Europa y la falacia globalista contra el 'populismo de derechas'
Los padecimientos que ha enfrentado en las últimas semanas Pedro Sánchez...
28 de Julio de 2019
Los padecimientos que ha enfrentado en las últimas semanas en España Pedro Sánchez, a efectos de formar un nuevo gobierno y lograr la investidura, no deberían ser evaluados como una mera anomalía o como una suerte de lapsus de la democracia liberal. Tampoco la elección del nuevo primer ministro del Reino Unido, el periodista Boris de Pfeffel Johnson, del Partido Conservador. Numerosos diarios y revistas dedicadas a los asuntos de debate político, como The Economist, The Guardian, New York Times o El País, parecen mostrarse de acuerdo en una novedosa y atractiva tesis sobre la estabilidad política, económica y social de los países, según la cual ésta solo es posible cuando las fuerzas 'progresistas' o 'liberales' asumen el control del Estado.
El Partido Socialista de Sánchez, quien llegó al poder luego de la cuestionada moción de censura a Mariano Rajoy, con el apoyo del independentismo vasco y catalán, no ha conseguido esta vez la mayoría suficiente para una coalición de gobierno. Podemos, su socio más viable hasta el día 25 de julio, le retiró el apoyo, absteniéndose de votar en el Congreso de los Diputados, por lo que los sufragios en contra de la investidura de Sánchez fueron más: 155 frente a 124. Esto significa que tendrán lugar nuevos debates hasta el 23 de septiembre y, si aún para esa fecha no obtiene la mayoría absoluta, Sánchez deberá convocar a elecciones generales para el mes de Noviembre, es decir, serán las cuartas generales en cuatro años. Por su parte, Boris Johnson, uno de los exponentes más visibles de la línea dura pro-Brexit (el Hard Brexit, o No Deal Brexit), o sea, la apuesta británica por abandonar la Unión Europea sin mediar ningún tipo de acuerdo, ha anunciado la inexorable salida del Reino Unido para el próximo 31 de octubre.
En la perspectiva de los medios de comunicación tradicionales, los causantes del desorden político y social -y de prácticamente todos los males de la vida pública- son los gobernantes que se hallan por fuera del establecimiento izquierdista tradicional, que en términos europeos sería la socialdemocracia. Los partidos, movimientos y líderes conservadores o de la renovada derecha, aparecen como subversivos y agitadores, partidarios de acabar con las conquistas sociales del Estado de bienestar. Johnson, para muchos medios de comunicación conocido como el Trump británico, resulta un populista irresponsable que llevará a su país a la quiebra total, solamente por acogerse a la voluntad democrática expresada en 2016, cuando un 52% de los ciudadanos optó por la salida de la Unión Europea. Sánchez, siempre de acuerdo a la falaz ponderación de los medios, sería una suerte de altruista que rescató la democracia española de las garras del tiránico Rajoy, cuyo crimen más grave fue sacar a España de su peor crisis económica en tiempos modernos, y estabilizar las cuentas de la administración pública. En otro andarivel, al presidente de Colombia, Iván Duque, se imputan los asesinatos de líderes sociales en distintas regiones del país, cometidos por las guerrillas terroristas y las bandas criminales.
En un artículo publicado en la revista The Economist, Brooke Unger, su editor para América del Norte, advierte que Canadá debe tomar un camino diferente al de casi todo Occidente, que, en su parecer, ha preferido el populismo. Esto, ante las elecciones que se celebrarán en Octubre, donde el conservador Andrew Scheer es favorito para reemplazar a Justin Trudeau. En realidad, si los canadienses eligen a Scheer o si Boris Johnson sigue adelante, o si Pedro Sánchez sale del poder en España, el populismo será el auténtico derrotado.
El Partido Socialista de Sánchez, quien llegó al poder luego de la cuestionada moción de censura a Mariano Rajoy, con el apoyo del independentismo vasco y catalán, no ha conseguido esta vez la mayoría suficiente para una coalición de gobierno. Podemos, su socio más viable hasta el día 25 de julio, le retiró el apoyo, absteniéndose de votar en el Congreso de los Diputados, por lo que los sufragios en contra de la investidura de Sánchez fueron más: 155 frente a 124. Esto significa que tendrán lugar nuevos debates hasta el 23 de septiembre y, si aún para esa fecha no obtiene la mayoría absoluta, Sánchez deberá convocar a elecciones generales para el mes de Noviembre, es decir, serán las cuartas generales en cuatro años. Por su parte, Boris Johnson, uno de los exponentes más visibles de la línea dura pro-Brexit (el Hard Brexit, o No Deal Brexit), o sea, la apuesta británica por abandonar la Unión Europea sin mediar ningún tipo de acuerdo, ha anunciado la inexorable salida del Reino Unido para el próximo 31 de octubre.
En la perspectiva de los medios de comunicación tradicionales, los causantes del desorden político y social -y de prácticamente todos los males de la vida pública- son los gobernantes que se hallan por fuera del establecimiento izquierdista tradicional, que en términos europeos sería la socialdemocracia. Los partidos, movimientos y líderes conservadores o de la renovada derecha, aparecen como subversivos y agitadores, partidarios de acabar con las conquistas sociales del Estado de bienestar. Johnson, para muchos medios de comunicación conocido como el Trump británico, resulta un populista irresponsable que llevará a su país a la quiebra total, solamente por acogerse a la voluntad democrática expresada en 2016, cuando un 52% de los ciudadanos optó por la salida de la Unión Europea. Sánchez, siempre de acuerdo a la falaz ponderación de los medios, sería una suerte de altruista que rescató la democracia española de las garras del tiránico Rajoy, cuyo crimen más grave fue sacar a España de su peor crisis económica en tiempos modernos, y estabilizar las cuentas de la administración pública. En otro andarivel, al presidente de Colombia, Iván Duque, se imputan los asesinatos de líderes sociales en distintas regiones del país, cometidos por las guerrillas terroristas y las bandas criminales.
En un artículo publicado en la revista The Economist, Brooke Unger, su editor para América del Norte, advierte que Canadá debe tomar un camino diferente al de casi todo Occidente, que, en su parecer, ha preferido el populismo. Esto, ante las elecciones que se celebrarán en Octubre, donde el conservador Andrew Scheer es favorito para reemplazar a Justin Trudeau. En realidad, si los canadienses eligen a Scheer o si Boris Johnson sigue adelante, o si Pedro Sánchez sale del poder en España, el populismo será el auténtico derrotado.
Seguir en
@JuanDavidGR82
Sobre Juan David García Ramírez
Columnista regular en el periódico El Colombiano (Medellín) y en El Quindiano (Armenia, Colombia). También se desempeña como analista político para diversos programas radiales y televisivos en América Latina, compartiendo apuntes y notas sobre temas políticos vinculados a Colombia, y asuntos internacionales.