INTERNACIONALES: JAMES ROBERTS & C. BUSCH

Conozca a Evo Morales, el líder socialista que está destruyendo a Bolivia

El socialista Evo Morales ha sido presidente de Bolivia por más de una década.

02 de Julio de 2017

El socialista Evo Morales ha sido presidente de Bolivia por más de una década. Aún cuando declama estar trabajando para el pueblo, lo concreto es que sus políticas populistas han representado un sólido muro que ha obstaculizado el sendero de Bolivia hacia el crecimiento económico y el desarrollo.


Evo Morales, Cristina KirchnerEn los años de Morales, Bolivia se ha desmoronado en el Indice de Libertad Económica -desarrollado por el think tank estadounidense The Heritage Foundation, en Washington, D.C.. Sigue siendo la nación más pobre de la América del Sur. En una presentación fechada el 13 de junio en el instituto estadounidense National Endowment for Democracy (NED), el periodista boliviano Raúl Peñaranda y Ronald MacLean-Abaroa—el primer alcalde elegido democráticamente en La Paz—tuvieron muy poco de positivo para decir sobre Morales.

Desde que arribó al poder, Morales se ha apropiado de un aproximado de US$ 2 mil millones en pequeños proyectos —por ejemplo, un museo de clase mundial dedicado a sí mismo (y que incluso exhibe su colección de camisetas de fúbol soccer) en la aislada localidad de Orinoca, su pueblo natal. De igual manera, comisionó la construcción de un estadio para 15 mil aficionados en Chimoré, una ciudad que cuenta sólo 11 mil habitantes. Peñaranda también se refirió a fábricas construídas sin considerar las condiciones mínimas de infraestructura logística, y una planta de procesamiento de azúcar alejada de cualquier fuente de azúcar sin procesar.

Los costos individuales de muchos de estos proyectos, según se informa, han incluído sobornos para el presidente Morales y su círculo íntimo. El matutino británico The Guardian informó que Morales ofreció contratos gubernamentales a una firma de origen chino para la cual trabaja su novia. Adicionalmente, recurrió a las fuerzas armadas para nacionalizar el petrólero y las instalaciones de gas natural, convirtiendo a una de las industrias más prometedoras del país en un coto de caza político.

A los efectos de suprimir el disenso, Evo Morales también cayó con fuerza sobre los medios de prensa. Conforme lo cifra el instituto estadounidense Freedom House, Morales ha reprendido a sus adversarios políticos y ha corrompido a los jueces del país. MacLean-Abaroa afirmó: 'Detrás de Evo Morales, subsiste un esfuerzo sistémico que tiene por meta deconstruir la democracia en Bolivia'. De acuerdo a Peñaranda, Bolivia cuenta hoy con más exiliados políticos que cualquier otra nación sudamericana. El nutrido esfuerzo de parte de ciudadanos y de la comunidad internacional a la hora de establecer instituciones como una justicia independiente o un modelo básico de Estado de Derecho, ha sido fallido.

Tal lo señalara MacLean-Abaroa, si el actual estado de situación se prolongara, 'terminaremos siguiendo el camino de la servidumbre'. Bolivia ha sido bendecida con incontables recursos naturales, y con una locación estratégica. Infortunadamente, la actual Administración del país ha impedido toda esperanza cercana al progreso económico. Al menos hasta que Evo Morales tolere mayores cuotas de libertad política y limpie la corrupción, el futuro de Bolivia continuará siendo obscuro.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/06/29/meet-socialist-leader-whos-driving-bolivia-ground/

* Charles Busch -quien colaboró en el desarrollo de esta nota- se desempeña en el Programa de Jóvenes Líderes del think tank estadounidense The Heritage Foundation

 

Sobre James M. Roberts

Es Analista en temáticas de Libertad Económica y Crecimiento en el Centro para Comercio Internacional y Economía (CITE). Responsable de tareas de investigación, desarrollo y análisis del Indice de Libertad Económica (desarrollado en conjunto entre la Fundación Heritage y The Wall Street Journal). Sirvió durante 25 años en el Departamento de Estado, desempeñándose en el servicio exterior en las embajadas de los Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití