INTERNACIONALES: JAMES PHILLIPS & MICHAEL JOHNS, JR.

Por qué la agresión iraní no tendrá éxito

La nueva serie de sanciones interpuestas por la Administración del presidente estadounidense...

01 de Julio de 2019


La nueva serie de sanciones interpuestas por la Administración del presidente estadounidense Donald Trump contra la República Islámica de Irán ha sido el más reciente capítulo en lo que consigna un esfuerzo abarcativo que tiene por objeto presionar al régimen de Teherán. De lo que se trata es de poner fin a la exportación de terrorismo y subversión de Irán, forzando al liderato político de esta nación a que acepte restricciones más duras contra su programa nuclear.

Irán, Guerra en Irán, Estados Unidos, Oriente MedioEl mecanismo de sanciones anunciado el pasado lunes se agrega a un listado previo de medidas económicas de carácter punitivo y, especifíciamente, ha puesto el centro de mira en el líder supremo iranó del país, el ayatolá Ali Khamenei, junto a funcionarios de alto nivel pertenecientes a su entorno.

Amén de sancionar al Despacho del Líder Supremo, sobre el cual se estima tiene bajo su control a una red global de firmas con un valor de entre US$ 100 y US$ 200 mil millones, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a ocho líderes políticos de carrera en el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), incluyendo a la jefatura de la fuerzas terrestres, navales y aéreas del núcleo militar mencionado.

Así, pues, el mandatario estadounidense impuso las novedosas sanciones luego de cancelar un ataque militar por él ordenado previamente, contra baterías de misiles de la IRGC, en réplica por el derribo de un UAV de la Armada de EE.UU., dedicada a operaciones de observación y monitoreo, el pasado 19 de junio. Las sanciones subrayan la firmeza con la que la Administración Trump continuará su campaña de 'máxima presión' contra Teherán.

Sin que ello represente sorpresa, las sanciones fogonearon protestas ciudadanas en Teherán. El presidente Hassan Rouhani las calificó de 'escandalosas y estúpidas', y cargó contra una Casa Blanca 'afligida por el retardo mental'.

El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní declaró luego que las sanciones 'significarán el cierre de las puertas de la diplomacia, por parte de los Estados Unidos'.

Trump reespondió con una serie de comentarios en Twitter este martes:

('El ignorante e insultante comentario de Irán, compartido hoy, solo prueba que no comprenden la realidad. Cualquier ataque de Irán contra alguien de ciudadanía estadounidense, hará frente a una importante y abrumadora fuerza. Según del aspecto que se trate, abrumador significa destrucción total. Ya basta de John Kerry & Obama!')
 

Por su parte, John Bolton, consejero de seguridad nacional de Trump, responsabilizó a Irán por ejercitar pocos esfuerzos diplomáticos:

 

El presidente ha mantenido abierta la puerta de cara a negociaciones concretas, a efectos de que, de manera concisa y verificable, Irán elimine su programa de armas nucleares, su meta de desarrollar sistemas de misiles balísticos, su patrocinio en favor del terrorismo internacional, y otra suerte de comportamiento maligno en el extranjero. Lo único que Irán tiene que hacer es cruzar el umbral de esa puerta.

Máxima presión versus máxima extorsión

La confrontación en cámara lenta entre Irán y los Estados Unidos está desacelerándose rápidamente, conforme la campaña de 'máxima presión' de la Casa Blanca de Trump surte efecto, obligando a Teherán a pagar un costo cada vez más doloroso a partir de su agresiva política exterior y de su desprecio ante la posibilidad de retomar conversaciones nucleares creíbles.

El Banco Mundial, mientras tanto, estima que Irán se encamina hacia una tasa de retroceso de su PBI,. en el orden del 4.5%, lectura que coincide con la segunda peor proyección de crecimiento en el mundo, de acuerdo a esa medida crítica para la salud económica de una nación dada.

La tasa de inflación en Irán ha trepado rápidamente, de un 10% anual registrado hacia mediados de 2018, hacia un 52% anual en abril de 2019, mietras que la moneda nacional -el rial- se ha desmoronado en su valor, en todo contrato privado existente.

Claramente, el sistema de sanciones estadounidense comporta un efecto devastador, sin importar que Irán cuente con apoyo europeo.

Inicialmente, se planeaba anunciar un esquema abarcativo de sanciones económicas contra la República Islámica de Irán, en ocasión del primer discurso de importancia de Mike Pompeo desde llegado a su puesto, compartido en la sede en Washington, D.C. del think tank estadounidense Heritage Foundation, en mayo de 2018. La nueva política exterior sobre el particular, prometió el funcionario, hubiese interpuesto 'una presión financiera sin precedentes' contra Teherán, a menos que 'detuviera su programa de enriquecimiento de uranio y su política regional de índole hostil'.

No dispuesto a ceder en ningúno de esos andariveles, Irán está pagando ahora un precio cada vez más alto por su férreo compromiso a la hora de fogonear inestabilidad regional y violencia en Oriente Medio, y más allá de esta geografía.

Eyectado ahora de los mercados de exportación y del sistema bancario internacional, lentamente, los mullás están verificando que se les niega acceso a los recursos que precisan para continuar financiando aspectos esenciales de su perniciosa agenda.

El proyecto de prespuesto de Irán para el bienio 2019-2020 evidencia que el régimen está contra las cuerdas: entre sus numerosas medidas de austeridad, el régimen planeó implementar un recorte del 28% en las partidas militares, incluyendo una sustancial reducción del 17% para la Guardia Revolucionaria, recientemente designada por el Departamento de Estado americano como organización terrorista en el extranjero, durante el pasado mes de abril. Dato que ha contribuído a obsequiar un duro golpe contra el IRGC, componente esencial en la estrategia de largo plazo de Teherán -por cuanto este órgano oficia de espada y escudo para la revolución islámica del país.


Guerra iraní en las sombras

La Guardia Revolucionaria ejecutó una serie de ataques contra buques petroleros en el Golfo de Omán durante los pasados dos meses -ataques que son parte de la política iraní que exige replicar al sistema de sanciones estadounidense, con amenazas veladas contra naciones exportadoras de crudo como Arabia Saudí, y contra el flujo periódico de petróleo en las rutas marítimas de rigor.

El 12 de mayo, cuatro buques petroleros que transportaban exportaciones de crudo saudíes y de los Emiratos Arabes -dos notables adversarios que se proponen como eventuales ganadores de un escenario en donde podrían reemplazar la oferta prohibida de crudo iraní- fueron víctima de actos de sabotage, con la detonación de minas de superficie.

Luego de que Washington sancionara las exportaciones petroquímicas de la República Islámica, dos buques de la industria petroquímica que llevaban exportaciones de ese rubro, también acusaron daños a partir de la detonación de minas el 13 de junio, mientras que personal que se desempeña en el IRGC fue filmado en vídeo mientras removía una mina del mismo tipo que no había estallado. Los uniformados la estaban del casco de uno de los buques, y la filmación fue realizada por un helicóptero de la Armada de los Estados Unidos.

A criterio de minimizar la probabilidad de ocurrencia de más revelaciones comprometedoras, el IRGC derribó un UAV o dron de la Armada de EE.UU., responsable de ejercitar acciones de monitoreo y vigilancia sobre el Estrecho de Hormuz. Falsamente, Teherán declaró que la aeronave se hallaba en su espacio aéreo soberano.

En rigor, la guerra llevada a cabo por el IRGC se sintetiza en una campaña equilibrada y semiclandestina de intimidación, que tiene por meta el potenciar la fuerza y el peso de negociación de Teherán por medio de la exhibición de resistencia, y explotando la vulnerabilidad de las exportaciones petroleras del Golfo, amenazando en el proceso con escalar las amenazas en perjuicio de las naciones árabes exportadoras de crudo (alineadas políticamente con los Estados Unidos).

El objetivo es obligar a la Administración Trump a retroceder en su campaña de máxima presión, construyendo discrepancias y recelo entre Washington y sus aliados europeos -esfuerzo general que, en la perspectiva iraní, ayudaría a Teherán a protegerse de las sanciones estadounidenses.

Sin embargo, es improbable que semejante campaña extorsiva tenga éxito alguno. Los ataques iraníes contra buques petroleros no potenciará las propias exportaciones de oro negro, ni resolverá su problema de cara a las sanciones. Antes bien, ese esfuerzo tendrá un efecto contrario y de magnitud; propiciando una aún más costosa guerra contra EE.UU., o el incremento de la presión diplomática versus Teherán, de parte de las naciones exportadoras de petróleo que se evidencian amenazadas por su agenda y tácticas extorsivas.

Donald Trump, quien ya se ha percatado de que su estrategia resumida en el esquema de sanciones está aportando dividendos, al penalizar en la práctica a la política exterior hostil de Irán, ha decidido doblar la apuesta con la campaña de presión, imponiendo nuevas sanciones económicas contra Teherán, y sancionando la ejecución de acciones de guerra cibernética contra ordenadores y sistemas de computación bajo control del IRGC, los cuales controlan lanzaderas de misiles y cohetes. 

Debe subrayarse que la desactivación de instalaciones misilísticas iraníes por vía del ciberataque, al comparárselo con el ataque militar de orden convencional, conlleva numerosas ventajas. La iniciativa da a entender a Irán que es vulnerable ante contraataques adicionales, que tales contraataques ponen en duda la capacidad militar iraní real, y ayuda a los aliados estadounidenses en Europa a comprender que Washington verdaderamente persigue una resolución diplomática a los conflictos, descartándose la opción bélica ante Irán.

Con todo, el brutal régimen iraní aún se esmera en confrontar con los Estados Unidos. Si Teherán continúa exhibiendo desdén ante la diplomacia, favoreciendo el empleo de la violencia y la intimidación, pues entonces, no ha de descartarse la probabilidad de ocurrencia de un enfrentamiento armado, como tampoco la de una guerra en toda su magnitud



Artículo original, en inglés, aquí



* Desarrollado con la colaboración de Michael Johns, Jr.



 

Sobre James Phillips

Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.