INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Tulsi Gabbard no promueve una agenda bélica; y los medios estadounidenses ya la atacan

Mucho antes de 2020, los votantes ya están siendo bombardeados con el listado...

15 de Junio de 2019


Mucho antes de 2020, los votantes ya están siendo bombardeados con el listado de veintitantos precandidatos del Partido Demócrata para la presidencia de los Estados Unidos. El hecho de que Joe Biden lidere, en apariencia, a la manada -siempre de acuerdo a encuestas- no debería representar una sorpresa, conforme el propio Biden es un favorito del establishment que, incansablemente, trabajará para respaldar el status quo.

Tulsi GabbardSin lugar a dudas, la candidata más interesante es la congresista nacida y criada en Hawaii, Tulsi Gabbard, quien va por su cuarto período en el poder legislativo. Asimismo, Gabbard es la mejor propuesta en materia de seguridad nacional, pues supo desempeñarse en ese ámbito y sirvió en combate, tras ser desplegada en Irak. También es oficial de la Guardia Nacional de Hawaii, y podría decirse que sigue siéndolo, pero desde el Congreso.

Más allá de la propia experiencia militar de Gabbard, ella ofrece todas las señales de quien se muestra honestamente antiguerra. En el discurso en que oportunamente anunciara su candidatura, convocó a 'enfocarse en el asunto de la guerra y la paz', para 'poner fin a las guerras que persiguen cambios de régimen, las cuales se han cobrado ya demasiadas vidas y han comprometido nuestra seguridad, al fortalecer a grupos terroristas tales como al-Qaeda'. Gabbard se refirió al peligro inherente a arriesgar a una guerra nuclear, expresando también su preocupación ante lo que pareciera ser un resurgimiento de la Guerra Fría.

En oportunidad de una reciente entervista con Tucker Carlson en la cadena Fox News, Gabbard redobló su apuesta en relación a sus credenciales antibelicistas, declarando ante su entrevistador que una guerra con Irán sería 'devastadora', agregando: 'Sé muy bien hacia dónde nos lleva este camino, y estoy preocupada, porque el pueblo estadounidense no parece estar preparado para lo devastador y costoso que esta guerra podría ser... De tal suerte que, en esencia, nos enfrentamos a una guerra sin un frente identificado, a un caos total que involucrará a toda la región, que no quedará limitada a Irán o a Irak, sino que se extenderá a Siria, al Líbano y a Israel, poniéndonos en una situación en la que, en Irak, hemos perdido ya a 4 mil de mis hermanos y hermanas de uniforme. Una guerra con Irán se cobraría más vidas estadounidenses, costaría más vidas civiles en toda la región... Sin mencionar el hecho de que el esfuerzo costaría billones de dólares en dinero de los contribuyentesm que se destinará a ser pagado para esta guerra sin fin y que lleva al soldado a preguntarse "¿Para qué peleamos aquí?", "¿Qué sería una victoria?", o "¿Cuál es la misión?".

Gabbard, y también Carlson, no dudaron a la hora de citar nombres entre los responsables de pedir por más campañas bélicas, siendo uno de ellos una persona cuyo apellido comienza con B-O-L-T-O-N. Gabbard luego se preguntó: '¿Cómo es que una guerra contra Irán sirve mejor a los intereses del pueblo de los Estados Unidos de América? El hecho es que no sirve a ellos'. 'Sirve mucho mejor al interés de individuos como [el primer ministro de Israel, Benjamin] Bibi Netanyahu y a Arabia Saudita, que están intentando llevarnos a esta guerra con Irán'.


Sin mostrar la menor preocupación, y desafiando abiertamente a la política pro-establishment, Tulsi Gabbard ya había exigido poner fin a la 'guerra ilegal para deponer al gobierno sirio', observando en el proceso que 'la guerra para derribar a Assad es contraproducente, por cuanto, en realidad, ayuda a ISIS y a otros frentes extremistas, para que estos cumplan con su objetivo de deponer al gobierno sirio de Assad, y tomar control de todo el territorio de Siria -lo cual sencillamente aumentará los padecimientos humanos en la región, exacerbará la crisis de refugiados, y representará una amenaza mayor para el mundo'. A continuación, respaldó sus palabras con hechos, configurando secretamente un viaje personal a Damasco en 2017, para reunirse con Basher al-Assad, afirmando que era importante reunirse con los adversarios 'si acaso es que uno se propone verdaderamente alcanzar la paz'. Gabbard hizo su propia evaluación del escenario sirio y, ahora, simpatiza con la alternativa de retirar a las tropas estadounidenses de ese país, así como también el poner fin a las intervenciones americanas en pos del 'cambio de régimen' en la región.

En 2015, Gabbard respaldó el acuerdo nuclear con Irán del ex presidente Barack Obama y, en 2016, respaldó la candidatura antibelicista de Bernie Sanders. Más recientemente, ha criticado al presidente Donald Trump y a su decisión de retirar a los Estados Unidos del convenio nuclear con Teherán. En mayo pasado, Gabbard criticó a Israel por dispararle a 'manifestantes desarmados' en la franja de Gaza, planteo ciertamente valiente dado el poder de lobby del Estado de Israel en los EE.UU..

Tulsi Gabbard bien podría ser la única aspirante antibélica de los últimos cincuenta años con posibilidades de ser elegida, y esa es la razón por la cual el partido de la guerra se esmera en hacerle daño. Dos semanas atrás, el sitio web Daily Beast desplegó un titular que rezaba: 'La campaña de Tulsi Gabbard está siendo fogoneada por apologistas de Putin'. El subtítulo de la nota refería: 'La congresista por Hawaii está convirtiéndose rápidamente en la candidata de aquellos Demócratas que entienden que el líder ruso es un incomprendido'.

El obvio trabajo de esmerilar a Gabbard fue recogido por George Stephanopoulos, de la cadena ABC, bien conocido clon de Hillary Clinton, que trajo el tema a colación en una entrevista con Gabbard, poco después. Stephanopoulos se preguntó si acaso Gabbard no era más 'blanda' ante Putin que otros candidatos. La congresista respondió: 'Es infortunado que cite Usted ese artículo, George, porque es una pila de fake news'. La web Politico.com informó sobre el intercambio, titulando: 'Fake news es el título favorito con que comunica el presidente Donald Trump...', depositando el balón del lado de Gabbard, antes que criticar el sinsentido de Stephanopoulos. Poco después, la señal CNN produjo su propia versón de 'Tulsi, la rusófila', observando que Gabbard estaba empleando una clásica expresión de Trump para 'atacar la credibilidad de una cobertura negativa'.

Tulsi replicó: 'Sin vergüenza alguna, Stephanopoulos implicó eso, porque me opongo a ir a la guerra con Rusia; para él, no soy una ciudadana estadounidense leal, sino un títere de Putin. Esto prueba qué tan lejos pueden ir los promotores de la guerra en los medios, y lo que harán para destruir la reputación de cualquier persona que se atreva a oponerse a su llamamiento a la guerra'.

Tulsi Gabbard había atraído la atención de otros enemigos, previo al ataque de Stephanopoulos. Glenn Greenwald, en el sitio web The Intercept, describió el modo en que NBC news publicó un relato ampliamente distribuído, el 1ero. de febrero, afirmando que 'expertos que rastrean sitios web y redes sociales vinculados a Rusia han detectado esfuerzos de promoción de campaña en favor de la Demócrata por Hawaii, Tulsi Gabbard'.

Pero el experto citado por la NBC resultó ser una firma de nombre New Knowledgeque fuera expuesto nada menos que por el New York Times por haber falsificado cuentas de trolls rusos para el Partido Demócrata en el estado de Alabama, cuando tuvo lugar la carrera hacia el Senado, y sugiriendo que el Kremlin estaba interfiriendo en las elecciones estadounidenses. De acuerdo a Greenwald, el grupo detrás de este ataque contra Gabbard es la Alianza para Garantizar la Democracia (ASD, Alliance for Securing Democracy), que patrocina a un monigote autoproclamado como Hamilton 68, un 'evaluador de inteligencia en la Red', quien afirma rastrear esfuerzos rusos que buscan diseminar desinformación. El sitio web de ASD advierte: 'Garantizar la Democracia es una Necesidad Global'.

ASD fue puesta en funciones en el año 2017, por la bien conocida gente neoconservadora, con financiamiento de The Atlanticist y del anti-ruso German Marshall Fund. Todo ello se ve acompañado de un equipo completo de sionistas y globalistas de corte intervencionista, que incluye a Michael Chertoff, Michael McFaul, Michael Morell, Kori Schake y Bill Kristol. Afirma -inocentemente- ser un grupo que defiende la seguridad nacional nacional y transatlántica, que se propone identificar y contrarrestar todo esfuerzo de Rusia que persiga poner en jaque a la democracia en los Estados Unidos y Europa. Pero, en rigor, oficia como una fuente de desinformación de magnitud.

No hay dudas de que artículos del estilo 'Tulsi Gabbard, títere de los comunistas', ya están siendo diseñados y redactados en alguna parte de los medios de comunicación tradicionales. Los políticos del establishment y su elemento mediático tienen dificultades a la hora de entender hasta qué punto son despreciados por su mendacidad y por su nula predisposición a respaldar políticas de Estado que tengan por fin el beneficio del pueblo estadounidense. Pero desde luego que cuentan con la capacidad para dominar a toda la cobertura de la prensa. Dado el flujo de negatividad contra la campaña de Tulsi Gabbard, no está claro aún si ella podrá hacer llegar su mensaje al público. Pero, por el momento al menos, ella parece ser 'lo real', esto es, una genuina candidata antibelicista con empuje y determinación para liderar esa plataforma. Bien podría llegarle, eventualmente, a una mayoría de ciudadanos estadounidenses ya hartos de la guerra perpetua y del mentiroso eslogan que reza 'Promover la democracia', junto con otros fraudes vinculados y que, se sabe, son perpetrados por la pandilla de oligarcas y traidores que regentean el poder en los Estados Unidos.



Artículo original, en inglés, aquí | Traducido y republicado con permiso del autor


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.