ESTADOS UNIDOS: PHILIP GIRALDI

Vergonzosa inteligencia

Existe una larga historia de escepticismo entre ex espías en los Estados Unidos.

24 de Marzo de 2017

Existe la percepción -entre porciones del público y en el seno de los medios alternativos- de que el floreciente Estado de la seguridad nacional de Estados Unidos es un monolito, una entidad colectiva que persigue sus propios intereses, sin importar lo que es bueno para el país o para su gente. De parte de progresistas y conservadores que desconfían del gobierno, suelo oír comentarios tales como 'Una vez en la CIA, siempre en la CIA' -como si acaso el haber sido empleado alguna vez en la agencia remitiese a un lazo inquebrantable.

Aquellas personas a las que le resultan familiares tanto la comunidad de la seguridad nacional como el movimiento pacifista, se han percatado de que algo opuesto es certero. Los individuos que se han visto atraídos por hacer carrera en la inteligencia, las fuerzas de seguridad o las fuerzas armadas, tienen la predisposición a hacer las cosas bien, antes que hacer lo que les es ordenado. Esta realidad suele enfrentarlos con sus jefes políticos, lo cual en ocasiones conduce a renuncias o a una sobrerrepresentación de ex funcionarios de la seguridad nacional en el movimiento antibélico.

CIAUna manifestación de ello es una organización de ex funcionarios de la seguridad nacional -donde me incluyo-, bautizada como Profesionales Veteranos de la Inteligencia para la Cordura (Veteran Intelligence Professionals for Sanity, VIPS). VIPS fue fundada en 2003, a partir del revuelo de parte de numerosos ex funcionarios en relación a la vergonzosa inteligencia que estaba conduciendo a la decisión de invadir Irak. El grupo incluye a funcionarios de la totalidad de la sopa de letras de la seguridad nacional -CIA, NSA, FBI, SE (Servicio Exterior), y DOD (Departamento de Defensa). El surgimiento de VIPS y sus recurrentes misivas de protesta contra la política de seguridad nacional reflejan una realidad que data de los debates iniciales que rodean a la escalada subterránea de la Guerra de Vietnam -por parte del gobierno estadounidense- y su deplorable administración de aquel conflicto, que remató en una humillante derrota.  

Las mentiras que condujeron a la experiencia de Vietnam engendraron a uno de los primeros bien conocidos rebeldes contra la corruptela en la inteligencia. Sam Adams, un ex analista de la CIA que fue asignado al escritorio de Vietnam en 1965, observó que la evaluación de fuerzas del ejército de Vietnam del Norte y de la guerrilla del Vietcong subestimó, recurrentemente, la verdadera fortaleza del enemigo. Ello condujo a un conflicto prolongado con funcionarios del Ejército de EE.UU. y de la Casa Blanca, así como también con los propios jefes de Adams, todos los cuales promocionaron la falsa noción de que el desafío de Vietnam era una insurgencia limitada a la que se podía vencer fácilmente -mentira que buscó garantizar el respaldo popular para el conflicto.

Aunque Adams eventualmente fue eyectado de la agencia, continuó exponiendo cómo la inteligencia había sido secuestrada para conformar una agenda política. Adams ofició de testigo en el juicio de Daniel Ellsberg, el hombre detrás de las revelaciones de los Papeles del Pentágono (affaire conocido como Pentagon Papers). En su oportunidad, escribió sobre el 'encubrimiento' de Vietnamn, y expuso ante el Comité Pike de Inteligencia en la Cámara de Representantes, que dio crédito a sus afirmaciones.

Hoy día, existen numerosos funcionarios de la seguridad nacional hechos bajo el molde de Sam Adams. Para muchos, la desilusión con la corrupción en la inteligencia y la traición de la seguridad nacional dieron inicio con Irak. Los funcionarios de la CIA en el servicio clandestino -como ser el caso del jefe de la División Europea, Tyler Drumheller- presionaron con firmeza contra el Director de la CIA, George Tenet, y contra la Casa Blanca, insistiendo en que los informes sobre el terreno probaban que Iran no contaba con armas de destrucción masiva. De igual manera, Drumheller también desmintió a 'Curveball', la fuente germano-iraquí para falsa inteligencia que versaba que Irak estaba construyendo laboratorios móviles para el desarrollo de armas biológicas. La fuente -dijo Drumheller- consistió apenas en un 'señor que estaba intentando, fundamentalmente, obtener su green card, en Alemania, y que jugó a favor del sistema en función de como es en realidad'.

Analistas de la CIA incluso buscaron exponer los falsos informes que decían que oficiales de inteligencia iraquíes habíanse reunido con al-Qaeda. Los ex funcionarios senior del Departamento de Estado John Kiesling, John Brown, y Ann Wright renunciaron, tras verificarse la marcha hacia una guerra que pudo ser evitada.

Para otros, el incremento de los ataques gubernamentales contra la Constitución resultaron ser decisivos. El funcionario de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Tom Drake se dirigió a distintos canales luego de enterarse de que la agencia había estado recolectando información ilegalmente sobre ciudadanos estadounidenses, en franca violación de la Cuarta Enmienda. A él se unieron los ex funcionarios de la NSA William Binney, J. Kirk Wiebe, y Ed Loomis. Sus esfuerzos fueron refutados por el gobierno. A pesar de la protección existente para informantes, Drake fue luego acusado por violar el Acta de Espionaje.

Las enormes cifras de ex operativos en el establishment de la seguridad nacional que hoy se oponen al Estado de guerra permanente deberían consignar un llamado de atención para muchos estadounidenses, sugiriéndose que no existe ya un alto nivel de confianza entre muchos de aquellos que hoy están mejor posicionados para conocer la verdad en relación a las políticas bélicas a perpetuidad que rigen en Washington.

Lo cual nos devuelve a VIPS y a los ex funcionarios disidentes de la seguridad nacional que han hallado en VIPS un hogar. Uno es Tom Drake -involucrado desde los inicios-, como también está Ray McGovern, ex analista de carrera en la CIA y otrora responsable de informar al Poder Ejecutivo. VIPS ha producido ya 47 memos relativos a políticas de seguridad nacional. Su primer acto oficial fue un memo de febrero de 2003 al ex presidente George W. Bush, condenando el discurso ofrecido en Naciones Unidas por el ex Secretario de Estado Colin Powell, que construyó los pretextos para la invasión de Irak. El memo rezaba: 'Usted sería asistido de modo más completo, si ampliase la discusión más allá (...) del círculo de aquellos consultores que claramente se orientan a una guerra para la cual no existen razones de peso, y sobre cuyas consecuencias entendemos, probablemente, serán catastróficas'.

Más recientemente, VIPS ha puesto sobre la mesa preguntas muy serias sobre la conclusión -producida por las agencias de inteligencia estadounidenses- que versa que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó un 'pirateo informático ruso' diseñado para desestabilizar a la dirigencia política estadounidense y, de ser posible, depositar a Donald Trump en la presidencia. El grupo exigió al presidente Obama que diese a conocer evidencias sólidas sobre el particular, aún si ello pudiese generar dificultades para operaciones de inteligencia en proceso. Los ex funcionarios de la inteligencia sugirieron que la evidencia puesta a disposición del público por parte del gobierno, hasta el momento, 'no supera ninguna prueba inicial', y observaron particularmente el detalle de la escasez de cualquier evidencia pública vinculando a los rusos con WikiLeaks, que hizo pública la masiva información de referencia.

'Urgimos a Usted que autorice la puesta a disposición del público cualquier evidencia tangible que nos conduzca más allá del poco sustancioso relato basado en la expresión "Evaluamos que...", empleada por las agencias de inteligencia', versaba el comunicado de VIPS, dirigido a Obama. 'De otro modo, nos (...) quedaremos con la corrosiva sospecha de que la intensa campaña de acusaciones es parte de un intento más abarcativo de desacreditar a los rusos y a aquellos -como el Sr. Trump- que desean lidiar constructivamente con ellos'.

El comunicado de VIPS no llamó mayormente la atención. En efecto, tales advertencias -de parte de personal otrora vinculado a la inteligencia, la seguridad, las fuerzas de policía y las fuerzas armadas- están mayormente fuera del establishment de los medios de comunicación. Cuando VIPS presenta su premio anual 'Sam Adams' para la integridad en la inteligencia, los receptores reciben más atención mediática en Europa que en los Estados Unidos. Rara vez los más de cincuenta socios de VIPS aparecen en los medios tradicionales de los Estados Unidos, aún cuando son entrevistados con frecuencia por la prensa extranjera, particularmente en la Europa Occidental.

Asimismo, el gobierno hace lo mejor a la hora de reprimir cualquier opinión disidente, al exigir a muchos ex oficiales de inteligencia y personal que previamente se desempeñó en fuerzas de seguridad, que sus escritos sean primero revisados por oficiales de seguridad previo a su publicación. Tales revisiones pueden llevar meses, se alejan de los tiempos-límite para referirse a ciertos temas en los medios, y suelen derivar en textos altamente editados que terminan siendo ilegibles. En ocasiones, el gobierno replica de varias maneras, algunas menos sutiles. El retorno de la Medalla Destacada de la Inteligencia por parte de Ray McGovern en 2006, referido a las torturas de la CIA, remitió inmediatamente a una provisión en el Acta de Autorización de Inteligencia de 2007 que habilita al congreso a privar a los oficiales retirados de sus pensiones.

La insistencia de parte de ex funcionarios de la seguridad nacional es algo bueno para el país y para las agencias en donde otrora sirvieron estos disidentes. Del mismo modo en que los Padres Fundadores de Estados Unidos tuvieron la visión de un ejército de ciudadanos, a los efectos de que la defensa de la nación quedase en manos del pueblo, deberíamos contar con una estructura de seguridad nacional que recepcione los reclamos del disenso responsable. La Administración Obama, para su propio descrédito, reprimía de forma rutinaria a informantes genuinos y encubría sus tropelías a través de la invocación del privilegio del secreto de Estado. Podemos albergar la esperanza de que la nueva Administración Trump cuente con la sabiduría y la confianza como para retirar a los perros de presa.


Artículo original en inglés, en http://www.theamericanconservative.com/articles/exposing-shabby-intelligence/ | Traducido y republicado con permiso del autor y de The American Conservative magazine (Estados Unidos)

Ilustración: Michael Hogue

 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.