ECONOMIA INTERNACIONAL : RILEY WALTERS

Positivo: tregua en la guerra comercial entre EE.UU. y China

A lo largo del pasado fin de semana, el Secretario del Tesoro americano, Steven Mnuchin...

31 de May de 2018

A lo largo del pasado fin de semana, el Secretario del Tesoro americano, Steven Mnuchin , quien condujo las negociaciones comerciales bilaterales entre los Estados Unidos de América y China, anunció que una guerra comercial entre ambas naciones se hallaba 'en stand-by' . Este destacable progreso sin dudas traerá un hálito de alivio para los granjeros estadounidenses -y estabilidad en el corto plazo para los mercados internacionales, conforme las tensiones comienzan a retroceder.


China, Estados Unidos, Guerra comercial Revisando cuestiones pasadas

Ambas partes han estado negociando de cara a las preocupaciones en el comercio bilateral, por algún tiempo ya. El progreso más significativo fue consolidado luego de una rueda de conversaciones de dos días de duración en Washington, hace poco más de una semana. Mientras que el Secretario de Comercio Wilbur Ross se trasladará a China muy próximamente, a los efectos de redondear los detalles del convenio , de momento ambos países se han comprometido a:

  • Suspender retenciones punitivas. Estados Unidos suspenderá las retenciones propuestas inicialmente contra importaciones chinas por un valor de US$ 150 mil millones. Los chinos, por su parte, suspenderán sus retenciones retaliatorias contra US$50 mil millones en importaciones de productos americanos.
  • Comprar más productos estadounidenses. China se comprometerá a incrementar las compras de energía estadounidense -específicamente, crudo en formato shale y gas natural líquido-, y adquirirá entre un 35 y un 40% más de productos agrícolas hacia 2018. El Ministerio de Comercio chino, asimismo, hizo a un lado su investigación anti-dumping contra el sorgo estadounidense.
  • Explorar condiciones favorables. Ambas partes continuarán ngeociando sobre modos eventuales de ampliar el comercio en otros andariveles vinculados con manufacturas y servicios.
  • Proteger la propiedad intelectual. China pondrá en marcha importantes modificatorias a su legislación, como su ley de patentes, a los efectos de fortalecer la propiedad intelectual.
  • Trabajar en conjunto y alentar la inversión. Ambas naciones promoverán la creación de un ambiente propicio para la inversión. De igual manera, continuarán manteniendo vínculos de alto nivel, para resolver más rápidamente cualquier preocupación económica y de índole comercial bilateral.

No obstante, suele decirse que el diablo exhibe su presencia en los detalles. Un tema sobre el cual tanto Estados Unidos como China suelen tener discrepancias tiene que ver con el marco temporal en el cual estos convenios verán su implementación. Pero es bueno saber, en el ínterin, que un volumen total de US$ 200 mil millones ya no se encuentra en peligro de acusar una retención impositiva del 25% a modo de represalia.


Sobre exigencias anteriores

Todo esto se encuentra directamente vinculado a la visita del equipo económico del presidente estadounidense Donald Trump a comienzos del mes de mayo . De lo que se ha revelado públicamente, pocos datos se conocieron, en concreto, sobre la negociación. Hemos tomado nota, sin embargo, de que la porción más importante de las conversaciones —esto es, qué cosa desea cada una de las partes, sobre la otra . Estados Unidos ha dejado en claro que desea que Pekín:

  • Reduzca el déficit comercial estadounidense con China en US$200 mil millones para fines de 2020.
  • Remueva toda barrera tarifaria o restrictiva que equivalga a, al menos, idéntico nivel sobre aquellas de las impuestas por EE.UU..
  • Se comprometa a optimizar el acceso para productos agrícolas y de servicios con origen en EE.UU.
  • Elimine la subsidización, remitiéndose a otros formatos de respaldo gubernamental, para sus políticas industriales.
  • Que Pekín no replique contra medidas estadounidenses tendientes a restringir la inversión china en sectores sensibles del rubro tecnológico estadounidense.
  • Elimine ciertos requisitos para el establecimiento de joint ventures .
  • Elimine las barreras comerciales a inversiones detectadas en la denominada 'Lista Negativa' de China.
  • Elimine políticas y prácticas que exigen transferencia de tecnología.
  • Garantice que no habrá nuevos episodios de hurto cibernético contra la propiedad intelectual, en actos patrocinados desde la esfera gubernamental.
  • Aplique la ley en favor de la protección de la propiedad intelectual.
  • Retire su exigencia de consultas en la Organización Mundial de Comercio, en relación a la propuesta estadounidense tendiente a implementar el Título Tercero del Acta de Comercio de los Estados Unidos de 1974.
  • Convenga sostener reuniones cuatrimestrales, a los efectos de repasar los progresos logrados en materia de reformas.

Asimismo, Pekín desea que Estados Unidos:

  • Suspenda la restricción comercial del 25% contra importaciones de origen chino.
  • Que Estados Unidos no inicie ningún tipo de investigación contra China en el futuro.
  • Abandone el approach por vía de terceros países en materia de antidumping.
  • Que garantice la apertura del gobierno en Washington para que China pueda proporcionar tecnologías y servicios.
  • Levante la prohibición contra exportaciones de alta tecnología hacia China.
  • Obsequie tratamiento idóneo a firmas chinas, en materia de seguridad nacional.
  • Abra su mercado de pagos electrónicos a firmas chinas.
  • Apruebe la postulación de China International Capital Corp., para que ésta firma pueda hacerse de una licencia financiera.
  • Ajuste la prohibición de exportaciones para la firma de telecomunicaciones china ZTE Corp.

Fue poco realista, desde el inicio, exigir a China que adquiera US$ 100 mil millones más en bienes de origen estadounidense. La parte china no dio el brazo a torcer, plantándose en la negativa de realizar compras directas que involucraran cualquier tipo de cifra, y presionó para no verse forzada a abandonar su política industrial conocida como Made in China 2025.

De igual manera, fue poco realista pedir que Estados Unidos habilitase las compras de tecnología sensible de origen estadounidense a China -aspecto que se encuentra gobernado por regulaciones de control de exportaciones del lado americano- o bien el otorgar a firmas chinas igual tratamiento a la hora de proveer de bienes y servicios al gobierno federal en Washington (China ni siquiera es parte del Acuerdo de Gobernancia para Adquisiciones en la Organización Mundial de Comercio).

Trump sí pidió al Departamento de Comercio que evalúe reevaluar sus reprimendas contra ZTE Corp. En esencia, la firma se vio por completo paralizada en abril pasado, luego de que el Departamento de Comercio estadounidense anunciara que las firmas de EE.UU. deberán cesar toda venta de componentes a esa firma china. La Casa Blanca se ha mostrado muy activa a la hora de afirmar que esa reevaluación era independiente de cualquier negociación económica en curso, y que ZTE no se saldría del formato ' scot-free ', pero debe decirse que, en general, las intenciones estadonidenses suelen diferir de lo que se percibe en China.

La Administración Trump ahora está considerando modificar la sanción de siete años, reemplazándola por otra rueda de multas y cambios de management.

'Bonus track'

Previo a las más recientes negociaciones, el presidente chino Xi Jinping anunció que China pondría en marcha una significativa apertura para sus sectores automovilístico y financiero de cara a la inversión extranjera, así como también dijo que reduciría retenciones tarifarias para las importaciones de vehículos. China ha estado realizando progresos a la hora de reducir sus barreras al comercio y la inversión , pero no debido estrictamente a las exigencias estadounidenses. El anuncio de Pekín relativo a su intención de reducir los aranceles sobre autopartes del 25% al 15% beneficiará a todos los exportadores chinos -no solo a los Estados Unidos.

Dicho esto, las negociaciones en torno de la relación económica entre Estados Unidos y China distan de llegar a su fin. Las tensiones probablemente se incrementen en algún punto, particularmente siendo que Washington se orienta hacia el 'modo campaña'. Pero las soluciones actuales que se han puesto sobre la mesa son ciertamente preferibles a una guerra comercial . El reconocer esto es un progreso significativo para la Administración americana.


Artículo original, en inglés, en éste link

 

Sobre Riley Walters

Riley Walters es Asistente Investigativo en el Instituto Davis para la Seguridad Nacional y la Política Exterior en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.). Es colaborador regular en el medio The Daily Signal.