INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

El rol de Israel en el 9/11

Evidencia recolectada por el FBI sugiere conocimiento previo, o bien complicidad.

30 de May de 2019


Sencillamente, el relato sobre el 9/11 no se desvanecerá, principalmente porque queda claro para cualquiera que lea el extenso Informe de la Comisión del Congreso sobre el 9/11 que numerosos eventos, debieron ser sujetos a escrutinio pero fueron ignorados, a raíz de motivos políticos. La Administración George W. Bush obviamente no quiso asumir responsabilidad alguna por lo sucedido, y ese sesgo también se extendió al ofrecimiento de cobertura para los 'aliados' de los Estados Unidos, en particular Arabia Saudita e Israel. Aquellos que rastrearon la verdad sobre el 9/11, se han mostrado insistentes en su esmero por hallar información que fue suprimida, aunque también recibieron obstáculos como respuesta a sus requisiciones FOIA (Acta de Libertad de Información).

Espionaje israelí previo a los atentados del 11 de septiembre de 2001Ahora, dieciocho años después del episodio, se ha conocido un detalle de magnitud, que ha penetrado el muro de silencio erigido por el gobierno estadounidense. Informes del FBI que versan sobre el eventual rol de Israel en el 9/11 fueron dados a conocer el 7 de mayo pasado, y sirven a efectos de respaldar especulaciones que, en lo personal, también me son propias (así como también para otros oficiales de inteligencia), frente al hecho de que Israel, como mínimo, tuvo conocimiento previo de lo que estaba llamado a tener lugar. Más que eso, lo que se ha conocido sobre ciertos oficiales de inteligencia israelíes que trabajaban en territorio estadounidense podría habilitar ciertos aspectos de esa conspiración.

A criterio de repasar algo de lo que ya se había conocio y antes sospechado, en primer lugar, uno debería examinar la revelación de 2016 sobre un extenso y muy editado anexo de 28 páginas insertado en el Informe de la Comisión del Congreso sobre el 9/11, que exploró el rol saudí en el ataque terrorista. Esa sección concluyó que el gobierno de Arabia Saudita pudo haber desempeñado un rol directo en el 9/11, tras asistir a dos de los secuestradores de aeronaves, incluyendo un ejercicio de campo que pretendió aprender formas de infiltrar personas en la cabina de un avión. También hay allí considerable evidencia que sugiere que árabes sauditas multimillonarios, e incluso miembros de la Familia Real de ese país, habían estado respaldaldo y financiando a al-Qaeda.

Pero, mucho más profundo que el rol saudí ha sido el involucramiento del servicio de inteligencia israelí Mossad, que jamás ha sido sujeto a escrutinio ni investigación seria por parte de la inteligencia estadounidense, ni por agencias de policía. Israel, a pesar del obvio involucramiento en el 9/11, no fue incluído en el Informe de la Comisión, a pesar de conocerse la existencia de una enorme operación de inteligencia israelí que se desarrolló con absoluta libertad en los Estados Unidos, y que era conocida por el FBI. Algunos de esos oficiales del Mossad fueron, como es de público conocimiento, filmados mientras celebraban el instante en que las Torres Gemelas se incendiaban y luego se desmoronaban.

En el año 2001, Israel estaba llevando a cabo una importante operación de espionaje, a través de una cifra de firmas privadas bajo formato de tapadera, en Nueva Jersey, Florida y en la costa oeste, la cual sirvió a los agentes del Mossad como cobertura para espiar. El esfuerzo fue respaldado por el destacamento del Mossad en Washington, D.C., e incluyó a un extenso número de voluntarios, los denominados 'estudiantes de arte', que se trasladaban por el territorio de los EE.UU. vendiendo productos en centros comerciales y en mercados a cielo abierto. El FBI estaba al tanto de la cantidad de estudiantes israelíes que, de forma rutinaria, permanecieron en el país por más tiempo del permitido por sus respectivos visados, mientras que algunos en el propio FBI creyeron que esos individuos estaban ayudando al sistema de inteligencia israelí de algún modo. Pero se tornó difícil vincular a los estudiantes con operaciones encubiertas, de tal suerte que se los evaluó como una molestia menor, y fueron abandonados al magnánimo criterio de los inspectores de la Oficina de Inmigración y Aduanas.

Las fuerzas policiales estadounidenses también se habían enterado de que los israelíes desarrollaban sofisticadas operaciones de inteligencia en suelo estadounidense, enfocándose muchos de estos agentes en las capacidades e intenciones militares de Washington. Algunas unidades especializadas de inteligencia se concentraron en la obtención de tecnología militar y de uso dual. Se supo que los espías israelíes habían penetrado los sistemas telefónicos del gobierno americano, incluyendo líneas en uso entonces en la Casa Blanca.

En su revisión anual de contraespionaje -de carácter clasificado-, el FBI invariablemente coloca a Israel al comienzo del listado de naciones 'amigas' que espían en los Estados Unidos de América. De hecho, el FBI de antes del 9/11 hizo todo lo que pudo para mantenerse a tono con la información existente sobre el particular, pero rara vez recibió algún tipo de respaldo político desde el Departamento de Justicia o desde la Casa Blanca, en cada caso en que hubo actividades de espionaje que involucraban a ciudadanos isralíes. De acuerdo a una estimación, más de cien de esos casos ni siquiera llegaron a proceso judicial, debido a razones políticas. Cualquier ciudadano de Israel que fuera capturado in fraganti casi siempre terminaría siendo deportado, y la mayoría de los ciudadanos estadounidenses que los asistieron apenas recibieron una reprobatoria palmada en la muñeca.

Pero la actitud de desinterés frente a Israel se vio modificada drásticamente cuando, en septiembre de 2001, un ama de casa de Nueva Jersey vio algo desde la ventana de su departamento, que miraba hacia el World Trade Center. Ella notó algo extraño, mientras los edificios ardían en el fuego y se desmoronaban. Tres jóvenes hombres se hallaban de rodillas en el techo de una camioneta blanca estacionada, grabando una cinta con ellos mismos como protagonistas, chocando 'los cinco' y riendo a carcajadas frente a la catastrófica escena que se desarrollaba ante ellos. La mujer tomó nota de la matrícula del vehículo y llamó a la policía local, que respondió rápidamente y, junto al FBI, buscaron la camioneta, que también fue avistada por otros testigos en distintas locaciones a lo largo del waterfront de Nueva Jersey, con sus ocupantes que 'celebraban y filmaban'.

La información de la matrícula reveló que la camioneta -una van- pertenecía a una firma registrada en Nueva Jersey, denominada Urban Moving Systems (sistemas de mudanza). A las 4:00pm, el vehículo fue detectado y remolcado. Cinco hombres, de entre 22 y 27 años de edad, salieron de ella, tras lo cual fueron detenidos a punta de pistola, y esposados. Todos eran ciudadanos israelíes. Uno de ellos tenía US$4.700 en efectivo ocultos en sus calcetines, y otro tenía dos pasaportes extranjeros. Los perros entrenados en detección de explosivos reaccionaron a ese particular aroma al examinar la van, la cual portaba muy pocos artículos para mudanzas en su interior.

De acuerdo al informe policial preliminar, el conductor fue identificado como Sivan Kurzberg quien, al momento de la detención, refirió: 'Somos israelíes. Nosotros no somos su problema. Sus problemas son nuestros problemas. Los palestinos son el problema'. Los cuatro otros pasajeros eran: Paul -hermano de Sivan-, Yaron Shmuel, Oded Ellner y Omer Marmari. Los hombres fueron detenidos en la prisión del condado Bergen, en Nueva Jersey, previo a ser transferidos a la Sección de Contrainteligencia del FBI, que tiene por encargo ocuparse de cuestiones vinculadas a actividades de espionaje.

Tras el arresto, el FBI contó con una orden judicial de allanamiento, para catear las oficinas de la firma Urban Moving Systems en Weehawken, Nueva Jersey. Se confiscaron ordenadores y papeles. El titular de la compañía, Dominick Suter -también ciudadano israelí- respondió a preguntas del FBI pero, pocos días después, al tener que realizarse una entrevista de seguimiento o follow-up, Suter había abandonado el país rumbo a Israel, habiendo puesto a la venta su firma y el hogar donde residía. La oficina y el depósito de la empresa fueron abandonados. Más tarde, se conoció que Suter se había asociado con al menos catorce firmas en los Estados Unidos, principalmente situadas en Nueva Jersey y Nueva York, aunque también en Florida. Suter y su esposa, Omit Levinson Suter, eran los titulares de una tintorería en Wellington (Florida), mientras que Dominick también se había asociado a Basia McDonnell, descrita como una 'sobreviviente del Holocausto' de nacionalidad polaca. La sociedad comercial que los emparentó remitía a la empresa Value Ad. Florida fue el centro de operaciones de una operación de inteligencia israelí en los Estados Unidos que fue dirigida específicamente contra ciudadanos de ascendencia árabe.

Los cinco ciudadanos israelíes se hallaban entre los 140 individuos oriundos de ese país que fueron arrestados después del 9/11, y la mayoría de ellos tenía antecedentes militares, incluyéndose algunos que habían sido entrenados en 'inteligencia'. Los cinco fueron retenidos en Brooklyn, inicialmente por cargos vinculados a fraudes con el visado. Los interrogadores del FBI les hicieron preguntas durante más de dos meses. Muchos de ellos fueron sometidos a confinamiento en solitario, de forma tal que no pudieran comunicarse uno con el otro, mientras que se informó de pruebas de polígrafo realizadas a otros dos: fallaron la prueba, cuando aquéllos afirmaron no ser más que estudiantes que buscaban trabajos de verano. Se estimó que los dos hombres que más atención tenían para el FBI eran oficiales del Mossad, y que los otros tres eran voluntarios que los asistieron en actividades de monitoreo y vigilancia.

Los ciudadanos isralíes no se mostraron demasiado cooperativos, pero el FBI concluyó, gracias a los documentos obtenidos en las oficinas de Weehawken, que el objetivo de aquéllos era poner la mira en personas de origen árabe en Nueva York y Nueva Jersey, con mayor esfuerzo en la zona de Paterson (N.J.), que exhibe a la segunda población de ascendencia musulmana más importante en los Estados Unidos. Los israelíes tenían particular interés por grupos locales posiblemente vinculados a Hamás y Hezbolá, así como también por núcleos que hacían beneficencia y que, eventualmente, pudieren estar recaudando fondos. Asimismo, el FBI concluyó que los israelíes habían estado monitoreando a al menos dos de los secuestradores de aviones del 9/11.

Dicho con certeza, el trabajo que se desarrolla en el seno de una operación de inteligencia no necesariamente implica participación en la fase de planeamiento o de ejecución de algo similar al 9/11; sin embargo, las pistas israelíes están por todas partes en este proscenio, en el que se entremezclan compañías privadas del tipo tapadera y personal de inteligencia, con locaciones físicas frecuentadas por secuestradores de aviones.

Amén del proceso de interrogatorios de los cinco individuos de Weehawken, el gobierno de los Estados Unidos de América jamás se preocupó por detectar qué otros conocimientos pudieron tener los israelíes, o qué estaban haciendo en septiembre de 2001. Demasiados puntos pudieron estar conectados en alguna oportunidad, pero lo cierto es que la pista se ha enfriado. La cobertura de los medios de comunicación sobre el particular también feneció, aunque en algunos espacios de prensa, los cinco individuos recibieron referencias al estilo de los 'israelíes danzarines' y, más gráficamente en otros, los 'Shlomos danzarines'.

Conforme se preveía inevitable, la Casa Blanca de George W. Bush intervino. Tras 71 días de detención, los cinco ciudadanos israelíes fueron liberados de la prisión por parte del Fiscal General John Ashcroft, puestos en una aeronave, y deportados. Dos de los hombres se refiieron, tiempo más tarde, a la poco confortable experiencia en los EE.UU. (en un talk show de Israel), explicando uno de ellos que 'la detención fue ilegal' y que sus 'derechos civiles fueron violentados, habiendo padecido comentarios racistas, violencia física, discriminación religiosa, duros interrogatorios, privación del sueño, y otras incontables ofensas'. Fueron representados legalmente por Nitsana Darshan-Leitner, letrada que en años anteriores había financiado el Shurat HaDin Israel Law Center, el cual tiene por objetivo el llevar a la bancarrota a núcleos que Israel evalúa como 'terroristas'. Shurat HaDin tiene un vínculo muy estrecho con el gobierno del Estado de Israel.

Ahora, bien; es posible que los ciudadanos israelíes dedicados a las mudanzas no estuvieran efectivamente involucrados en el 9/11 aunque, sin embargo, sí se desempeñaban en el Mossad -conforme el propio gobierno israelí lo admitiría tiempo después. Pero nueva evidencia sugiere que los israelíes casi ciertamente tenían conocimiento previo sobre lo que sucedería, mientras que probablemente estuvieran involucrados en ello. Esa novedosa información revela hoy que, minutos después de que el primer avión impactara contra el World Trade Center, cinco israelíes tomaron posición en el estacionamiento del complejo de departamentos Doric en Union City, Nueva Jersey, donde tomaron fotografías y grabaron en video los ataques, mientras que celebraban la caída de las Torres y 'chocaban los cinco'. Una testigo entrevistada por el FBI había observado la camioneta de los ciudadanos israelíes circulando en la periferia del edificio hacia las 8:00 am de ese día, más de 40 minutos anteriores al ataque, explicitando un conocimiento previo sobre lo que iba a suceder.

El testimonio de los testigos presenciales ha sido respaldado por copias de las fotografías tomadas por los hombres, y que fueran confiscadas por el FBI. Las reproducciones de las instantáneas fueron obtenidas tras una presentación FOIA realizada por un particular, y son de mala calidad, lo cual fue hecho de manera deliberada por el FBI, para ocultarse los rostros y otros detalles. Esas fotografías son solo 14 de las más de 70 tomadas por los detenidos. No obstante, lo que se ve en ellas prueba sin dudas que tuvo lugar un acto celebratorio. Lo que resulta intrigane es que una de esas fotografías muestra a Sivan Kurzberg sosteniendo un encendedor en funcionamiento frente a la línea del horizonte de Manhattan el 10 de septiembre, un día previo al 9/11. En apariencia, esa foto fue tomada en el complejo Doric en una visita de reconocimiento hecha ese día, y sugiere que Kurzberg estaba sumulando el ataque que tendría lugar contra las Torres el día siguiente.

¿Por qué los israelíes harían algo así? El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, describió inicialmente al 9/11 como 'algo bueno'. Tiempo más tarde, fue registrado afirmando: 'Nos encontramos beneficiados por una cosa, y eso es el ataque contra las Torres Gemelas y contra el Pentágono, y por la lucha estadounidense en Irak'. Sin dudas, el 9/11 fue un obsequio para Israel, que aún continúa compartiendo beneficios. Estados Unidos se encuentra hoy en guerra contra una cifra de naciones musulmanas, mientras que sus tropas cubren Oriente Medio, incluyéndose en ese recuento una base en Israel que se dedica a la defensa de esa nación. Todo ello, como resultado de la Guerra Global contra el Terrorismo que dio inicio con el 9/11. Y bien podría ser que esa fogata haya sido iniciada por Israel.


Artículo original, en inglés, aquí | Traducido y republicado con permiso del autor y del Editor en The Unz Review (Estados Unidos)


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.