¿Quiénes socavan el accionar de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires?
Es verdaderamente descomunal la tarea que está llevando adelante la Provincia de Buenos Aires...
17 de Agosto de 2017
Es verdaderamente descomunal la tarea que está llevando adelante la Provincia de Buenos Aires en lo que respecta al narcotráfico, pero lo hecho solo es la mitad del trabajo.
María Eugenia Vidal ha puesto todo su empeño en este combate pero, desde su misma estructura de gobierno, combaten y desdibujan su tarea de manera sutil pero sistemática, enemistando a la comunidad con la Gobernadora.
Desde Salud Mental y Adicciones, a espaldas del Ministro de Salud, se lleva a cabo una faena minuciosa que tiende a la destrucción puntillosa de las Comunidades Terapéuticas y el impedimento sistemático de la atención de adictos a las drogas.
Desde Salud Mental y Adicciones, a espaldas del Ministro de Salud, se lleva a cabo una faena minuciosa que tiende a la destrucción puntillosa de las Comunidades Terapéuticas y el impedimento sistemático de la atención de adictos a las drogas.
En esa repartición, se persiguió ese mismo objetivo durante la gestión de Daniel Scioli, y por ello la Subsecretaria actuante fue desplazada en su oportunidad, esto es, por haber seguido al pie de la letra los lineamientos impartidos por Cristina Fernández de Kirchner durante la última etapa de su gobierno, a través de la Ley de Salud Mental, cuya derogación se prepara para el mes de octubre en el Congreso Nacional desde las oficinas de Eduardo Amadeo, Felipe Solá y Horacio Alonso, entre otros.
La falta de cobertura inmediata del adicto en crisis provoca, en el seno familiar, una angustiante irritación, que estimula un mayúsculo descrédito de la Gobernadora por la inexistencia de soluciones a este tipo de urgencias familiares.
Las madres, despojadas del dispositivo de ayuda, se convierten en mudos testigos de la destrucción física, mental y espiritual de sus hijos. Hemos de tomar en consideración que, sobre 16 millones de habitantes de la Provincia de Buenos Aires, la atención que despliega hoy Salud Mental y Adicciones -de acuerdo a datos provistos por su sitio web- es de apenas 16 mil personas.
Mientras la Provincia de Buenos Aires desmantela centros de venta de drogas, Salud Mental y Adicciones, lejos de acercarse a tales espacios con campañas preventivas, asistenciales, centros de oficios y propuestas consensuadas con Acción Social, permanece en silencio -con su personal actuando con total pasividad y dedicado a esperar que arriben los pedidos de ayuda.
Normalmente, ese pedido de asistencia es administrado por los familiares del afectado pero, escudándose en la Ley de Salud Mental, no abordan al adicto -salvo para preguntarle si éste desea ingresar al dispositivo; tampoco se incentiva procedimiento de rehabilitación alguno, sencillamente porque no creen en ella.
Centenares de miles de madres piden ayuda hoy en forma desesperada, sin hallar respuestas en la estructura gubernamental existente para tal fin. Asimismo, cabe remarcar que los CPA sólo abren en determinados días y horarios, amén de carecer ostensiblemente de comodidades para el desarrollo de las actividades. En los días de apertura, las actividades no se extienden más allá de las 17 horas.
Así las cosas, la actual gestión en Salud Mental y Adicciones descarta de plano la atención de los consumidores de marihuana, a sabiendas de que ésta sustancia es creadora de paranoicos, psicóticos y esquizofrénicos, que por su capacidad de destrucción de la memoria reciente es la responsable de la deserción escolar. Conocen perfectamente el desequilibrio neuronal que provoca el cannabis sobre el cerebro en crecimiento, teniendo en cuenta que son niños de 10 u 11 años los más afectados por ese consumo.
La Ley de Salud Mental creada por el cuestionado Aníbal Fernández, el ignoto psicólogo que oficia hoy como jefe de Gabinete de la gestión Bertone, Leonardo Gorbacz, y otros, y promulgada en su oportunidad por la ex jefe de Estado Cristina Fernández de Kirchner, propone (en la reglamentación del Ministerio de Salud de la Nación):
1) La desaparición de todas las Comunidades Terapéuticas (monovalentes),
2) El procesamiento por secuestro a todo profesional que interne a un adicto en crisis,
3) La internación del adicto en crisis debe llevar la firma de un médico psiquiatra, de un psicólogo, de un asistente social y de un juez, la que no debe ser mayor a 30 días, siendo obvamente imposible conseguirlas un fin de semana,
4) Entiende el consumo de drogas como un hábito que la persona elige, cuando la OMS la define como enfermedad concreta,
5) El adicto puede darse el alta a sí mismo, toda vez que lo crea conveniente,
6) Propone el hospital como espacio de internación del adicto en crisis, lo cual conduce a escenarios en donde el enfermo provoca daños físicos al personal y deterioro edilicio.
De tal suerte que, a la postre, Salud Mental y Adicciones no va en busca del adicto y su familia para solucionar el problema; termina abandonándolo a su suerte, lo cual solo contribuye a multiplicar homicidios y suicidios. La tasas de homicidios provocados por afectados se ha disparado al 300%, gracias a la aplicación a rajatabla de la Ley de Salud Mental. El escenario consecuente es uno de caos social, delitos que se presentan en múltiples formatos, accidentes evitables, suicidios, homicidios.
María Eugenia Vidal habrá de hacer a un lado la Ley de Salud Mental, despojarse de los seguidores de Aníbal Fernández y Eugenio Zaffaroni en la Provincia, para luego montar una estructura que vaya en verdadero auxilio de los jóvenes y que proteja a los niños de la Provincia de Buenos Aires.
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@ElAntidroga
Sobre Claudio Izaguirre
Reconocido activista antidrogas, titular de la Asociación Antidroga de la República Argentina (AARA). Sus artículos son publicados en periódicos nacionales e internacionales.