INTERNACIONALES: JUAN DAVID GARCIA RAMIREZ

Recordando el 'Día D'

El desembarco en Normandía, conocido comúnmente como Día D, se trató de la operación militar más espectacular...

06 de Junio de 2019

El desembarco en Normandía, conocido comúnmente como Día D, se trató de la operación militar más espectacular y exitosa de la historia. Casi un millón y medio de efectivos militares estadounidenses, con apoyo de las fuerzas aliadas británicas y canadienses, se prepararon desde mayo de 1943 para rescatar a Europa del asedio nazi -por cuanto Alemania había ocupado Francia, en una maniobra que tenía por fin consolidar el dominio del Viejo Continente. Aquella partida inicial de 150 mil hombres partieron desde Portsmouth, Inglaterra, en la noche del 5 de junio de 1944, atravesando el Canal de la Mancha, para arribar a las costas francesas en el amanecer del día 6. La Operación Overlord, como se llamó al principal componente de este despliegue, involucró varios miles de aeronaves, embarcaciones y vehículos anfibios, siguiendo las órdenes de Dwight Eisenhower.
 
Día D, Segunda Guerra MundialTodo el conflicto devolvería un saldo de millones de víctimas mortales entre bajas civiles y militares. En los actos conmemorativos de esta semana, a los que asistieron los más importantes líderes de Occidente, se rindió homenaje a quienes sacrificaron sus vidas por la causa de la libertad. Sin el Día D, Europa habría permanecido sometida al esquema totalitario de Adolf Hitler por muchos años, del mismo modo en que hoy sería imposible concebir una Europa unida, próspera y democrática, si la Historia no hubiera escrito en sus páginas aquella crítica campaña. Parece una obviedad para los estudiosos de la ciencia del conflicto pero, para las generaciones actuales, se antoja extraño que el precio para alcanzar sociedades abiertas y libres sea tan elevado como doloroso. Aún más, las nuevas generaciones tienen por costumbre pensar que no hay costos en lo absoluto: de las pinturas alusivas a las revoluciones liberales, toman solo aquellas de próceres con pelucas blancas, poniendo su firma sobre acuerdos de paz o constituciones políticas. Los documentales de la señal National Geographic, en particular los de las grandes guerras mundiales, les trastornan como si se tratara de filmes de terror de Hollywood.

La comprensión y aceptación de la guerra como un hecho natural, aunque en ocasiones necesario, está siendo censurada por académicos, universidades y jóvenes del espectro perteneciente a los millenials, al punto de percibirse innecesaria, cuando no inmoral y contraria al sentido de lo humano. Esta insensatez que parte de una profunda ignorancia conduce a dos problemáticas de orden fundamental: la primera remite a una evidente desconexión frente a la realidad, o el rechazo de la misma, que en parte puede servir de explicación para el creciente consumo de sustancias psicoactivas en Occidente. En un segundo apartado, aquélla desconexión o desconocimiento de los momentos históricos más contundentes y críticos suele sobrevenir acompañada de una patente arrogancia y de una pretensión de superioridad moral de quienes condenan la guerra, cualquiera que sea.

John Randolph de Roanoke (1773-1833), congresista estadounidense en representación del estado de Virginia, supo afirmar que solo el poder puede limitar al poder. Esta apreciación, compartida por los mayores exponentes del pensamiento realista en las relaciones internacionales, no ha pasado ni pasará de moda, y comporta un valor muy superior al de las buenas intenciones de los idealistas.

Retomando ahora la cuestión central del Día D, la determinación de Winston Churchill como primer ministro de la Gran Bretaña, a criterio de derrotar de una vez por todas a los nazis, fue mucho más efectiva y salvó más vidas que la política apaciguadora de su predecesor, Neville Chamberlain, quien confió en la buena voluntad de Hitler. En los últimos setenta y cinco años, han habido otros días D, y probablemente habrá otros, con la certeza de que sus protagonistas no serán las plañideras quejumbrosas que claman altanera y displicentemente por la 'paz mundial'.


 
Sobre Juan David García Ramírez

Columnista regular en el periódico El Colombiano (Medellín) y en El Quindiano (Armenia, Colombia). También se desempeña como analista político para diversos programas radiales y televisivos en América Latina, compartiendo apuntes y notas sobre temas políticos vinculados a Colombia, y asuntos internacionales.