones, la Administración Trump ha anunciado que Washington mantendrá una presencia diplomática parcial en Groenlandia. Esto es un tema que, en su oportunidad, el think tank estadounidense Heritage Foundation ha sugerido. Toda vez que se trata de un muy bienvenido primer paso, cabe desear que esa presencia se vuelva, con el tiempo, permanente.

Alguna vez, Estados Unidos contó con un consulado en Groenlandia, desde 1940 hasta comienzos de los años cincuenta. En rigor, Groenlandia es una variable de magnitud en la arquitectura de seguridad de los Estados Unidos de América.

El establecimiento de una misión diplomática estadounidense permanente certificaría de que Washington toma en serio a Groenlandia, en forma proporcional al rol que ese país tiene en la seguridad americana. Asimismo, brindaría al gobierno estadounidense un aspecto de mayor interiorización sobre Groenlandia, lo cual no puede lograrse sin contar con un consulado.

Más allá de las idas y venidas al respecto de si a Donald Trump le interesa o on adquirir Groenlandia, se han registrado escasas argumentaciones en torno de si ello sería una buena idea, de ser siquiera posible. En prticular, nadie discute la carga financiera necesaria que sobrevendría para los Estados Unidos, si tuvieran que hacerse cargo de ese territorio.

Aproximadamente, el 55% del presupuesto del gobierno de Groenlandia es financiado en forma directa por Dinamarca, en la forma de un gigantesco subsidio. Más aún, no existen siquiera dos ciudades conectadas por carreteras en Groenlandia, lo cual torna difícil y onerosa toda actividad económica, y todo traslado. Y, muchos de los problemas sociales detectados en comunidades remotas en Alaska también se evidencian en Groenlandia, como ser el alcoholismo y las elevadas tasas de suicidio.

Dado el escenario actual, ninguno de esos costos asociados podrían cubrirse con los ingresos por la explotación de recursos naturales, como algunos han sugerido. Las crudas condiciones climáticas y la falta de una infraestructura de transportes limitan la capacidad de sacar ventaja de los recursos de Groenlandia.

Mientras que mucho se ha hablado de los recursos mineros y naturales de Groenlandia. el hecho es que solo existen dos instalaciones mineras en actividad allí: la mina de rubíes en Aappaluttoq, y la mira de anortosita en Qaqortorsuaq. Ninguna de ellas navega en abundantes ganancias netas. 

Para ponerlo en limpio, Estados Unidos no necesita comprar Groenlandia. Un país como los EE.UU., que ahora mismo se exhibe asfixiado por una deuda nacional de US$ 22.5 billones, primero debe priorizar la atención sobre su gasto público.

Sin embargo, Estados Unidos está listo para optimizar su estupenda relación con Groenlandia y Dinamarca, conforme Estados Unidos cuenta con acceso a la Base Aérea Thule. Los intereses estratégicos de los Estados Unidos de América pueden satisfacerse sin 'comprar' Groenlandia.

De momento, es imposible saber qué tan ciertos son los comentarios que versan sobre el interés de Donald Trump. Sin embargo, en su próximo periplo a Dinamarca, no caben dudas de que el tema volverá a la palestra.

A la postre, ¿quién sabe qué tanto hay de cierto es los informes de los medios de comunicación? Después de todo, agosto suele ser un mes flojo para los titulares. Quizás alguien ha pensado que la idea traería más clicks.

El actual no es el siglo XIX, y Groenlandia no está a la vista. Más allá de lo que los residentes de Groenlandia evalúen -ya sea permanecer junto a Dinamarca, o convertirse en una nación independiente-, Estados Unidos deberá respetar el derecho de autodeterminación de Groenlandia, mientras se trabaja para profundizar los vínculos diplomáticos y económicos.

Al cierre, dependerá de los residentes de Groenlandia el determinar por quién y cómo quieren ser gobernados.



Artículo original, en inglés, aquí