Los tribunales estadounidenses deberán permitir que el gobierno haga su trabajo
Hace pocos días, una nueva ola de ataques terroristas en Londres ha reavivado el foco mundial...
Hace pocos días, una nueva ola de ataques terroristas en Londres ha reavivado el foco mundial en el terrorismo islámico transnacional, reformulando los viejos debates en torno del mejor modo para combatirlo. En tanto el debate es comprensible, arriba demasiado tarde. Han transcurrido ya dieciséis años desde los ataques del 9/11 en Nueva York y Washington, y la recurrente actividad terrorista ha diseñado un nuevo y predecible patrón -y lo propio ha sucedido con la réplica estadounidense.
La hora para la retrospección hace tiempo ha quedado atrás, y es la hora de la acción. Con ISIS ahora perdiendo territorio en Irak y Siria, el grupo busca apuntalar su imagen proyectándose hacia el exterior y golpeando a objetivos en terceros países. ISIS está desesperado por demostrar que aún comporta relevancia. En los últimos días, reclamó autoría por un ataque contra un hotel en las Filipinas, aún cuando funcionarios locales afirmaron que se trató de un intento de robo.
Los funcionarios de la seguridad en todo el mundo esperan que ISIS y al-Qaeda intenten, bajo todo medio posible, ejecutar o inspirar ataques en todo sitio donde puedan hacerlo. Londres ha sido el último sitio donde han golpeado (con posterioridad a la publicación de este artículo, ISIS atacó en Teherán, capital de Irán). Luego de décadas de combatir a este flagelo, el mejor modo que hoy se pondera a la hora de detener los ataques terrorista coincide con hallar a los perpetradores y detenerlos previo a que ataquen. Pero esto no siempre es posible. Aún cuando tal esfuerzo está en proceso permanentemente, hace al sentido común tomar precauciones razonables -allí donde sea posible- para interponer más obstáculos en el sendero de los terroristas.
Y de eso se trató la propuesta relativa a prohibición de traslados elaborada por el presidente estadounidense Donald Trump. Se trató de una medida legal, diseñada para ayudar a mitigar una amenaza emergente -esto es, el flujo de combatientes extranjeros desde las zonas de conflicto en Oriente Medio. En tal sentido, puede comprenderse que Trump, luego de los últimos ataques, compartiría en la red social Twitter su frustración, en relación a la interferencia judicial observada de cara a este asunto de seguridad nacional.
We need to be smart, vigilant and tough. We need the courts to give us back our rights. We need the Travel Ban as an extra level of safety!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de junio de 2017
Un argumento reza que la oposición a estas medidas nos dice mucho sobre el estado de política partidista en los Estados Unidos, antes que sobre la legalidad de la orden ejecutiva de referencia. A pesar de ello, toda vez que se asiste a épocas peligrosas y existen herramientas legales disponibles para el gobierno (toda vez que la intención del gobierno sea, efectivamente, la de proteger a los ciudadanos), los tribunales deberían permitir que el gobierno haga su trabajo.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/06/04/terror-hit-london-us-courts-let-government-job/
Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.