ESTADOS UNIDOS: PHILIP GIRALDI

¿Conoceremos alguna vez al verdadero John Brennan?

La batalla entre numerosos ex jefes de la inteligencia y la Casa Blanca está convirtiéndose en un caja repleta de obsequios para los medios masivos de comunicación...

31 de Agosto de 2018

La batalla entre numerosos ex jefes de la inteligencia y la Casa Blanca está convirtiéndose en un caja repleta de obsequios para los medios masivos de comunicación, los cuales tienen por costumbre sumergirse en el síndrome de desapego de Trump y atacan al presidente estadounidense por haber removido los permisos de seguridad del ex Director de la CIA, John Brennan. Una de las afirmaciones más ridículas, citada en el matutino Washington Post el pasado domingo, signó que la maniobra de Trump tenía por objetivo 'reprimir la libertad de expresión'. En tanto estoy preparado para creer muchas cosas en relación a las torpezas y explicaciones que provienen de la Casa Blanca, no tengo idea de cómo la remoción del permiso de seguridad de Brennan podría comprometer su capacidad para habler libremente. En efecto, Brennan ha estado hablando a viva voz casi en todo medio habido y por haber desde que perdió esos permisos de seguridad, lo cual sugiere, en rigor, que la pérdida de tales permisos le ha obsequiado una plataforma desde la cual ha amplificado sus posibilidades de expresión. Y debería agradecerle a Donald Trump por ello.

John BrennanEn efecto, nuevamente, la retención de Brennan de accesos a documentación clasificada como Alto Secreto [N. del T.: Top Secret, en inglés del original], nada tuvo que ver con la libertad de expresión, y todo tiene que ver con aumentar su valor en el mercado para aquellos pobres individuos que le pagan para hablar como 'experto' en televisión y en los periódicos. ¿Toma nota Usted de lo que dicen el New York Times y la NBC? Los accesos de seguridad de Brennan no implicaban que él tenía una idea aproximada de temas actuales de inteligencia, ni sobre nada, habiendo perdido tal acceso cuando abandonó su empleo con el gobierno. Aquello solo significó que él podía mostrarse como una voz autorizada y bien informada, pero solo respaldándose en el status que tenía, lo cual ahora lo habilita para estafar a los responsables de los medios de comunicación con periodicidad, quitándoles su dinero.

En ocasiones, se ha sugerido que la libre expresión suele ejercitarse mejor cuando, de alguna manera, se conecta con el lóbulo prefrontal del cerebro, dando lugar a ciertos procesos de pensamiento previo a que las palabras salgan de la boca de uno. Podría argumentarse que Brennan se ha mostrado en extremo deficiente en tal área, razón por la cual se ve siempre tan enojado en todas las fotografías que se le toman. Incluso los simpatizantes de John Brennan se muestran tímidos a la hora de defender las afirmaciones más extravagantes del ex Director de la CIA. James Clapper, ex Director Nacional de Inteligencia, ha sentenciado que los comentarios de Brennan son 'incendiarios'.

Pero los antecedentes de John Brennan ciertamente son importantes. En 2016, era el Director de la CIA de Barack Obama y, en simultáneo, trabajaba con bastante esmero para que Hillary Clinton se convirtiera en presidente, lo cual podría llevara a algunos en pensar en algún tipo de conflicto de intereses. Tras la derrota de Rodham Clinton, Brennan prosiguió en sus ataques contra Trump. En apariencia, desempeñó un rol de magnitud en el salaz Informe Steele, el cual emergió en el mes de enero previo a la asunción del nuevo presidente. El dossier incluyó información no verificable y fue maliciosamente promocionado por Brennan y otros en las comunidades de inteligencia y de fuerzas de seguridad. Y, aún después de que Trump asumió, Brennan siguió mostrándose implacable.

En mayo de 2017, Brennan testificó ante el Congreso de los Estados Unidos que, durante la campaña de 2016, él había '... hallado [y estaba en conocimiento de] información de inteligencia que reveló contactos e interacciones entre funcionarios rusos y ciudadanos estadounidenses involucrados en la campaña de Trump quienes, en lo personal, me preocupaban, habida cuenta de los conocidos esfuerzos rusos para subvertir a dichos individuos. Esto multiplicó las preguntas en mi mente al respecto de si Rusia estaba o no en capacidad de contar con la cooperación de tales individuos'. El sitio web Politico también fue de la partida, y tomó prestada la bomba de Brennan en un artículo intitulado Brennan: Rusia pudo haber reclutado efectivamente a ayudantes de campaña de Trump.

Lo que Brennan no describió, porque era demasiado 'clasificado', fue cómo él obtuvo información en relación a la campaña de Trump en primer lugar. Sabemos, gracias a Politico y otras fuentes, que ello provino de servicios de inteligencia extranjeros, incluyendo a los británicos, a los holandeses y a los estonios, y que también había una firme sospecha de que el reenvío de esa información pudo haber sido rastreada, o incluso inspirada, por Brennan de manera no oficial, en primer lugar. Pero, cualquiera haya sido la procedencia de la información de inteligencia, está claro que Brennan luego manipuló esa información para exigir una investigación en torno de una eventual operación rusa dirigida contra potenciales consejeros de relevancia si acaso Trump fuera luego nominado y elegido, lo cual -debe decirse- era muy improbable en aquel momento. Y así fue como el RusiaGate dio inicio.

Desde ese entonces, Brennan le ha enviado tweets al presidente Donald Trump, afirmando que 'Cuando la extensión absoluta de su banalidad, su torpeza moral y su corrupción política sean conocidas, Usted ocupará el merecido sitio como un demagogo desgraciado en el cesto de papeles de la historia', Brennan ha atacado al presidente luego de que éste último congratulara al presidente ruso Vladimir Putin tras su victoria en las elecciones nacionales de Rusia. Dijo el ex Director de la CIA que el presidente de los Estados Unidos 'se ha metido de lleno en el bolsillo de Putin', definitivamente 'preocupado por el presidente de Rusia', y que el Kremlin 'tiene algo personal sobre él. El hecho de que haya tenido esta actitud condescendiente hacia el Señor Putin... continúa convenciéndome de que tiene algo qué temer y que es algo muy horrendo de temer'. Y luego propinó lo que podría considerarse como el coup de main, declarando que el presidente debería ser sometido a juicio político por su comportamiento 'traidor', luego de que Trump se presentara junto al presidente Vladimir V. Putin de Rusia en una conferencia en Finlandia, y cuando el presidente sembró dudas sobre la conclusión de las agencias de inteligencia al respecto de que Moscú había interferido con la elección presidencial americana de 2016.

La decisión de Trump en torno de eliminar los permisos de seguridad de Brennan remitió luego a la réplica inmediata, vía Twitter, del ex Director de la Agencia Central de Inteligencia: 'Esta acción es parte de un esfuerzo global del Señor Trump, tendiente a suprimir la libertad de expresión y reprimir a sus críticos. Debería preocupar gravemente a todos los ciudadanos estadounidenses, incluyendo a profesionales de la inteligencia, al respecto de los costos de decir la verdad'. Brennan agregaría también, en un editorial para el New York Times que 'las afirmaciones del Señor Trump al respecto de la no existencia de connivencia con Rusia son, en una palabra, basura', aún cuando el ex funcionario no ofreció evidencias para respaldar su declaración. Acto seguido, ha habido una avalancha de apariciones del furioso Brennan en todo talkshow dominical, evento que sin lugar a dudas se prolongará en el futuro inmediato.

La afirmación de que Trump es un agente ruso no es nueva, por cuanto también ha sido replicada insistentemente por el socio de Brennan en la CIA, el obscuro e inescrutable Michael Morrell, quien hace alarde de sus conocimientos como insider tanto en el Times como en la cadena CBS. En relación a ambos caballeros, uno podría notar que es sencillo alegar algo sensacionalista si Usted no cuenta con las pruebas pero, sin embargo, la afirmación en sí misma constituye una muy seria afirmación en relación a un comportamiento delictivo que bien podría coincidir con la definición constitucional de traición, que conduce a la pena de muerte. Resulta notable que, a pesar de la gravedad de la acusación, Brennan y Morell no se hayan mostrado capaces ni dispuestos a sustanciarla en modo alguno. Incluso un Congreso mudo ha observado que existe un problema con la credibilidad de Brennan sobre el particular, sin mencionar la credibilidad acerca de su integridad. Richard Burr, Presidente del Comité de Inteligencia en la Cámara de Senadores, observó que:

'Las recientes expresiones del Director Brennan insinúan conocer como hecho que la campaña de Trump tuvo connivencia con una potencia extranjera. Si la sentencia del Director Brennan se basa en información de inteligencia que recibió cuando aún lideraba la CIA, ¿por qué no la incluyó en la Evaluación sobre la Comunidad de Inteligencia en su edición de 2017? Si su sentencia se basa en información de inteligencia que leyó luego de abandonar su cargo, entonces ello constituye una brecha de seguridad en los sistemas de inteligencia. Si él cuenta con otra suerte de conocimiento individual o con evidencias sobre connivencia, entonces debería revelarlos ante el Consejo Especial, y no al matutino New York Times'.

Pero este comportamiento de parte de Brennan no representa sorpresa para aquellos que lo conocemos, y que hemos trabajado con él. Un trepador ambicioso con un historial pendulante, Brennan siempre le fue desagradable a sus pares en la CIA, en gran parte debido a su falta absoluta de recato y por su reputación de extremadamente vengativo. Lo que también es notable, reprobó en su entrenamiento como espía en la Agencia, forzándolo ello a tomar un puesto como analista. Así que terminó buscando reformar al Servicio Encubierto cuando llegó a Director y llevó a cabo su programa de reorganización.

John Brennan siempre ha sido un fracaso como oficial de inteligencia, aún cuando haya trepado exitosamente por los escalafones. Fue Jefe de Estación de la CIA (COS) en Arabia Saudita cuando las Torres Khobar fueron atacadas con explosivos, perdiendo la vida 19 ciudadanos estadounidenses, un desastre que él -erróneamente- adjudicó a los iraníes. Fue director ejecutivo designado el 11 de septiembre de 2001, y fue cómplice en aquel fracaso de inteligencia. A continuación, sirvió como jefe de personal de la CIA cuando su jefe George Tenet falseó relatos apócrifos relativos a las armas de destrucción masiva de Irak. Asimismo, aprobó mecanismos de tortura en la CIA y programas de rendición/secuestro, y fue cómplice en la destrucción de Libia, así como también de haber intentado hacer lo mismo a Siria.

Barack Obama quería que Brennan fuese su Director de la CIA, pero su historial de tortura y vinculado a los programas de rendición volvieron problemática su aprobación en el Senado. En lugar de ello, se convirtió en asesor presidencial de seguridad interior, y en asesor de seguridad nacional para contraterrorismo -sitio donde más perjuicios provocó, ampliando los parámetros de las muertes por operaciones con drones y sentándose junto al presidente en oportunidad de llevarse a cabo sesiones de contraterrorismo en las mañanas de los días martes, refinando la lista de objetivos a aniquilar (listado compuesto por ciudadanos estadounidenses).

Luego de que Obama fuera reelegido en 2012, se vio en capacidad para sobreponerse a toda objeción contra la persona de Brennan, nombrándolo Director de la CIA. Entonces, Brennan ordenó a la Agencia revisar las comunicaciones del comité del congreso que se había involucrado en una investigación sobre las torturas de la Agencia, mismísimo programa en el que el propio Brennan ofició de cómplice. El Director negó ante el Congreso (bajo juramento) que hubiese tenido lugar una operación de espionaje interno, pidiendo disculpas luego cuando la verdad salió a la luz. Moon de Alabama lo caracteriza como '... siempre impiadoso, incompetente y deshonesto'.

De tal suerte que el verdadero John Brennan emerge como el estándar menos plausible para argüir la Primera Enmienda. Brennan tiene mucho sobre sus hombros y en su pasado, y está lejos de ser una vícitma inocente del loco Trump que retratan los medios de comunicación. En efecto, debería ser tenido por responsable de tortura, rendiciones/secuestros, asesinato extrajudicial de extranjeros, y por poner a ciudadanos estadounidenses en la mira para asesinatos. Todo esto constituye crímenes de guerra y, en un pasado no demasiado lejano, oficiales alemanes y japoneses terminaron en la horca por tal comportamiento. Cabe tener la esperanza de que el día del juicio a Brennan finalmente llegue, de manera tal que pague por sus múltiples delitos contra la humanidad.



Artículo original, en inglés, en éste link | Traducido y republicado con permiso del autor y del Editor en el sitio web The Unz Review (Estados Unidos)


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.