POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

Argentina: Fernández-Fernández; de la audacia táctica a la resignificación del peronismo

Es un lugar común que ya tiene hartos a los argentinos, el afirmar que la hora que se transita es crucial...

26 de May de 2019

Es un lugar común que ya tiene hartos a los argentinos, el afirmar que la hora que se transita es crucial, o que la crisis de hoy es de una profundidad inédita. Y, una vez más, cedemos a la poderosa tentación de creer que estamos a las puertas de un desenlace dramático. Será momento, pues, de revisar algunas coordenadas que permitan ubicar el epicentro del cataclismo que podría arrasar la frágil estructura del estado nacional.

1. La Grieta

La idea de una sociedad fracturada anidada en el concepto de 'grieta' admite tres derivas: a) en perspectiva histórica, se trataría de la vigencia de la oposición de proyectos de nación contradictorios. Patriotas y realistas de la primera hora fundacional, unitarios y federales, liberales y conservadores, radicales y agentes del 'régimen', peronistas y antiperonistas... En fin, como alguna se sostuvo en la izquierda peronista (grieta endógena de final con sangre): la historia argentina sería la de una guerra civil intermitente irresuelta; b) en la opinión de algunos, la brecha constatada ha sido respaldada, también, por la amalgama cultural producto de la inmigración aluvional que, hetereogénea por naturaleza, produjo un experimento sociológico que carecía de antecedentes.

Alberto Fernández y Cristina Fernández de KirchnerLa importación de anarquistas y libertarios forzó el enfrentamiento con el patriciado dominante y la eclosión, industrialización mediante y ascenso de masa nativa, liberó un vector que se resolvió el 17 de octubre de 1945 y, c) en el Justicialismo, la ambigüedad ideológica y la habilidad proteica, lejos de visualizarse como disvalores asociados al oportunismo, son conceptuados como herramientas legítimas para garantizar la sobrevivencia del Movimiento, en su enfrentamiento (al menos en el terreno de los principios declamados) con las oligarquías de turno.


2.El agotamiento del recurso al enemigo necesario
 
El triunfo en 2015 fue el primero en la historia argentina de un Alianza neo-conservadora en elecciones democráticas, es decir, no fraudulentas. De inmediato, pudo apreciarse que el discurso legitimador ponía el acento en la administración sustituída, en particular, en los casos de malversación de recursos públicos que se le atribuían. Al clonar para uso propio el instrumento distintivo del peronismo, la diferenciación quedó integrada por los pares honestidad y eficiencia contra despilfarro y corrupción.

La Alianza Cambiemos sobrevaloró la influencia real del relato de valores opuestos cuando, en 2017, ganó las elecciones de medio término. Pronto quedó en evidencia que cierto nivel de actividad económica (sostenida vía endeudamiento externo y parcialmente interno también) había sido el motor del triunfo, y que la debacle casi inmediata de los números de la macroeconomía terminaban abruptamente con el sueño de una saga del modelo neoliberal ensayado entre tropiezos y abominables herejías.

Una vez exhausto el valor persuasivo de los relatos justificatorios, ambos contendientes sucumben arrasados por las consecuencias no deseadas de la temeraria esgrima.

Mientras el Gobierno sufre una apoplejía que lo inhabilita para intentar alguna reacción que lo muestre dispuesto a la pelea, la Jefa, al mando parcial del peronismo, ocupa el centro de la escena. Y lo hace con una decisión de manual que, no obstante su obviedad, no fue lo suficiente para que Cambiemos armara una guardia a tiempo.


3. El arte de la guerra
 
Como lo enseña Sun Tzu en un tratado que exhibe ya unos dos mil años de antigüedad, el factor sorpresa es vital en la planificación de un ataque. La fórmula Fernández-Fernández no habrá de derivar su fortaleza (si acaso el futuro la confirma en comicios) de la personalidad del candidato a Primer Magistrado, sino del hecho de su instalación bajo la forma de una irrupción imprevisible. La sorpresa no revela negligencia del adversario o falta de información confiable: lo disparatado de la medida exime de responsabilidad al macrismo.

Claro está que el costo del golpe impensado estriba en la elección precisamente de un ciudadano al que el sentido común general considera desprovisto de las cualidades exigibles para ejercer la Presidencia. Por cierto que la sorpresa no constituye un aporte a la batalla, si se agota en el deslumbramiento inicial y transitorio del adversario. Cristina Fernández debe de creer que la justificación táctica del golpe inesperado estriba en que el elegido operará de puente para salvar al menos parcialmente la grieta que el mismo justicialismo padece, en tanto es uno de los bordes del abismo argentino como, asimismo, fenómeno puertas adentro del Movimiento, llevado ahora a la zona de probable disolución definitiva de su realidad objetiva (más allá de su ambigüedad) como fuerza política central de la historia contemporánea en la Argentina.


4. Una crisis bicéfala

Si alguna nota distingue el momento actual entre nosotros, se la puede hallar en una crisis doble: un proceso gradual y hasta ahora inexorable de uniformidad programática esencial de los movimientos mayoritarios, por un lado y, por el otro, ausencia de personalidades vigorosas y convocantes a la hora de liderar procesos de transformación como los que requieren las situaciones límite a las que se encamina el país. Los escuálidos '10 puntos básicos' con los que se arrojan unos a otros los dirigentes más notorios, confirman la pobreza de las propuestas en términos de innovación práctica y la aceptación general de un rol secundario y timorato a nivel internacional, como consecuencia directa del nivel cuasi-inmanejable de la deuda externa.

Ninguna de las 'propuestas' incluye cuestiones centrales, porque se considera que tienen la virtud de espantar el voto de las mayorías. De tal modo, la reforma del sistema de contratación laboral como el insolayable asunto del tamaño del Estado continúan ausentes en la literatura de campaña, cuando la buena doctrina enseña que, si se los ignora, ningún programa será viable en el mediano plazo. De tal suerte que la urgencia del presente, en términos de resultados comiciales, condena a la República a repetir el ciclo de frustraciones que son el karma del que no logra liberarse. En este punto de los hechos, la presentación Fernández & Fernández constituye una aceptación resignada de la prepotencia de la realidad. El liderazgo formal, entendido como simple prelatura o primacía, puede ser confiado a una figura gris y opaca, como corresponde a un operador de la política criolla, orfebre adiestrado en la captación de acólitos y paciente conciliador en las cenas de madrugada o en las charlas a media voz de las antecámaras lustrosas. Esta figura sombría puede ser Presidente de la Nación, porque ya no interesan mayormente el perfil ni los atributos del postulado. La posesión real del Poder subalterniza toda discusión circundante, y torna fútil e irremediablemente baladí el inventario de su solvencia intelectual y moral.

Mientras tanto, en Cambiemos, se enarbola la persistencia y el empecinamiento como los mejores recursos de disponibilidad inmediata. Hacia afuera, se trabaja para impedir un frente opositor unificado, con la esperanza de que la dispersión asegure un segundo puesto en octubre y un triunfo en noviembre, cuando la mayoría del electorado prefiera el tormento conocido antes que el agujero negro de un justicialismo fracturado.


5. La fórmula como mensaje

La propuesta del cristinismo merece apenas el esbozo de algunas hipótesis en torno a la racionalidad de la iniciativa. La propia condición de sorpresiva convierte en provisorios a los cursos de interpretación de los móviles que la inspiraron.

En primer lugar, se presume que la fórmula tiende a despejar sospechas acerca de un retorno a posiciones radicalizadas como las que se observaron en la segundo ciclo de la Presidente. En efecto, desde proyectos de reforma constitucional destinados a permitir la reelección indefinida del titular del P.E. hasta restricciones al ejercicio del derecho de propiedad, en toda la amplia acepción del vocablo, pasando por un despliegue narcisista exasperante, la entronización de Alberto Fernández se presenta como el sacrificio ritual ofrendado para asegurar la sinceridad del repliegue de toda forma de fundamentalismo cristinista. La autora de la iniciativa no puede ignorar que los factores reales de poder sólo vislumbran una artimaña audaz detrás de la maniobra, aunque la descalificación no puede hacerse pública, en razón de que los gestos de conciliación y las señales de abandono de conductas beligerantes no pueden ser criticadas sin costo: la buena prensa de la paz y lo políticamente correcto la amparan, incluso ante quienes se atrevan a probar el carácter farsesco del artificio.

En segundo lugar, cabe merituar la eficacia de la fórmula a criterio de salvaguardar dos brechas crecientemente profundas: a) consolidar un Frente Justicialista que logre reunir a los jefes territoriales y a los cuadros de autoridad en una boleta nacional única, a fin de competir con chances frente al macrismo gobernante; y, b) captar la simpatía electoral de sectores independientes, hastiados de una mejora económica que no termina de llegar, e igualmente resistentes a revivir la tortura de una administración infectada por la corrupción y las conductas sectarias.

La fórmula requiere para su éxito de una tarea concomitante y urgente que, a la fecha, continúa sin resolución.


6. Resignificación del justicialismo

'La consolidación de la doctrina será la base de la consolidación del Movimiento; con la consolidación del Movimiento, habrá terminado un ciclo. Los reformadores están destinados a quemar su tiempo. El hombre muere; sólo sus ideas pueden quedar.

Los peronistas no harían nada con un viejo o con un muerto; con la doctrina, lo harán todo, e impulsarán la evolución del país, adecuando la doctrina al movimiento histórico y nacional; poniendo nuevas fuerzas al servicio del bien y nuevas formas de ejecución al servicio de nuevas conciencias. Esto es progreso; el esquematismo y la rutina son rémora, son atraso; por ese camino no se va lejos'
.

Estas expresiones, compartidas por Juan Domingo Perón hace ya casi ochenta años, ofrecen algunos elementos de utilidad para abordar la presente tarea:

1.El Movimiento habrá de sobrevivir, en tanto actualice la doctrina a las mutaciones determinadas por la evolución histórica
2.La evolución implica cambios en la conciencia política de los individuos: los ideales de sociedad y las escalas de valores, en un juego de inestabilidad permanente, son propios de cada momento.
3.El Justicialismo habrá de adoptar nuevas formas de ejecución, en tanto no desnaturalicen los postulados básicos de la doctrina.

El peronismo,que viene de acopiar tres derrotas consecutivas, se presenta compelido a actualizar su oferta electoral, en al menos tres planos diferenciados. En primer lugar, habrá de definir una propuesta programática que se distinga de la política económica en curso y, al mismo tiempo, impedir que la distancia asumida no ahuyente a los grupos de capital concentrado nacional e internacional. En efecto, la vulnerabilidad del país no le permite sino márgenes de discrecionalidad severamente limitados.

En segundo lugar, ese peronismo deberá agrupar el mayor número de fuerzas disponibles, y golpear unánimente con la energía acumulada en toda próxima confrontación, siguiendo los consejos de la ciencia de la guerra. A efectos de conseguirlo, la actualización deberá aceptar la inteligente ambigüedad que ha garantizado la supervivencia del espectro.

Por último, tal como un buque en apuros que arroja cierta carga o lastre con el fin de capear la tormenta, habrá de desprenderse de sus alas izquierda y derecha. Los conceptos de actualización realista, frente de fuerzas afines, laxitud ideológica y abandono del culto de personalidades, constituyen un todo conceptual que juega una última carta para que el sueño del General no termine en pesadilla.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.