INTERNACIONALES: TED R. BROMUND

El periplo de Donald Trump al Reino Unido, un refulgente éxito

En modo alguno resulta una exageración afirmar que la visita de Estado del presidente estadounidense...

08 de Junio de 2019

En modo alguno resulta una exageración afirmar que la visita de Estado del presidente estadounidense Donald Trump al Reino Unido -que concluyó el pasado miércoles- fue un rotundo éxito. Lo curioso sobre el particular es que gran parte de los medios de comunicación estadounidenses ignoraron este hecho.
 
Donald Trump, Elizabeth II, Reino UnidoEl matutino The New York Times tiene mucho que ver con la cobertura que desarrollan los medios en los Estados Unidos. 'Trump insulta al alcalde de Londres, calificándolo de 'Perdedor', mientras rinde tributo a la Reina' -tituló el periódico ni bien daba comienzo esa visita de Estado.
 
El miércoles, mientras el mandatario americano abandonaba la Gran Bretaña, el Times lo hizo de nuevo: 'El Presidente Trump, despreciado en Gran Bretaña, aún intenta jugar al poder' (President Trump, Unloved in Britain, Still Tries to Play Kingmaker). Casi como si el matutino deseara que Donald Trump fracase.
 
En los Estados Unidos, los medios utilizan un libreto muy básico: si el presidente del país pertenece al Partido Republicano, lo correcto es echarle la culpa de todo, y revelar todos los aspectos negativos posibles. Pero, si el presidente de los Estados Unidos es progresista, entonces cualquier cosa menor a un aplauso constituye una traición.
 
Pero, curiosamente, gran parte de los medios en el propio Reino Unido evitaron copiar el modelo del New York Times.
 
La cobertura de los medios fue partidista también; pero bastante más equilibrada, con la BBC -como se esperaba- bregando por lo peor, mientras que el Daily Mail y The Sun -los periódicos más populares en la Gran Bretaña- le imprimieron un carácter positivo a la visita.
 
De hecho, el Daily Mail adoptó como titular las palabras finales de la Reina Elizabeth II para el mandatario estadounidense: 'Espero que regrese Usted pronto a mi país'.
 
Ahora, bien; la Reina se caracteriza por una notable capacidad y por su experiencia en el rol de Jefe de Estado del Reino Unido. Las palabras que dirigió a Trump son exigencias de la cortesía y del protocolo, ni más ni menos -no una revelación de sus opiniones personales. Y éste es el punto.
 
La visita del mandatario estadounidense fue, básicamente, una ordinaria. Pero las expectativas eran artificiosa y ridículamente negativas previo a su arribo a Londres.
 
En la clausura del viaje oficial, el discurso de Trump y el brindis en la cena formal del lunes en el Palacio de Buckingham fueron muy bien recibidos; el presidente de los EE.UU. se entendió bien con la Reina, y su conferencia de prensa junto a la saliente primer ministro Theresa May se resumió en un combo de intercambio de acuerdos y cortesías -expresándose las debidas diferencias en muy pocos aspectos de índole compleja.
 
En efecto: se registraron protestas en Londres. Tal como suele observar cualquier persona que visite Londres con regularidad, esto ha de subrayarse: siempre han habido protestas y marchas en Londres.
 
Las manifestaciones que recibieron a Donald Trump fueron más pequeñas que lo que se esperaba, e incluso los organizadores se refirieron a 'decenas de miles' de participantes. La policía y la BBC afirmaron que los manifestantes se cifraban en los 'miles'.
 
Tómese en consideración que un aproximado de 250 mil personas se manifestaron contra Donald Trump en su anterior visita al Reino Unido, y que los organizadores de las marchas en la presente oportunidad dedicaron un tiempo destacable en presentar excusas en relación a la baja participación.
 
En contraste, el presidente estadounidense tomó parte de una magnífica ceremonia. Puso énfasis en los temas que se había propuesto destacar -por sobre todo, en la necesidad de que el Reino Unido concrete el proceso de abandonar a la Unión Europea, esto es, el Brexit, para que Londres y Washington puedan consolidar un acuerdo de libre comercio- y luego se trasladó para la conmemoración del 75 aniversario del Día D en Francia.
 
En síntesis, un periplo exitoso para el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump.


Artículo original, en inglés, aquí


 
Sobre Ted R. Bromund

Egresado de la Universidad de Yale y con un doctorado obtenido en esa casa de estudios, es Analista Senior en Relaciones Británico-estadounidenses. Se unió a la Fundación Heritage (Washington, D.C.) en 2008, luego de oficiar como director asociado de Estudios de Seguridad Internacional en Yale, un centro de investigación y enseñanza dedicado a historia de la estrategia, temas militares y diplomáticos. Ha brindado numerosas conferencias en Historia y, desde 2004, sobre asuntos internacionales. Sus artículos y análisis son publicados regularmente en The Daily Signal.