ECONOMIA INTERNACIONAL: GABRIELA CALDERON

UNASUR, el COMECON del siglo XXI

Seis países de los doce que conforman la UNASUR han anunciado su decisión de retirarse...

01 de May de 2018
Seis países de los doce que conforman la UNASUR han anunciado su decisión de retirarse de la organización, cuya breve historia se inicia en 2008 y está llegando a su fin. La UNASUR, idea liderada por el ahora encarcelado Lula da Silva, iba a ser el organismo que lograría fusionar Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones, cimentando así el liderazgo de Brasil en Sudamérica.
 
Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, entonces, venían a ser como los tontos útiles que creyeron que la UNASUR sería un vehículo hábil para deshacerse de la influencia de EE.UU. en la Organización de Estados Americanos (OEA).
 
Rafael Correa, Ecuador, CorrupciónEl organismo nació con la misión de promover la integración económica, política, comercial, financiera y de infraestructura, entre otros objetivos. Algunos vieron en esta naciente estructura las semillas de una especie de versión latinoamericana de la Unión Europea.
 
Pero los principales promotores de la UNASUR, lejos de buscar una liberalización comercial y laboral como la de Europa parecían añorar reproducir aquel fallido experimento del COMECON de los socialistas del siglo pasado. El COMECON, o Consejo para Asistencia Económica Mutua, se estableció en 1949 para promover y coordinar el desarrollo económico de los países de Europa Oriental que pertenecían al bloque soviético (Pacto de Varsovia, más Cuba). Este organismo pretendía administrar el comercio entre sus miembros para eliminar el “paralelismo” o lo que ellos consideraban producción industrial redundante dentro del bloque compuesto por sus miembros. Siendo sus miembros gobernados por administraciones socialistas, los precios en estos países no reflejaban el valor de mercado de los bienes producidos, entonces se vio severamente dificultada la integración comercial. El comercio se realizaba casi totalmente a manera de trueques acordados entre los miembros.
 
COMECON, aniversario número 25No debería sorprender que los socialistas del siglo XXI, con Hugo Chávez a la cabeza, desearan reproducir el experimento. Enhorabuena, no fueron capaces de infligir más daño que un par de edificios de mal gusto, un derroche de recursos y respaldo moral a gobiernos autoritarios.
 
Los gobiernos de Bolivia y Ecuador han sido los más entusiastas y derrochadores con la UNASUR, gastando decenas de millones de dólares en la sede de la Secretaría General en Quito y la sede del “Parlasur” en las afueras de Cochabamba. El presupuesto de la UNASUR en 2017 fue de $10,8 millones y en lo que más gasta es en sueldos.
 
¿Para qué ha servido todo esto? Para que este intento de COMECON del Siglo XXI legitime el autoritarismo de algunos de sus miembros. Lo vemos reflejado en las intervenciones de la UNASUR: intervino en Bolivia para defender la imposición por parte de Evo Morales de una nueva constitución; “certificó” que en Ecuador hubo un golpe de estado el 30 de septiembre de 2010 cuando lo que hubo fue una revuelta de un grupo de policías que se negaban a perder ciertas prebendas; y la cereza en el pastel fue cuando el secretario general Ernesto Samper se hizo el ciego respecto de la violenta represión de Venezuela en 2017, aprobó las elecciones fraudulentas y promovió una farsa de diálogo.
 
Caro ha salido el chiste. Por fortuna, no llegaron al extremo del COMECON -en tal caso, el daño hubiese sido mucho mayor.

 
Sobre Gabriela Calderón

Es Magister en Comercio y Política Internacional de la George Mason University y graduada con un título de Ciencias Políticas con concentración en Relaciones Internacionales de la York College of Pennsylvania. Se desempeña como Editora de ElCato.org. investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador) desde enero del 2006. Sus artículos y papers son publicados regularmente en otros periódicos de Latinoamérica y España.