INTERNACIONALES: HELLE C. DALE

Hungría es crítica para la OTAN

La consolidación de vínculos más cercanos con las naciones de la Europa Central es una prioridad...

20 de Abril de 2019

La consolidación de vínculos más cercanos con las naciones de la Europa Central es una prioridad, en materia de política exterior, para la Administración Trump -lo cual consigna un sano retorno a las políiticas del ex presidente George W. Bush, tras los años de abandono de aliados de parte de Washington registrado en tiempos de la Administración Obama. En el seno de OTAN, estos países son aliados confiables; en el seno de la Unión Europea, son parte de un bloque amistoso para la Casa Blanca.

Hungría, Estados UnidosHace veinte años este mes, Hungría, Polonia y la República Checa se convirtieron en miembros de OTAN. Se trató de una reversión histórica, por cuanto naciones que pertenecían al Pacto de Varsovia se mudaron a OTAN, y la maniobra representó una ruidosa declaratoria de independencia frente a la dominación rusa/soviética.

En su discurso del 13 de marzo pasado, al conmemorarse el vigésimo aniversario, el Embajador de los Estados Unidos ante Hungría, David Cornstein, recordó que un 85% de los ciudadanos húngaros votaron -en 1999- en favor de unirse a OTAN.

Marginalmente a la celebración en Washington del aniversario número 70 de la OTAN, el Ministro de Relaciones Exteriores y Comercio de Hungría, Peter Szijjarto, y John Sullivan, Secretario Asistente en el Departamento de Estado, firmaron un convenio de cooperación en materia de Defensa, el cual complementa el status sobre convenios de asistencia militar y de fuerzas de parte de EE.UU.. Szijijarto afirmó: 'Las condiciones en materia de Seguridad han cambiado significativamente a lo largo de las décadas'. El nuevo convenio garantizará que OTAN continúe siendo la 'alianza militar más sólida y exitosa en el futuro'.

Una de las áreas no comprendidas en el acuerdo original, sin embargo, fue el aspecto que hace a la guerra cibernética y de información con origen en Rusia, y no la incursión rusa en Ucrania -la cual hace al interés húngaro.

De acuerdo a Cornstein:

Al día de la fecha, cerca de mil soldados húngaros sirven codo a codo junto a tropas aliadas en la OTAN, [la Unión Europea], y las misiones multilaterales de mantenimiento de paz en misiones que convierten a nuestros países en naciones más seguras.

A los efectos de que esta alianza sea más sólida, Hungría trabaja activamente en la modernización de sus fuerzas militares, adquiriendo equipo compatible con OTAN, y tiene por objetivo el mantener su compromiso con la Alianza Atlántica, invirtiendo el 2% de su PBI en Defensa.

Hungría es anfitriona de la Fuerza de Aeronaves Pesadas en la Base Aérea de Papa, la cual proporciona un respaldo crítico para operaciones de OTAN.

Asimismo, Hungría es la sede del Centro OTAN para la Excelencia en Medicina Militar, y de la Unidad de Integración de Fuerzas OTAN.

Y damos la bienvenida a la iniciativa húngara tendiente a albergar al Centro de Comando y Operaciones Especiales Regionales de OTAN, y su meta de establecer una División Central Multinacional OTAN, la cual facilitará la coordinación y las operaciones de OTAN aún más, en el futuro.

Un argumento adicional para profundizar las relaciones americano-húngaras fue explicado por el Secretario de Estado Mike Pompeo en el mes de febrero, en su visita a Budapest, la primer visita de un funcionario de esa magnitud en muchos años. Pompeo advirtió al gobierno del Primer Ministro húngaro, Viktor Orban, que no se acerque demasiado ni a Rusia ni a China, naciones que tienen el objetivo de fracturar a OTAN. Estados Unidos no es el objetivo exclusivo por estos tiempos. En otras palabras, hace al interés estadounidense que tanto los Estados Unidos como Hungría reordenen sus sistemas de prioridades.

En tal sentido, la profundización de los vínculos entre Washington y Budapest consignan una decisión correcta, en la dirección correcta.



Artículo original, en inglés, aquí

 

Sobre Helle C. Dale

Es Analista Senior en estudios de Diplomacia Pública, para la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Desarrolla trabajos relacionados con instituciones y programas del gobierno estadounidense que hacen a la relación con terceros países y diplomacia tradicional, y elementos críticos en la guerra de ideas contra el extremismo violento. Previamente, se desempeñó como Editora en el periódico The Washington Times.