La UE firma convenio migratorio, pero el diablo está en los detalles
En horas de la mañana del próximo-pasado viernes, los líderes de los Estados miembro de la Unión Europea anunciaron...
En horas de la mañana del próximo-pasado viernes, los líderes de los Estados miembro de la Unión Europea anunciaron haber llegado a un acuerdo en el Consejo Europeo, en relación al controvertido tema migratorio. El convenio involucra importantes medidas para impedir que la migración tenga lugar, desde la fuente. Sin embargo, el diablo se colará en los detalles del texto.
El modo en que las distintas naciones interpreten el convenio y hasta qué punto lo harán en su implementación remite a preguntas sin respuesta. El frenético tratamiento sobre la cuestión inmigratoria en el consejo expuso líneas divisorias de magnitud entre los Estados miembro, y numerosas preguntas quedaron sin respuesta. El encuentro del Consejo Europeo asistió a la confluencia de no pocos puntos de vista políticos en relación a la migración, siendo el más importante la llegada de un nuevo gobierno populista en Italia, y los problemas políticos domésticos a los que hoy hace frente la Canciller germana Angela Merkel.
El cónclave del consejo fue el primero del que tomó parte el primer ministro italiano Giuseppe Conte, quien encabeza un gobierno populista de coalición entre el Movimiento Cinco Estrellas y el partido Lega. Ambos espectro hicieron campaña promocionando plataformas que prometían hacer frente a la crisis migratoria y sus efectos en la sociedad italiana, en tanto Conte se mostraba afectado por presiones políticas para mostrar resultados. La ruta central del Mediterráneo, que se inicia en Africa del Norte, se ha mostrado como la ruta de migrantes más activa en años recientes, ejerciendo una tremenda presión sobre Italia, un país que ya ha asistido a arribos por un aproximado de 750 mil migrantes desde el año 2011.
De igual manera, Merkel llegó al cónclave debiendo hacer frente a presiones de importancia. La batalla con su ministro del Interior Horst Seehofer en relación a los migrantes dejó a Merkel expuesta, en su necesidad de firmar un acuerdo que resguarde a su gobierno de coalición. Las señales iniciales explicitan que es probable que la canciller apenas ha llegado a un convenio suficiente como para sobrevivir a una puja de orden doméstico, que casi probó ser fatal en el terreno político. Sin embargo, y más que probablemente, las recurrentes repercusiones de la política de puertas abiertas implementada por Merkel hacia los migrantes continuará sumergiéndola en aguas políticamente turbulentas.
Así, pues, los países convinieron crear 'plataformas de desembarco regionales', reteniendo y procesando centros de recepción en terceras naciones, pertenecientes a Africa del Norte. Los migrantes rescatados fuera de aguas territoriales de cualquier Estado miembro de la UE serán trasladados hacia aquellos centros para que los respectivos asilos sean evaluados individualmente. Asimismo, el convenio contempla la creación de 'centros controlados en Estados miembro'. Los migrantes rescatados en aguas territoriales pertenecientes a un Estado miembro de la UE serán trasladados hacia esos centros, para su evaluación.
El primer ministro italiano Conte, cuya nación se ha visto en la primera línea de preocupaciones en torno de hacer frente a la cuestión migratoria desde su fuente, declaró que el presente convenio explicita que 'Italia ya no está sola'. Numerosos migrantes, apenas arriban a Europa, se han aprovechado del Espacio Schengen (el cual tolera la libertad de movimiento de personas, bienes, servicios y capital entre 26 países que toman parte de la UE), a efectos de trasladarse más hacia el norte, a Francia, Alemania, Suecia y otros sitios. Una cifra de países del Viejo Continente, incluyendo a Alemania, han reintroducido controles fronterizos temporarios, a criterio de obstaculizar el movimiento y traslado de migrantes entre naciones del orbe.
Con el objetivo puesto en salvaguardar al Espacio Schengen, que ella pondera como inviolable, Merkel presionó para la elaboración de un comunicado en el cuerpo del texto, que señala: 'Los Estados miembro deberán tomar todas las medidas necesarias, legislativas y administrativas, para contrarrestar tales movimientos, y para cooperar de cerca unos con otros para tal fin'. Esta sentencia probablemente la ayude en su meta de desactivar su desacuerdo con el ministro del Interior, en torno de los controles migratorios. No obstante, y a fin de cuentas, el grado en que cada país ponga en práctica esta promesa permanece incierto. La implementación del convenio, que es poco explícito en lo que respecta a detalles, de seguro probará ser truculento. Los centros de control por ser establecidos en Estados miembro de la UE están llamados a constituírse 'en base a voluntad' y, hasta el momento al menos, ninguna nación se ha propuesto como voluntaria para ser anfitriona de centro alguno.
Adicionalmente, otro potencial problema remite a qué países africanos (si acaso alguno lo hará) se ofrecerá como anfitrión de 'plataforma regional de desembarco'. El acuerdo también promete remesas de fondos para Estados situados en la primera línea de recepción de migración, como es el caso de Italia o España, a la hora de gerenciar el arribo de migrantes y de convocar a Estados miembro de la UE para que contribuyan más para el Fondo Fiduciario para Africa. La naturaleza específica de estas convocatorias también es un tema para el cual no se han elaborado detalles.
Al cierre, el acuerdo comporta dos provisiones de importancia que, al menos inicialmente, han quedado al margen del radar. En primer lugar -en lo que consigna un triúnfo de magnitud para las naciones la Europa Central y Oriental, como Hungría y Polonia, las cuales, con toda justicia, han rechazado la idea de la imposición de cuotas de relocalización de migrantes-, la relocalización de migrantes provenientes de los denominados 'centros de control' también contemplan la tipificación de implementarse 'de manera voluntaria'.
En un segundo apartado, el acuerdo incluye un lenguaje cifrado en duros términos que advierte a organizaciones no-gubernamentales cuyos navíos asisten en el 'rescate' de migrantes: 'La totalidad de los navíos que operan en el Mar Mediterráneo deberán respetar la legislación vigente, y abstenerse de obstaculizar las operaciones de la guardia costera de Libia'.
El ministro del interior italiano ha calificado a los navíos pertenecientes a organizaciones no-gubernamentales como un 'servicio de taxis' para migrantes, en tanto el mandatario francés Emmanuel Macron ha criticado recientemente a las ONGs por 'hacerle el juego a los contrabandistas, morigerando para ellos los riesgos de los viajes'.
Los esfuerzos tendientes a caer con todo el peso de la ley a las organizaciones no-gubernamentales que operan en el Mar Mediterráneo sin lugar a dudas se verán potenciados. Una cosa es segura: aún con la UE contando desde ahora con un acuerdo desde el Consejo Europeo, la variable migratoria continuará teniendo un impacto de proporciones en las políticas europeas en años por venir.
Artículo original, en inglés, en éste link
Es Analista de política exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Su trabajo es publicado también en el sitio web The Daily Signal.