ECONOMIA INTERNACIONAL: MANUEL HINDS

El comercio internacional en la economía de nuestro tiempo

La mayor parte de la población mundial que no pertenece a la Unión Europea en este momento...

24 de Febrero de 2019
La mayor parte de la población mundial que no pertenece a la Unión Europea en este momento, asiste -desde una confortable distancia- a la salida del Reino Unido de la UE, en el proceso que ha dado en llamarse Brexit. Asimismo, el grueso de esa población, incluyendo muchos de los que viven en la Europa que va a quedar, piensan que mientras que el Reino Unido saldrá mal parado, la Unión Europea saldrá incólume de la pérdida de un pequeño apéndice que se le desprendió. Para despejar estas ideas irreales, el Instituto Halle para la Investigación Económica (Alemania) acaba de publicar un estudio del impacto que el Brexit podría tener en el empleo en las economías, no solo de la Unión Europea (UE), sino del mundo entero.
 
Brexit, Reino UnidoEl estudio se concentró en el impacto que tendría en Europa el cambio que los británicos harían de abastecedores en el momento en el que se salieran del mercado común. En ese momento, muchas personas y empresas dejarán de adquirir bienes europeos, para pasar a adquirir bienes producidos en otros países, porque el precio de las primeras aumentaría al cesar el ingreso con impuestos cero. El Instituto estima que esto pasaría con el 25% de las importaciones británicas de la Unión Europea, que son de $440 mil millones (2,3 veces la producción total de toda Centroamérica, o el doble de toda la producción de Perú).
 
El Instituto calculó el efecto en el empleo en ese primer momento, cuando las empresas europeas vendiendo al Reino Unido se queden sin esas ventas. El Instituto calculó dos efectos, uno directo y otro indirecto. El directo es el que se produciría en las empresas que exportan sus productos directamente a Gran Bretaña (tales como carros franceses vendidos a ese país), y el indirecto es el de las empresas que venden productos que son incluidos en las exportaciones a ese país, tales como por ejemplo, las firmas alemanas que producen inyectores de combustible que se instalan en esos carros franceses que son exportados a Gran Bretaña.
 
La tabla adjunta muestra los empleos que se pondrían en peligro en el momento en el que Gran Bretaña saliera del mercado común. Obsérvese que, entre los países afectados, está Gran Bretaña, que vende, por ejemplo, motores para aviones producidos en Francia y Alemania, que luego son reexportados al Reino Unido mismo. Note en la tabla que los efectos en los empleos son significativos, en contra de lo que la mayor parte de la gente piensa. Alemania tendría presión sobre más de 100 mil empleos, Francia cerca de 50.000, y la UE en conjunto 448.000.Comercio internacional

Pero téngase en cuenta también que se verifica una línea final en la tabla que muestra el total en el mundo, que añade 164 mil puestos de trabajo en problemas a los que sufriría la UE. se trata de naciones que producen artículos que luego son incluídos en las exportaciones europeas a Gran Bretaña. Así, por ejemplo, China tendría casi 60,000 empleos en problemas.
 
La cuenta del Instituto de Halle no incluye las pérdidas que tendrían las empresas británicas que perderían exportaciones a Europa, y las europeas y de otros países que perderían porque producen cosas que los británicos incluyen en sus ventas a la UE.
 
Al final, no todos estos empleos se perderían en el mundo, porque los británicos comprarían en otras partes lo que compraban en Europa, y viceversa, pero habría tres efectos muy serios. Uno, que subiría la tasa de desempleo durante el periodo de ajuste, que puede ser largo (mientras las empresas que ha perdido su clientela encuentran otra que compense lo que han perdido); el segundo es que Europa y Gran Bretaña, como conjunto, habrían perdido una porción sustancial de sus exportaciones porque los dos comprarían más de afuera de sus dos países que ahora; el tercero es que probablemente el comercio mundial y las oportunidades de empleo se contraerían.
 
Este problema tiene una solución muy simple, que es que la Unión Europea firme un acuerdo de libre comercio con el Reino Unido aunque éste ya no sea vasallo de la UE—que es lo que Gran Bretaña desea. Esto no lo ha querido hacer la UE aunque ha firmado muchos acuerdos de este tipo con países que no son miembros de la UE, tales como Noruega, Suiza y Canadá. No lo ha hecho porque no quiere que alguien se pueda salir de la UE sin pagar un costo alto. El problema es que, si logran que el costo sea alto para Gran Bretaña, también será alto para la UE misma. El libre comercio es beneficioso para ambos lados, y su falta es un costo para ambos.


 
Sobre Manuel Hinds

Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.